POV GRACE
No puedo más con esto. Mi hijo no está en ningún lado y no quiero pensar mal, pero todo apunta que él no está en este mundo. La guardia costera dijo que no seguirán costeando algo, que para ellos, no tiene sentido. No hay nada que hacer. Mi Christian, mi niño amado, se ha perdido en el mar y no hay nada que pueda hacer.
Estoy en la antigua habitación de Christian. Aún quedan muchas cosas de él, que no fui capaz de sacar. Hay ropa, libros, algunos recuerdos que me hizo para el día de la madre pero, hay algo que jamás he podido dejar que salga de este cuarto.
Es una foto de mi hijo, con solo unos meses de nacido. Era uno de esos días, en que los bebés están en toda su furia. Había llorado toda la mañana y no entendía el porqué. Soy pediatra y no podía con mi hijo. Estaba a punto de volverme loca. Carric estaba trabajando y Elliot estaba en el jardín.
No podía contenerlo y estaba a punto de llorar. Fue la primera vez que me sentí frustrada, aun sabiendo tanto de esa área. Me senté frente a su cuna y tome una foto para dejarla en su libro y poder colocarle: "Primer día de furia. Mamá a punto de volverse loca". Saque unas tres fotos hasta que la última fue la que me robo el corazón.
Cuando rebele las fotos, mis pulmones quedaron sin aire y me puse a llorar, sin poder evitarlo. Mi bebé, estaba sonriendo. Sus mejillas estaban rosaditas y no había rastro de lágrimas y mucho menos, de que había llorado. Se veía tan lindo y tan tierno. No podía creer que después de llorar tanto no quedara rastro de eso y solo se viera la ternura reflejada en el rostro de mi bebé.
Pero hoy no lo tengo conmigo, porque no sé dónde se encuentra. Tomo la foto en mis manos y la llevo a mi pecho. No me considero una mala persona, ni haber hecho algo tan malo como para recibir este castigo.
Carric todas las noches, se encierra en el despacho a llorar. El piensa que no lo sé, pero no hay que ser adivina para ver que debajo de sus ojos, hay una línea roja por tanto llorar. Esto nos está destruyendo y no sé qué más hacer para que Dios escuche mis ruegos.
¡Quiero a mi hijo de vuelta! ¡Lo quiero ahora y a mi lado! ¿Es mucho pedir? No lo creo, seria injusta la vida si me lo quitan. Mis hijos son lo más importante que tengo y si me falta uno, estoy incompleta.
-Grace, ¿Dónde estás? Tengo noticias sobre la búsqueda de Cristian- dejo la foto en la mesa y cierro la habitación. El dueño de esta, volverá algún día. De eso debo de estar segura porque el día que dude, no regresara, jamás.
-¿Qué ocurre?- digo cuando llego a su lado. Sus ojos demuestran cansancio y el, ha estado trabajando más que en nadie para traer a nuestro hijo con nosotros.
-hable con Ray y está igual que yo. Así que ha hablado con un amigo que tiene un barco. Él dijo que conocía muchas de las islas de las zonas y que nos podía ayudar. Quiero que hablemos con él, los tres- dice y me corazón late muy fuerte.
-¿Eso es cierto? ¡Oh, Carric! Si eso es verdad aún hay esperanza. No quiero decir que me hay rendido, es solo que... después de decirnos que la búsqueda se había acabado... más difícil se me hacia encontrar a mi hijo- digo intentando contener las ganas de llorar.
-Grace, amor. Nunca hay que dar nada por seguro. Nuestro hijo es fuerte y no dudaría que está bien en cualquiera de las islas que hay en ese lugar. Pero, lo que más me importa ahora, es que hablemos con Elliot. Lo está pasando realmente mal- dice y suspiro.
-lo sé. Ayer fui a verlo al trabajo y no me quiso recibir. Según su mano derecha, estaba supervisando algo en la obra y que no podía pasar porque me podía car algo en la cabeza. Al principio supuse que era algo de mi seguridad pero cuando iba saliendo, me percate que su casco y todo lo que necesita está en la silla al lado de la puerta. Carric tu sabes que no es la primera vez que voy a ver a mi hijo en alguno de los trabajos y donde dejo las cosas y como las dejo, significa que estaba en su despacho- digo. Mi hijo se siente culpable. Él me dijo que se sentía responsables por la desaparición de su hermano.
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60 días: Cristian y Anastasia
FanfictionVacaciones, una palabra que no existe en el diccionario de dos personas. El, el dueño de una de las riquezas más grandes de Estados Unidos, un genio y con gran intelecto pero solitario. No ha existido mujer que pueda cautivar su corazón y ya perdió...