Silvalas.

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¿Por qué pasó todo eso? Aún me resulta un poco irreal como mis amigos de toda la vida me traicionaron y me dejaron a merced de los goblins.

Rememoremos, mi nombre es Silvalas, Silvalas Várdaran Fliata, tercera princesa elfa, al ser una elfa la gente no puede determinar mi edad exacta, pues podría tener cincuenta pese a que aparento dieciséis, pero en este caso tengo tantos años como aparento. Soy residente en Entaria, uno de los cuatro grandes árboles sagrados, actual capital élfica. En sus ramas, la base, el interior y en los bosques de alrededor se puede ver la ciudad, el palacio se encuentra en lo más alto de Entaria, y ahí es donde yo me crie.

Nunca me gustó mucho la vida de palacio, por lo que siempre que podía me escapaba para jugar en las ramas del árbol, o bajaba al suelo y visitaba el bosque. Yo no era como mis hermanos y mis padres, no me interesaban en lo más mínimo las fiestas ni las cenas de gala, prefería ir al bosque a entrenar con el arco o a cazar algo.

Al cumplir ocho años mis padres me mandaron a la academia mágica, una institución que no entiende de razas y que enseña magia y otras asignaturas a sus alumnos, que en su mayoría son hijos de nobles, ya sean humanos, elfos, demonios o lo que sea, siempre y cuando estés dispuesto a pagar la matrícula (que no es barata precisamente).

El lugar en si no me gustaba, un lugar al que solo acudían nobles remilgados y presumidos, en la que la mayor acción que veías era alguna discusión sobre política.

Aprendí ''Magia de luz'', ''Magia de viento'', ''Magia de Agua'' y ''Magia de Naturaleza'', además de conseguir un nivel decente con estas, pero mi intención no era ser una maga, sino una arquera, yo quería las magias para mejorar mi propia arquería, imbuir mis flechas con los distintos elementos y acabar con mis enemigos, no pasarme la vida entre casas nobles y palacios alardeando.

En esa academia conocí a Vivilian y a Tamian, hijos de elfos nobles, quienes se convirtieron en mis mejores amigos. Vivilian era una chica muy estudiosa, algo tímida, le encantaba la magia y su intención era ser una archimaga, si la describiese físicamente sería tal que: ojos verdes, pelo blanco que le llega hasta los hombros, algo más bajita que yo, con una figura menos voluptuosa pero no se podría decir que estuviese muy atrás. En cuanto a Tamian, él era extrovertido, bromista y algo arrogante, quería convertirse en un gran espadachín mágico, él tenía ojos azules, pelo rubio de punta, cuerpo de atleta y era algo más alto que yo.

A los quince años podías irte de la academia mágica, y eso hice. Convencí a Vivilian y a Tamian para hacernos aventureros y nos salimos de la academia mágica.

Al principio todo parecía muy utópico y bonito, íbamos al gremio, tomábamos alguna misión y la hacíamos. Pero no tardé en darme cuenta de que a ellos ya no les hacía tanta gracia eso de abandonar la comodidad que ofrece permanecer en la nobleza y la academia mágica, y su descontento se hacía cada vez mayor.

Estando en el bosque para investigar (me gusta explorar y reconocer el terreno antes de empezar alguna misión) pude ver algo curioso, la guerra entre los goblins.

Por un lado estaban los goblins morados y por otro los goblins verdes, los morados le habían arrebatado una cueva a los goblins verdes, los morados estaban liderados por un hobgoblin, podría ser difícil derrotarle, pero creían que sería factible.

En el momento en que los goblins morados salieron en persecución de los verdes decidí entrar a explorar la cueva.

A causa de otras misiones ya tenía ''Visión nocturna'' y ''Sigilo'', así que entré, maté un par de goblins que se habían quedado para asegurar la posición y elaboré un mapa de la cueva, todo ello antes de que volviesen los goblins morados.

The invencible RexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora