Dia 21

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POV ANASTASIA

Estoy calentita y muy cómoda. Quiero quedarme aquí y no volver a la cabaña. No es que me esté quejando pero me gustaría tener una cama, blanda y cómoda como la que había en la casa.

Extraño a morir a mi papa y a mi perro. Quiero volver a ver a mis niños y trabajar con ellos. Ver sus sonrisas cuando mi pequeño cuadrúpedo hacia algo gracioso. Escuchar los ladridos o algún quejido de su parte. Quiero regresar a mi vida, quiero regresar a mi familia, quiero volver a mi casa.

Quiero regresar ahora.

Intento contener las emociones que están haciendo en mi pecho. No quiero llorar, no debí llorar. No quiero que nadie me vea rota. Contengo las ganas de llorar pero, ¿Cómo contengo las ganas de llorar cuando mis emociones están a flor de piel? Niego con la cabeza y me acurruco más en la fuente de calor que tengo cerca. Esta inusualmente frio, o puede ser que yo este fría, pero ese calor se siente bien.

Los brazos de alguien me aprietan más a ese calor y me siento a gusto. Coloco uno de mis brazos muy cerca del origen del calor y me aferro a él. Es mi puente de salvación. Es el puente que me impide caer. Así de sencillo es lo que siento.

-Ana, ¿Qué ocurre?- dice la voz de Cristian muy cerca de mí. Abro mis ojos y levanto mi cabeza. Choco con algo duro y luego escucho una maldición. Busco con lo que choque y veo a Cristian masajeando su mentón y me siento mal. Mis ojos se comienzan a cristalizar. Escondo mi rostro y escucho a Cristian maldecir, nuevamente.

-tiene una boca muy sucia señor Grey- digo. Masajeo mi cabeza. Este hombre tiene la cabeza muy dura.

-y usted una cabeza muy dura señorita Steele- me mira de forma penetrante. Al final hago un puchero y él se ríe.

-ya amaneció. Tengo muchas cosas que hacer, comenzando por buscar algo que comer- digo. Él me está mirando fijamente y no quiero responder al cuestionario. Tengo la sensación que él puede ver a través de mí y de mis emociones.

-no te vas a ir tan rápido. Tenemos que hablar. Desde anoche has estado muy rara y por más que se lo quieras cargar a tu periodo, sé que no es cierto. Está ocultando cosas que no te están haciendo bien. Debes hablar, quedarte con ese peso no te hará bien. Puede que sea un idiota la mayor parte del tiempo pero soy bueno escuchando- doce y frunzo el ceño.

-y también juzgando- digo y me arrepiento de decirlo. El me mira y niega con la cabeza. Suspiro. El filtro se ha ido de mi cuerpo y esas son las consecuencias. No me mido al momento de decir las cosas y por lo general termino haciendo daño a las personas que se encuentra a mi alrededor.

-no has dicho nada que alguien antes no me haya dicho. Así que no pongas esa cara. Es normal que me consideres de esa manera cuando no he hecho nada para cambiar esa opinión de mí. Debería dejar de huir cuando las cosas se ponen feas. Es cierto que estamos solos pero si, sigues poniendo distancia entre los dos, lo único que ganaremos es no hablar y guardar más cosas en nuestro cuerpo- frunzo el ceño al escuchar sus palabras.

-muy filantrópico lo que acabas de decir. ¿Cuántas partes hay de Cristian Grey que no conozco aun?- digo y él se ríe. Se frota el pelo con la palma de la mano.

-yo creo que por lo menos hay unas 50 facetas. ¿Te arriesgas a conocerlas todas?- dice levantando una ceja y me rio con ganas.

-he conocido varias y son una o dos las que me gustan solamente. Mucha habladuría, necesito ir a pescar, ya que tengo hambre y no hay nada más que fruta. Me gustan pero no en tanta cantidad- digo y el suspira.

-de acuerdo pero créeme que después hablaremos. Estas evitando hablar conmigo y no me gusta cuando me oculta cosas- dice y niego con la cabeza. Las imágenes de mis sueños llegan y me dan ganas de llorar. Quiero no pensar más en eso pero es imposible. Extraño demasiado ni vida y a mis seres queridos, aunque sean contados con los dedos de una mano. Mis ojos se vuelven a cristalizar y por más que intente detenerlas, no puedo. Comienzan a correr por mis mejillas. Él se acerca a mí y me abraza.

60 días: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora