¿Se acabó?

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No puedo quedarme aquí más tiempo, pero las posibilidades de escapar eran muy próximas a cero. Si tan solo no me lo hubiera encontrado aquel día, nada de esto habría pasado. Los Trancy estaban locos, y en particular Alastair era el más peligroso de ellos.

Por esta noche no puedo hacer más, estoy bloqueada y no puedo moverme. Por la mañana pensaré en lo que hacer.

-Emily...

-¿Hum? -Abrí los ojos y vi a Alastair a mi lado.

-Ya son las diez, despierta. -Agarré la manta y me di la vuelta para no verlo.

-No quiero.

-¿No quieres? -De repente me agarró el brazo y me levantó de la cama. -¿Me estás evitando?

-¡Sí! -Aparté la mano de un golpe y me soltó. -No pienso querer a alguien que va a destruir mi hogar. 

-Muy graciosa, ahora levántate y arréglate, hay cosas que tenemos que hacer.

-¡No voy a hacer nada que tú me ordenes!

-¿Qué pasa Emily?¿Ahora tiene miedo de mí? Porque parece que es eso...apestas a miedo y tu labio inferior está temblando. ¡Ridículo! ¿Piensas que yendo contra mí voy a renunciar a ti? Pues estás muy equivocada. -Se levantó de la cama y fue hacia el escritorio, se apoyó con las manos hacia atrás y sonrió. -¿Sabes cuántas mujeres desearían ahora mismo estar dónde tú estás ahora? Para tener todo lo que tú tienes, si fueras una cualquiera solo tendría que cambiarte y ya, pero eso no es lo que eres.

-Yo nunca he pedido nada de esto.

-Pero nunca te negaste, y ahora eres mía.

-Me estás utilizando para que Elliot haga lo que tú quieras, por eso me mantienes aquí.

-No eres tan tonta como creía. -Se empezó a reír. -Eres mi carta ganadora, él jamás querría que te pasara nada por eso me lo va a dar todo sin poner más pegas.

-Estás jugando sucio.

-Es mi juego, y yo juego como me da la gana. No me importa sacrificar piezas si con eso consigo lo que yo quiero.

-Ellos tiene razón, eres un monstruo. -Me miró y cuando le vi los ojos los tenían completamente rojos.

-¿Monstruo? Todavía no sabes nada. Si intentas escapar te buscarán o si intentas hacer cualquier tontería, tendrás problemas. Tenlo presente, de este lugar no se va nadie sin mi permiso.

-Elliot...

Narra Elliot:

Mike, y todos los demás se han ido, estoy solo... No sé que voy a hacer, es cuestión de tiempo para que los suyos lleguen aquí, además...Emily mintió para protegerme, lo sé habría muerto allí mismo de no ser porque ella se levantó y se puso en medio. Tengo que sacarla de ese lugar cuanto antes. Les he ordenado a James y a Lisa que se vayan también de aquí, y también a las demás familias de que aquí estaban en peligro. Excepto los cazadores, todos los demás se fueron de la ciudad. Solo quedan los humanos, y no sé como sacarlos de aquí, ellos no comprendían el peligro que estaban corriendo y lo que pasaría. Yo... tengo que hacer algo, lucharé contra él si es necesario, y si la única manera de detenerlo es matándolo que así sea

Narra Emily:

Me pase todo el día en la habitación, a pesar de que me trajeron el desayuno, la comida y la cena, no comí nada. Prefiero morir de hambre a aceptar algo más de él. Quiero volver a casa, tengo miedo. Ya eran las doce de la noche, cuando la puerta de la habitación se abrió y entró Alastair de nuevo.

-Me han dicho que no has comido nada durante todo el día. Eso está muy mal.

-Déjame en paz.

-Bueno...eso se arreglaré enseguida. -De pronto me agarró y me tiró a la cama. Era demasiado rápido, y no pude moverme porque ya estaba debajo de él, y me tenía los brazos sujetos fuertemente.

-¡Suéltame!

-Shh... eres muy ruidosa. -Empezó a lamer mi cuello, pero yo intentaba de cualquier manera posible escapar.

-No, no...por favor.

-Ya he esperado suficiente. Quiero tomar lo que es mío. -Sujetó mis muñecas con una sola mano, mientras abría un cajón de la mesilla y sacó una corbata, que usó para atar mis manos a la cabecera.

-¡Para!¡No quiero! -Y rompió mi camiseta de un solo tirón.

-Te compraré una nueva mañana. Ahora relájate, dentro de poco me suplicarás que no pare.

-¡Déjame, por favor!

Por mucho que gritara que se detuviera no me escuchaba. Empezó a lamerme todo el cuerpo, y cuando llegó hasta mi vientre mordió el borde de mi pantalón y lo bajó. Estaba desesperada por escapar, intentaba liberar mis manos pero por cada tirón que daba me hacía daño yo misma. Estaba llorando del miedo y mi cuerpo se retorcía por todos lados intentando que me dejara de tocar, pero no iba a parar por mucho que llorara. Mis manos ya tenían heridas, y el agarré me apretaba mucho las muñecas, pero creo que si doy un tirón más fuerte conseguiría liberar una. Me preparé para el dolor que iba a pasar, pero no sería mucho más que el de ser tomada a la fuerza por él. Tiré con todas mis fuerzas y conseguí soltar una mano, y tan pronto estaba libre él intentó volver a agarrarme, pero la moví y con las uñas conseguí arañarle con fuerza la cara y enseguida se separó. Aproveché que le había herido para soltar mi otra mano, y cuando lo logré me levanté deprisa.

-Maldita, ¡estás muerta!

Él se estaba levantando también y estaba muy enfadado. Mi única salida era salir por la ventana, así que me transformé y salí corriendo de esa casa. Salté y con suerte de que la nieve era blanda no me hice daño al caer. Empecé a correr lo más rápido que podía, ellos no tardarían en venir a por mí. No sabía donde estaba yendo, mi única preocupación ahora era alejarme todo lo que pudiera de allí. Ya escuchaba los pasos detrás de mí, y cada vez estaban más cerca de mí. ¿Podía escapar o era algo imposible? Tengo miedo, no quiero morir ahora. 

Pero en menos de un segundo me vi acorralada, llegué hasta un acantilado y no parecía haber vuelta atrás y él ya estaba muy cerca.

-¡Emily, vuelve aquí ahora mismo! -Al darme la vuelta le vi rodeado de varios lobos más. -No tienes escapatoria. -Retrocedí hacia atrás, y de repente el suelo se rompió y antes de que me diera cuenta ya estaba cayendo. -¡Emily! -Intentó agarrarme, pero no llegó hasta a mí. ¿Hasta aquí he llegado?

Mi Pequeña MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora