La Hermanita de Alastair

5.1K 328 1
                                    

Narra Emily:

Cuando abrí los ojos recordé lo que había pasado anoche, me senté en la cama y al mirar debajo de las sábanas comprobé que realmente había hecho algo horrible. Estaba sola en la cama y fuera estaba nevando, un día más... Estaba tan atenta viendo la nieve, que no me di cuenta que Alastair estaba detrás de mí abrazándome, hasta que sentí algo en mi cuello y me giré enseguida para verle.

-Buenos días, Emy. ¿Cómo te sientes?

-Estoy bien. -Le respondí secamente y yo me cubrí más con las sábanas.

-¿Y no me vas a dar un beso? -No me quedó de otra y le di un beso rápido en los labios. -Hum... tienes el desayuno en la mesa. -Miré detrás de él, hacia la mesa, y vi una bandeja llena con variedad de cosas. -Que pena no poder desayunar contigo, pero debo ir a encargarme de unos asuntos de Alfa. Pero antes... -Cogió un vaso de agua que había en la mesilla y algo más, abrió la mano y en su palma había una pastilla. -Tómatela.

-¿Qué es?

-Para que no te quedes embarazada, preciosa. -Cogí ambas cosas y miré la pastilla.

-¿De verdad funciona?

-Sí, ahora a la boca. -La puse en la boca y tomé el agua para tomarla. -Muy bien. -Cogió el vaso y lo puso de nuevo en la mesilla. -Por cierto, olvídate de ese libro que habla tan mal de mi familia, es una muy mala lectura. -¿Lo ha encontrado? -Si quieres leer, Roger te acompañará a una librería y te comprará los libros que quieras. Y una cosa más... no puedes salir sola y sin avisar, ¿vale?

-Sí. -Se levantó de la cama y cogió su chaqueta.

-A las seis volveré a casa, adiós Emily.

Se fue y me quedé sola de nuevo. Me sentía completamente mal, odio esto...¿Pero qué podía hacer? Ya no me queda nada. Me levanté de la cama y fui hasta el baño para darme una ducha y desmaquillarme. Me lavé bien, intentando sacar este olor que tenía impregnado en todo mi cuerpo, pero me resultaba imposible. Quité el maquillaje y limpié bien mi cara, y cuando salí del baño cogí mi ropa, dentro toda esa ropa extravagante que tenía en el armario, cogí unos pantalones negros y un jersey rojo perfecto para el frío de este lugar. Me senté en una silla para ponerme las botas, y cuando me las puse miré el desayuno que había en la mesa. Tenía hambre y mis manos se movían solas para coger una tostada. Si no comía, él se enfadaría como la otra vez, mejor le hago caso.

Al acabar, salí de la habitación, bajé las escaleras y me asomé a la ventana que daba al porche. Había dos hombres caminando de un lado a otro, dudo que pueda escapar, al menos no mientras tenga guardias vigilando todos mis pasos.

-Señorita Emily. -Me di la vuelta y vi al más fiel ayudante de Alastair allí, Roger.

-¿Dónde está?

-Ha salido, volverá a las seis. Dentro de una hora vendrá la señorita Mina a hacerle compañía.

-¿Mina?

-La hermana pequeña del señor, Mina Trancy. Mientras tanto puede ver la televisión en la sala. ¿Le apetece tomar un té?

-Sí, creo que lo voy a necesitar.

No solo debía aguantar a un Trancy, ahora a dos. Necesito estar media drogada para soportar todo esto. Fui al salón y me senté en el sofá para ver la tele y distraerme un rato. Pasó una hora, y en cuanto llamaron a la puerta Roger fue enseguida a abrir. Apagué la tele y me levanté, entonces entró ella y un hombre que la acompañaba, y Roger detrás.

-¡Aquí estás! -De repente vino hacia a mí corriendo y me abrazó. -No estás muerta, ¿no? Seguro que Alastair se inventó que te habías caído por esa acantilado. Que ilusión...pronto voy a tener una hermanita, ya estaba harta de ser la única chica entre esos tres.

Mi Pequeña MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora