Día 22

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POV GRACE

Mi hijo. Mi pequeño está perdido en este gran océano que cubre más del 70 por ciento del planeta. Tres semanas. Tres semanas que no sé nada de él, pero mi corazón de madre, me dice que no está muerto, que aún vive y que lo encontrare.

-amor, debes de comer algo- dice mi esposo. Giro mi cabeza y lo miro. Tiene grandes ojeras debajo de sus hermosos ojos. Sé que he estado deprimida con el tema y él se ha mantenido fuerte, excepto algunas noches que ha llorado de impotencia en el despacho, solo. ¿Cómo lo sé? Porque no me gusta dormir sola y cuando no estaba en la habitación, lo salía a buscar al despacho. Es doloroso ver como un hombre tan fuerte, se desmorone solo y sin mi apoyo. Pero es su decisión.

-hay Carric. Mi hambre se fue bastante lejos. Quiero a mi hijo de vuelta- digo conteniendo las lágrimas.

-él está bien. Mi corazón me dice que no está muerto. El sigue vivo- dice mi esposo confiado.

-también siento lo mismo. Pero cuando leo en los diarios que van más de 20 fallecidas y más de 100 desaparecidas, me aterra al pensar que no volveré a ver a mi hijo- digo. Suelto la cuchara que estaba en mi mano y lo miro.

-aún no hay nada confirmado. Solo sabemos que el crucero sufrió una falla que provoco que se hundiera. La armada juntos con los demás servicios, están buscando día y noche en los alrededores pero son demasiadas islas. Cariño, tengo mi fe en que está vivo y que lo vamos a encontrar. Hay varias historias donde una persona ha sobrevivido varios meses en una isla- dice mi esposo para darme algo de tranquilidad.

-yo solo quiero a mi hijo de vuelta. Nada más- digo conteniendo las ganas de llorar. Carric se levanta de su asiento y se gana a mi lado.

-cariño, él va a aparecer. Además, ¿Quién te asegura que lo está pasando mal? Puede que incluso este muy bien acompañado, con alguna jovencita hermosa y pasándola bien mientras espera que lo vayan a buscar- dice mi marido y sonrió. Todo es posible en este momento.

-tengo tanto miedo que este solo. Tiene un carácter de mierda que molesta y es más complicado de tratar que cualquiera de mis hijos. Es caprichoso, egoísta y con una lengua afilada peligrosa. Ojala y la persona que este con él, pueda soportarlo- digo. Este hijo mío, me ha causado muchos dolores de cabeza desde pequeño. Se metió en tantos problemas que nos volvió locos cuando apenas tenía 10 años.

-cariño, la vida es más vengativa de lo crees. Él ha sido una bragueta suelta en los últimos años. Ha roto corazones más que ningún adolecente que conozco, ni su hermano lo supera. Ha usado su influencia para conquistar a quien se le pase por delante. Eso cariño, la vida lo ve y lleva un registro. Cuando se lo cobre, ¡Ay Dios mío que lo va a pagar caro!- dice y me rio.

-por ahora solo imaginare que mi hijo está nadando en alguna parte del mar, jugando con delfines y surfeando en olas grandes. ¿Está bien ese sueño en mi cabeza?- Carric niega con la cabeza y me besa.

-cariño, puedes imaginar lo que quieras con tal de estar tranquila. Además tengo que contarte algo. No me regañes pero se me olvido completamente decirte antes- dice y frunzo el ceño.

-no me asuste. ¿Qué se te olvido?-

-quiero que sepas que en la tarde va a venir un amigo mío. Está pasando lo mismo que nosotros. Su única hija también esta extraviada. Su nombre es anastasia. No nos habíamos vistos hace años y lo invite para que hablemos. Él no lo está pasando bien y quiero sabes porque está solo. Se de una fuerte cercana que su mujer, la madre de la hija, está viviendo en una casas más allá de la de nosotros. Quiero saber qué es lo que está pasando y poder ayudarlo- dice con pena.

-¿Por qué lo quieres ayudar con tanto afán? Sé que tienes un corazón de oro pero, ¿Qué fue lo que paso?-

-digamos que cometí un gran error con él y gracias a ello, yo estoy donde estoy y el en malas condiciones- digo con más pena.

60 días: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora