Vs. El guardián del bosque.

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Un T-54 ardiendo. Había costado mandarlo al otro barrio, pero la vista del blindado estallando después de golpear en sus zonas más débiles con los M-20 merecía la pena. A decir verdad, costó mucho más debido a el apoyo de la infantería vietnamita, pero con mi M-60 había dado buena cuenta de ellos.

-Ridley, ¿cuántos? -le pregunté al soldado.

-Diez soldados fuera de combate, seis muertos y cuatro gravemente heridos.

-Hijos de... Tenían que hacernos una maldita emboscada ¿No podían ser buenos chicos y esperar a que llegásemos a su campamento para matarlos? -Maldecí al cielo cabreado.

-Bueno, podría haber sido peor, ¿Y si hubiese sido otro pelotón los desgraciados?

Miré a soldado. No le faltaba razón. Nosotros éramos fuerzas especiales experimentadas y pudimos lidiar con la ofensiva vietnamita. Si esto le hubiese tocado a otro pelotón menos entrenado y experimentado, las bajas serían mucho mayores.

-Voy a ver si se puede hacer algo por los heridos.

Asentí y miré como se alejaba el cabo Ridley hacia donde habíamos dejado a los heridos. Habíamos llegado hace medio día en helicópteros en una misión de buscar y destruir, así como para hacer de avanzada. No obstante, no nos hubiese venido nada mal un Patton o incluso un Sheridan, como le comuniqué a mi coronel, pero NOOOOO, no tenían manera logística de llevarnos un par de tanques...

A decir verdad, me quedé al borde de ser degradado a soldado raso en esa conversación, ¿Por qué? Bueno, es posible que dijese algunas joyitas sobre los huevos que le faltaban y sobre el trabajo nocturno de su madre al coronel...

-Bryan.

- ¿Si teniente?

-¿Puedes sujetarme el arma?

El soldado se me quedó mirando raro.

Suspiré.

-Me estoy cagando, y me he pasado toda la refriega con esos tipos -Dije señalando los cadáveres vietnamitas- con unas ganas de cagar horribles. Sinceramente, no es cómodo cagar con una ametralladora, así que, ¿puedes sujetármela?

Al soldado le dio la risa floja. Seguidamente, alargó el brazo mientras le dejaba mi ametralladora.

Me alejé apenas veinte metros del pelotón y procedí a la evacuación.

Diez minutos más tarde, me encontré de cara con cinco soldados vietnamitas. Fue un tanto incómodo, en gran parte porque yo aún tenía los pantalones bajados mientras me limpiaba con hojas de la selva mi trasero. No sé quién estaba más confuso, si ellos o yo, porque nos quedamos algo más de medio minuto mirándonos sin saber qué hacer.

Se me ocurrió sacar mi pistola, y pude ver como los soldados vietnamitas estaban a punto de reaccionar. Entonces, sin previo aviso, una flechita negra con la escritura ''To be continued'' empezó a sonar junto con una música y la imagen se paró cuando estaba por levantar mi arma.

Abrí los ojos súbitamente. Mirando a los arboles pude determinar que eso no era la jungla vietnamita.

Por si teníais la duda, la respuesta es no. Los sueños con temática militar humana de todas las eras no acabaron con mi reporte sobre ellos, sino que continuaron noche tras noche. Entre ellos, el de Vietnam era el más recurrente, junto con los de la segunda guerra mundial desde distintas perspectivas.

Agité mi cabeza de lado a lado para despejarme, ya que cuando sueño con Vietnam, por lo general me levanto malhumorado y con ganas de pegarle un tiro a algo... por suerte para ese ''algo'', en este mundo por varias razones lógicas no cuento con armas de fuego.

The invencible RexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora