Flar
No llevo ni media mañana y ya me he ganado un título terrible, una reputación nefasta con una líder política y una gata castrosa que se nos ha acoplado. Correcto.
Bueno, no hay tiempo para lamentaciones, la segunda chica que había que recibir personalmente estaba al caer. Esta vez por suerte contábamos con que Akuaria vendría antes para lidiar con el problema mejor.
¿Que por qué Akuaria es tan necesaria? Porque la chica en cuestión es un dragón blanco, nieta de Darkent y Luciala, mis antiguos hermanos dragón. Y su madre, que al parecer tiene mucho ego dracónico, es quien la va a acompañar.
Si, lo se, eso hace a la madre mi sobrina y a su hija, que va a ser mi compañera de clase mi... emm... No tengo ni idea, pero si, estamos relacionados.
En cualquier caso, aparentemente en este caso el problema es más lidiar con la madre que con la hija, ya que si no ve indicios de que su hija pueda crecer en fuerza la llevará a la competencia. Akuaria está para evitar eso, ya que en esta ocasión, esta tipa es absurdamente fuerte para nuestros estándares y no nos va a tomar en serio.
-...Y recuerda, no la líes. Si es posible, no habrás tu bocaza ni te comportes raro.
-¡Oye, que yo soy muy educada! -me respondió Niko.
-Ya... -A ver cuanto tarda en liarla.
-Oye, ¿donde está Akuaria? Dijo que estaría esta vez antes ¿no? -Preguntó Iris.
-Ni idea. Solo recemos porque esta vez llegue a tiempo y no nos comamos el marrón nosotras.
Las tres estábamos en el recibidor de nuevo junto con el director, el cual parecía bastante inquieto.
Esta vez no había ido él a recibir a la invitada en cuestión, ya que esta tipa, Sera creo que se llama, podría tomárselo como una ofensa o algo así. Ya tiene que tener una gran fuerza esta tipa para justificar semejante ego...
Empecé a sentir una presencia afuera de la academia, y cuando miré por la ventana pude ver como llegaban volando un enorme dragón blanco, de perfectamente más de treinta metros de longitud, con una gigantesca envergadura en sus alas de plumas blancas radiantes. El rostro del dragón contaba con varios cuernos y un par de ojos azulados brillantes. Por detrás de los cuernos había una gran melena de plumas blancas.
Volando al lado de este dragón se encontraba lo que parecía una versión juvenil del mismo, de no más de siete metros de longitud, que lejos de volar tan elegantemente como el adulto, parecía tener dificultad, con un vuelo algo inestable y poco elegante.
Ambos dragones aterrizaron cerca del edificio principal, el adulto de forma imponente, soltando un rugido en el proceso, y el juvenil como si estuviese a punto de atropellarse a si mismo.
Luego surgió una explosión de fuego blanco del que aparecieron dos figuras humanoides que se encaminaron a la puerta.
-Creo que nuestro invitados ya están aquí.
-Estás recalcando lo obvio -Dijo Iris, que se encontraba pegada a mi mientras miraba la ventana.
De echo, todos los presentes estaban cerca de la ventana. Supongo que ver a un dragón enorme aterrizar es demasiado llamativo como para contenerse.
-A ver cuando aprendes a volar así tu -Me habló el hada de nuevo.
-Oye, técnicamente se volar... en un avión de pistón, pero el caso es que se volar -Dije por lo bajo.
-¿Huh?
-Ya te explicaré en otro momento.
Un par de minutos más tarde pudimos observar acercarse a las figuras humanoides que aterrizaron como dragones. Una era una mujer adulta, con el pelo blanco (Que no es pelo, sino el mismo tipo de plumaje que tengo yo por cabellera, recordad que no somos mamíferos) recogido en una coleta, escamas de similar color repartidas a los lados de la cara, con dos cuernos a cada lado de la cara y una larga cola del color de sus escamás.
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The invencible Rex
FantasyItami, un otaku quien tiene que lidiar en su vida con continuas palizas de sus compañeros y a los ojos de sus propios padres parece no existir, obtiene una nueva oportunidad después de que un misterioso evento le hiciese reencarnar como un huevo en...