Mi Pequeña Mate

¡¡¡BODA!!!

Narra Emily:

Sin duda aquella cena fue un desastre, definitivamente se odiaban. Sam odiaba a Alastair, casi tanto como lo hacía Elliot, y he descubierto que Jack y Demian nunca han tenido buena relación. Si no fuera porque Charlotte intervino y calmó la situación estoy segura de que correría la sangre de alguno sobre la mesa. Pero quienes empezaron esto fueron los míos, así que en cierta parte es mi culpa también por poner a Alastair bajo presión. 

Descansé toda la noche dormida en sus brazos, grandes y cálidos... Mi cabeza reposaba sobre su pecho, escuchando el relajante sonido de los latidos de su corazón. Pero sin duda la razón por la que dormí tan tranquila era porque sentía su aroma cerca de mí.  

Por la mañana escuché como alguien daba golpes en la puerta. Abrí los ojos todavía con sueño, y lo primero que vi fue el rostro de Alastair todavía profundamente dormido y su pelo desordenado y despeinado. Me levanté adormilada y fui hasta la puerta para ver quién era, y cuando abrí entraron de golpe haciéndome a un lado.

-¿Aún estabais durmiendo? La ceremonia es una horas y vosotros todavía en la cama.

-Lo siento señorita Emily, he intentado pararla, pero... -Roger se disculpó por haber dejado entrar sin permiso a Catarina a nuestra habitación.

-No pasa nada. ¿Qué hora es?

-Las ocho y todavía tenemos cosas que hacer.

-Emily...¿qué pasa? -Alastair se despertó por el ruido, bostezó y se sentó en la cama.

-Aún es muy pronto...¿no podemos dormir una hora más? -Tanto él como yo seguíamos cansados y preferiríamos quedarnos en cama juntos un poco más.

-Tienes que ducharte, arreglarte el pelo, vestirte, maquillarte y tenemos que hacer las fotos, y todo eso nos vas a llevar varias horas. La boda empieza a las doce, así que apurad, todo debe ser perfecto, ¿no? Así que desperezaros los dos. Tú llévate al novio a otra habitación, no puede estar aquí, trae mal suerte que el novio vea a la novia antes de la boda.

-Nadie me va a separar de Emily. -Gruñó entre dientes mientras se levantaba.

-Solo son 4 horas. -Iba a darle un beso de buenos días, pero de repente Catarina me agarró y me separó de él.

-Ya tendréis tiempo de besaros más tarde, al baño.

-No, eso si que no...

-Señor, es mejor dejar a las mujeres preparase. -Roger cogió las cosas de Alastair y abrió la puerta. -Ya he preparado una habitación.

-¿Nos vemos en el desayuno?

-No hay tiempo.

-Tsk... Roger haz que traigan un café muy cargado para mí.

-Ya he pedido los desayunos para ambos. El suyo le espera en otro lado.

-Siempre un paso por delante... Pronto nos veremos, preciosa.

-Nos vemos. -Él se fue con Roger y Catarina me miró como si estuviera esperando algo. -¿Qué?

-A la ducha ya, llamaré a la peluquera para que suba. Venga, venga.

Me metí en el baño y me duche rápido, para que ella no perdiera los nervios. Mejor me doy la ducha con agua fría... sigo media-dormida, además...el agua fría hace que el pelo brille más, es una buena idea. Cuando salí de la ducha me encontré con una persona más en la habitación, y aquella mujer me indicaba que me sentara delante del espejo. Me senté y Catarina me trajo la bandeja con mi desayuno para que empezara comer.

-Tenemos reunión con las damas de honor, comprobar que los invitados estén preparados. Sofía ha ido a buscar las flores, ya debería de estar aquí.