Dia 44

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POV CRISTIAN

Ana está dormida a mi lado. He tomado su cuerpo varias veces durante la noche. Ella es la única persona que me puede calmar. He estado un poco estresado y se debe a que estoy comenzando a extrañar a mi familia. No es que no la quisiera pero, siempre he sido distante. Las únicas veces que he sido un hijo en todas sus letras, en cuando hablábamos por teléfono.

Mi madre siempre me dio mi espacio. Sabía que no era un hijo de mucha demostración de afecto pero, me amaba tal y como era. Supongo que nunca le hice las cosas fáciles y ella ha tenido la paciencia suficiente para no matarme en algún momento.

El día que esa mujer mato a mi hijo, ella estuvo conmigo. La llame por teléfono y le dije que estaba en la urgencia del hospital. No fue capaz de decir nada más. Llego a los minutos. No pregunto nada, simplemente me dejo esconderme en sus brazos. Esperamos pacientemente hasta que el medico salió y nos dio la noticia.

Mi hijo había muerto. Y lo peor de todo es que ella había pedido que lo dejaran en una fosa común, donde dejan los restos humanos, como amputaciones o cosas por estilo. Mi madre dijo que en ese momento enloquecí. Tanto mi padre como mi hermano me sacaron a la calle para que pudiera votar toda la rabia que esta guardando. Rompí el vidrio de mi auto, el espejo se hizo trizas y termine con varios de esos vidrios enterrados en mis manos.

Me llevaron a la urgencia para limpiarme las heridas y sacar los vidrios que tenía incrustados en los nudillos. Mi madre quería regañarme pero, prefirió guardar silencio. Ella sabía que estaba descontrolado y pidió ayuda a un médico amigo.

Me colocaron un calmante. Llorando, un poco perdido, le pedí al médico que no votara a mi hijo a esa fosa. Que me lo entregara, ya que quería darle un lugar de descanso. Teniendo 6 meses, el bebé está formado y no era cualquier cosa. El médico me entendió y cuando pude tranquilizarme, el médico me hizo llenar los papeles y al final del día, en un ataúd pequeño, se encontraba el cuerpo sin vida de mi bebé.

No tenía ni la menor idea de que ponerle en la lápida. No sabía que había sido hasta que mi madre, se acercó y me abrazo. En un dulce susurro me dijo: "Era una niña". Cerré los ojos y deje que las lágrimas corrieran por mis mejillas. Lo único que se me vino a la cabeza fue que la esperanza de tener a mi hijo en los brazos, se fuera.

Decidí que ese sería su nombre, Hope. En una lápida muy sencilla esta escrito su nombre. Hope Grey. La bebé que nunca pude tomar en mis brazos, a la que nunca pude acariciar y que no tuve la oportunidad de conocer. Su tumba está rodeada de flores y de muchos juguetes. Casi todos los sábados iba a limpiar su tumba y a llevarle algún juguete nuevo. Ese ha sido mi modo de recordarla y estando aquí no he podido y el corazón me duele.

-Cristian, ¿Qué ocurre? ¿Por qué estas llorando?- me pregunta Ana. Está mirándome con esos ojos azules que me saben leer tan bien que me llega a asustar.

-solo estaba recordando mi pasado- ella acaricia mi mejilla y se lleva una de mis lágrimas.

-puedes confiar en mí. Puedes decirme lo que quieras, sabes que te escuchare y jamás te juzgare. No sigas cargando con más dolor en tu corazón- dice y me sonríe.

-la otra noche se me olvido decirte algo sobre lo que más me causa dolor- digo y ella suspira. Besa mi hombro y luego deja descansando su mano en mi abdomen.

-supongo que al acordarte de eso, el dolor que tenías en tu corazón volvió a vivir. No me gusta verte sufrir de esta manera Cristian. Puedes parecer este empresario intimidante y distante pero, en el fondo, tienes un corazón precioso y lleno de virtudes. Nadie que no tuviera un corazón, ayudaría a la gente como tú lo haces- dice y le devuelvo una pequeña sonrisa.

60 días: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora