POV CRISTIAN
-¡Oh Dios Santo! Eso duele- dice Ana.
-lo sé. Este demasiado adentro y no puedo. Parece que se atascó- digo y me rio de su cara.
-eso es imposible. Es del grosor de un sancudo, ¿Cómo es posible que se atasque?- dice enojada.
-el cuerpo es extraño Ana. A veces las cosas más pequeñas son las que más daño hacen- digo.
-pero me duele. No pongas esa cara, está riéndote a causa de mi dolor- dice y me apunta con el dedo. Pasa una de sus piernas por debajo de mí y me pega un rodillazo en las costillas.
-oye, eso duele- digo frunciendo el ceño.
-eso es para que sientas lo que estoy sintiendo. ¡Sácalo de una vez!- dice y me rio. Con los dientes, tomo el pequeño palo que se incrustó en la mano de Ana y lo comienzo a sacar. Ella se queja y me dan ganas de reír. Están infantil cuando se trata de alguna dolencia.
-listo. Es solo un pedazo de madera Ana, no es la gran cosa- digo mientras le muestro el pequeño trozo de madera.
-tonto. No eres tu quien se lo enterró- dice y se sienta en la arena en modo indio.
-eres infantil en ciertos aspectos, ¿Lo sabias?- digo ganándome frente a ella.
-sí, lo sé. Mi padre me lo ha dicho muchas veces pero no lo tomo en cuenta. Estoy acostumbrada a ser exagerada- dice como si nada. Es como Mia en ese aspecto. Ella no le importaba hacer el ridículo con tal de hacer lo que ella quisiera. A veces era divertido pero otras... la palabra vergüenza no existía.
-eres... peculiar- digo meditando la palabras. Ella frunce el ceño y me mira.
-¿peculiar? ¿En qué sentido? A veces eres muy complicado para hablar- dice mirando su mano. Con un pedazo de tela, aprieta la herida para que no sangre más.
-porque no eres igual a las demás mujeres- digo pensando las palabras.
-las mujeres no tenemos que ser iguales. Nadie es igual a otros. Estas equivocado si piensas de esa manera. No creo que tu madre, hermana o incluso tu abuela sean muy parecidas entre si- dice mirando su mano. Quita el pedazo de tela y lo vuelve a colocar.
-bueno, eso es cierto. No son iguales pero son mujeres que he aprendido a conocer y tratar de una manera adecuada. Bueno con mi hermana he cometido más errores porque no se parece en nada a las otras mujeres de la familia pero reconozco que he salido con vida de los ataques endemoniados de mi hermana. Ella puede ser muy dulce cuando quiero pero tiene un lado demoniaco que asusta- digo aguantando la risa que comienza a nacer.
-eres cruel con tu hermana. Las mujeres no somos difíciles de comprender pero deben reconocer que la cantidad de hormonas que corren por nuestras venas son gigantescas y por cualquier cambio reaccionamos de dos formas: llorar o enojo- dice restándole importancia.
-y cuando se enojan no hablan- digo en un contra ataque.
-por mi parte cuando no hablo es porque necesito enfriarme. Hay veces que las personas me sacan de quicio y en vez de gritarles o responderle de mala manera, simplemente guardo silencio hasta que llega el momento que el enojo pasa- dice como si nada.
-¿Te enojas con mucha frecuencia?-
-no. Tengo la habilidad de contar hasta mil y seguir como si nada. Pero por eso te digo, cuando se nos desequilibran las hormonas, somos odiosas. Solo basta ver cómo nos ponemos cuando nos llega el periodo. Mañosa, irritable, sentimientos a flor de piel y más acciones, marcan la pauta. Ray, cuando se daba cuenta de lo que pasaba mensualmente, comparaba mucho helado de chocolate y arrendaba varias películas del área de la comedia. Hacia un pequeño cine en la sala y en vez de terminar llorando, terminaba llorando de felicidad- dice sonriendo melancólicamente.
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60 días: Cristian y Anastasia
FanfictionVacaciones, una palabra que no existe en el diccionario de dos personas. El, el dueño de una de las riquezas más grandes de Estados Unidos, un genio y con gran intelecto pero solitario. No ha existido mujer que pueda cautivar su corazón y ya perdió...