La Manada Oculta en el Bosque

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Caminé durante todo el día y ahora estaba realmente cansado y hambriento, debía comer algo...pero aquí no hay nada cerca. Solo nieve, nieve y más nieve. De repente sentí una presencia cerca de mí, me di la vuelta, pero atrás no había nadie. Ese olor seguía cerca aunque no viera a nadie, es extraño. Me di la vuelta y de repente un lobo me empujó al suelo y se puso sobre mí. Abrió su boca dispuesto a matarme, pero entonces acercó su hocico a mi cuello y empezó a olfatearme.

-No soy un humano, soy como tú.

Sus ojos eran azules y su pelaje era castaño claro. No era un lobo muy grande, incluso diría que era más pequeño que yo. De repente se transformó y al ver a una chica de mi edad me sorprendí, pero al verla mejor, me di cuenta de que estaba desnuda y mi cuerpo se quedó paralizado. Miré a otro lado enseguida y sentí mis mejillas arder.

-¿Quién eres?¿Y que haces en nuestro territorio?

-Solo  pasaba por aquí. Me llamo Demian.

-Vistes como un humano, pero hueles como uno de nosotros. ¿Qué eres?

-Soy un lobo como tú, ahora podrías separarte de mí, estoy es incómodo.

-¿Por qué es incómodo?

-Eh...-Tenía que pensar algo rápido y al tocar la nieve con la mano se me ocurrió. -¿Acaso no tienes frío?

-¿Frío?¿Tú tienes frío? -Colocó su mano en mi mejilla y acercó su rostro mucho más al mío. -Si eres como yo deberías tu temperatura corporal debería ser superior. -¿Eres un lobo falso?

-¿Un lobo falso?

-Hueles mucho a humano. Apesta. -Se levantó y yo me di la vuelta para no mirarla, ya que todavía seguía desnuda.

-¿De qué manada vienes? ¿Y por qué estás en nuestro territorio?

-Yo no soy de ninguna manada, me he escapado.

-¿Eres un desertor?

-Más o menos...

-Te llamabas Demian, ¿no? Soy René, ¿qué edad tienes? No pareces que hayas cumplido los 126.

-No, yo tengo 112.

-¿De verdad? Entonces no eres un lobo falso.

¿Qué es eso de los lobos falsos?

-Ven conmigo. -De pronto sentí que cogió mi mano y cuando me dio la vuelta la vi vestida, pero con ropa echa de pieles de animales. -Ahora ya no estás incómodo, ¿Eh? -Se rió y empezamos a caminar.

-¿A dónde me llevas?

-Pronto anochecerá y seguro que estarás hambriento, así que te llevo a mi casa.

-¿A tu casa? Espera, ni siquiera sé quién eres...Y hace cinco minutos casi me arrancas la cabeza.

-Porque pensé que eras un humano. Visten como lo haces tú ahora.

-¿Matáis humanos?

-Normalmente no se acercan tanto, pero los que se acercan tenemos que encargarnos de ellos.

Aquella chica parecía de mi edad más o menos, era de tez pálida y en sus mejillas tenía pequeñas pecas. Sus ojos eran de un azul intenso y su cabello era castaño y rebelde y despeinado. Iba descalza y solo tenía puesto una falda de piel y una parte superior del mismo pelaje de manga corta. Parecía totalmente sacada del pasado, lo me que me daba más curiosidad saber quién era y de dónde venía.

Caminamos durante un buen rato y cuando la noche cayó sobre nosotros llegamos hasta una montaña en la que había varias plataformas de madera, y sobre ellas había hombres. También había mujeres caminando de un lado a otro con cestas y otras cosas. Y otros trabajando en la tierra, cultivando y recogiendo fruta.

Mi Pequeña MateDonde viven las historias. Descúbrelo ahora