Día 7

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POV ANASTASIA

Que bestia. ¿Qué es lo que le pasa? Estamos solos en algún lugar donde existen más de 10.000 islas. No se da cuenta que quizás nunca nos encuentren y que estaremos solo hasta que nuestra vida se vaya.

No quiero pasar mis días con él, si se sigue comportando de esa manera. Yo nunca tuve tanto dinero como él, solo en algún sueño loco pero nunca he visto el dinero como algo tan importante. Mis comidas eran básicas, nada caviar o filete, pero comía bien y mi papá gano sus buenos kilos conmigo. Él siempre había comido cosas con muchas grasas, las hamburguesas eran su almuerzo diario y las papas fritas, por lo menos las comía 4 veces a la semana.

De a poco fui bajando la cantidad de sal y la fritura. Pero igual su cuerpo estaba mostrando síntomas de resentir tanta caloría hasta que le dio un infarto. Llego a la urgencia casi muriendo y desde ese día que cambio totalmente. Me dijo seriamente que jamás volvería a pasar por ese dolor tan fuerte que no los dejaba hacer nada.

No entiendo como Cristian, sabiendo nuestra situación, se comporta de esa manera. Pero también lo entiendo. Básicamente estamos comiendo lo que hay en las cajas y si mis cálculos no me fallan y la temperatura nos ayuda, tendremos comida para tres o cuatro días más. Después de eso, tendré que hacer otra excursión por la isla para ver que puedo conseguir.

Anoche, fue una noche mala. Después de que terminara explotando en llanto, Cristian jamás se acercó a mí. Solo se quedó donde se encontraba mirándome. No dijo nada más, solo tomo un poco de agua caliente, la echo en el pote y espero varios minutos. Con varias muecas, comió todo el contenido para después acortarse y dormir tranquilamente.

Toda la noche escuche su ronquido. A veces era suave pero otras veces llegaba a retumbar en la caverna. Cuando estaba por quedarme dormida, sus ronquidos me despertaban. Así que antes que amaneciera, salí de la cueva rumbo al mar. Necesitaba mi espacio y dormir. Sé que no podría dormir en la arena pero estar alejado de él, un par de horas me ayudaría.

Pero como nunca puedo quedarme tranquila, cosa que admira y odia mi padre, estoy debajo de una palmera, mirando cómo puedo hacer una alfombra. El suelo es demasiado helado y aunque la fogata este prendida, el frio se mete por cualquier lado.

Así que, aquí estoy peleando con una hoja de palmera. En algún lado vi que se podían tejer y hay tantas hojas en el suelo que se están desperdiciando. Las recojo con mucho cuidado, no quiero que me vaya a picar o morder algún bicho feo. No tengo ni la menor idea cuales de todos los animales son venenosos pero como dice mi padre: "colorido y bonito es, jamás debes conocer".

El sol no esta tan fuerte pero igual estoy bajo la sombra de una palmera. No he podido tejer las hojas por separado pero se me ocurrió tejer la hoja completa. Lo malo es que no sé cómo tejer las hojas completa o como pegarlas. Algo se me ocurrirá.

-por arriba... por abajo... tiro... por arriba... por abajo... tiro... por arriba... por aba...-

-pensé que te habías ido- dice Cristian. Está muy agitado y transpirando.

-no. Estoy aquí, disfrutando de la vista y tejiendo- digo mientras las muestro mi manualidad.

-¿Por qué estas tejiendo?- dice y se sienta a mi lado.

-porque estoy cansada de dormir en el suelo frio. Es más cómodo poner algo entre el suelo y yo- digo mientras le restó importancia. La verdad es que no creo que le importe mucho lo que haga.

-ya veo. Yo... yo quería pedirte disculpas por mi comportamiento de anoche. Esta situación me está comenzando a molestar y no soy buena compañía en esos momentos. Mis padres me han regañado bastante por no poder controlar mi carácter y más de una vez e echo llorar a mi hermana por alguna respuesta muy dura. Siempre me he considerado un hombre solitario y estar contigo... solo no estoy- dice.

60 días: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora