Día 15

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POV ANASTASIA

-esto esta quedando realmente firme pero hay que buscar donde colocar la llama cruz de san Andrés. Todas las construcciones las tienen y es para darle firmeza. Hay que buscar un lugar donde colocarla- digo. Esta los pilares clavados en la arena. Cuando los colocamos hicimos varios niveles. Unos con piedras y otros con arena. Siempre mojando para que la arena se apriete.

Cristian se ha colgado como mono de los palos y han resistido su peso. Jadeo silenciosamente cuando sus músculos se hicieron notar. ¿Qué me está pasando? Nunca he notado el físico de nadie y mucho jadear cuando veía el torso desnudo de algún hombre.

-¿Con que vamos a hacer las murallas?- dice mirando los nudos en los extremos de los palos.

-estaba pensando en hacer hileras con hojas de palmera. Hay muchas. Podemos usar las que tengo tejidas como cubre suelo y empezar a trabajar con las hileras de la muralla- digo animada.

-no es mala idea. Además se te da muy bien tejer esas, yo no podría- dice riéndose de mí.

-no es difícil. Solo que hay que tener paciencia. Nada en esta vida es fácil, Cristian. Para aprender a caminar, comenzaste a gatear y cuando comenzaste a dar los primeros pasos, te debes de haber caído. Es así la vida, todos comenzamos de la nada. Esa es la ley de la vida- digo ganándome debajo de los palos.

-me está comenzando a caer mal tu forma de hablar. Siempre tienes la razón, no puedo refutar tus argumentos con nada de los míos. Eres más joven que yo y eres mucho más segura. Odio eso- dice en modo gruñón. Se cruza de brazos y me mira fijamente.

-es solo que he vivido de una manera distinta a la tuyo. No he tenido lujos ni nada de eso. Me las he arreglado con lo que he tenido y he aprendido a golpes. Quizás madura más rápido que otras personas- digo restándole importancia.

-me carga eso. Pero me tendré que acostumbrar. Voy a buscar otros palos y poder hacer las vigas. Así podremos comenzar con el techo y una vez terminando eso, comenzamos con las murallas- dice mientras asiento a cada una de sus peticiones.

-también hay que hacer un agujero grande en el suelo. Debemos proteger que ninguna braza de la fogata pueda incendiar la cabaña. Estaba pensando que podríamos no solo hacer una pieza sino hacer tres. Dos que sean habitaciones y una tercera que sea donde cocinamos- digo mientras camino entre los palos.

-no es mala idea. Podemos ampliarla y así tener nuestro lugar propio. No me gustaría estar contigo cuando este emocional y esas cosas por tu periodo- dice y se ríe. ¿Cuándo los hombres dejaran de pensar que lo emocional no viene por el periodo?

-¿Te estás dando cuenta que estas culpando al pobre periodo de la boca estúpida de la mayoría de los hombres? Muchas de las actitudes de los hombres son las que nos hace sentir sensibles. Físicamente y psicológicamente los hombres son más toscos. Constantemente están diciendo cosas y no se dan cuenta de los daños, hasta que nos ven llorar. No miden sus palabras- digo mientras mido con mis brazos el ancho de la cabaña.

-se me hacía más fácil culpar al periodo de Mia que pedir disculpas- dice melancólico.

-y te apuestos que te costaba bastante para que te perdonara esa frase. Cristian, las mujeres somos así porque biológicamente sufrimos cambios bruscos. Cuando somos niños, todos tenemos lo mismo. Dos ojos, una boca, manos, pies, ombligo. La única diferencia es nuestro sexo: ellos con penes y nosotras con vaginas pero cuando vamos creciendo hay cosas que cambian. En los hombres son más cambios físicos que otra cosa pero en la mujer es diferente. Tenemos que madurar antes por si nos convertimos en madres, los hombres no amamantan y tampoco tienen periodos. Esos cambios son horribles pero como no lo viven, simplemente no entienden- digo mientras busco con la mirada, algunas hojas que pueda llevar a la caverna.

60 días: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora