Día 43

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POV RAYMOND

Quiero a mi hija de vuelta. Todas las noches he estado rezando para que Dios me la cuide y me la traiga de regreso pero ya no puedo más. Todo y todos me dicen que mi hija ya no está en este mundo y que debo perder las esperanzas de que regrese.

¿Cómo un padre puede hacer eso? ¿Cómo perder las esperanzas cuando la vida te está quitando lo más importante que me he dado? Soy un padre que ama a su hija con todo el corazón y aunque la separación que hubo entre Carla y yo no fue de la mejor manera, le estoy agradecido por dejarme a Ana.

Por ese motivo no encuentro justo que la vida me esté quitando a lo que más amo. Cada noche, el perro de Ana, se acuesta a mi lado y llora por ella. Lo cual agradezco, ya que no quiero seguir llorando por ella. Quiere estar fuerte y ser el pilar que ella siempre ha necesitado.

Cada noche, los recuerdos de su infancia llegan a mi cabeza. Cuando sonreía por algo que le gustaba, cuando miraba el atardecer fijamente y suspiraba. Esa imagen siempre ha estado en mi cabeza. Solo tenía 5 años cuando fuimos de viaje a un bosque. Carla no quiso ir porque según ella, no soportaba los mosquitos ni la flora ni la fauna. Lo pasamos tan bien pero, el recuerdo que no se borra de mi cabeza fue verla mirado el atardecer.

El cielo estaba comenzando a cubrirse de colores. Amarillo, naranjo, rosado, morado y rojo. Esos eran los colores que descubrió Ana. Estaba afirmada en una barra de contención que separaba el lago de la montaña. Simplemente suspiro y sus mejillas se tornaron rosaditas. Sonrió de la nada y estuvo en esa postura como unos 10 minutos hasta que los colores comenzaron a desaparecer.

Fue en ese momento que ella se dio la vuelta, me sonrió, mostrando que le faltaban dos dientes. Corrió a mis brazos y me beso la nariz. Algo que ella siempre ha hecho hasta el día de hoy.

-muchas gracias papi. Este lugar es hermoso. Los colores, papi. Wow, papá- estaba toda emocionada y no dejo de hablar de los colores como en dos meses.

Mi corazón se aprieta con los recuerdos. Ella se ha esforzado tanto para ser quien es hoy. Lucho contra todos lo que le dijeron que nunca podría ser nada en esta vida. Estudio día, tarde y noche para obtener su título. No le importo no dormir por varios días, ella fue la mejor y logro lo que había soñado siempre.

Carla ha estado hablando conmigo por teléfono. Nunca le he negado el saludo, ya que, aun sigue siendo la madre de mi hija. Pero algo está cambiando en su corazón. Ella sabe que cometió un gran error al abandonar a su hija para irse con otro hombre. Me da la sensación que lo está pasando mal. Mi niña, junto al hijo de Carric ha salido en varios noticieros para que cualquier persona que tenga información, la pueda entregar.

Pero no ha habido nada. Solo gente que dice mentiras para ganarse unos cuantos dólares.

Mis vecinos han estado tan preocupado como yo por la desaparición de Annie. Ella es la luz de este lugar. Era la única que podía conseguir que este lugar haya sido considerado una población. Nos faltaban muchas cosas pero ella, incentivo a los habitantes a trabajar y ahora las casas tienen ampliaciones, paneles de luz solar, tenemos las calles pavimentadas pero lo mejor de todo, es que tenemos una plaza donde podemos disfrutar de la naturaleza. Ella logro todo esto y los vecinos la extrañan.

No se da cuenta de la vocación real que tiene. Ella nació para ayudar a los demás y ser reconocida por eso. Ella da más amor que cualquier persona que haya conocido. Por algo está trabajando en una escuela que no es considera para nada por el gobierno.

Hasta que ella comenzó con otra forma de educar. Los resultados han sido asombrosos. La escuela estaba considera como una de las peores y ahora, con solo un año de colocar sus métodos en práctica, ha logrado que este dentro de las 50 mejores. Ahora el gobierno quiere integrar pero los mismos habitantes han dicho que no. Ellos saben que muchas veces, cuando el gobierno, quiere ser parte de algo es para solamente destruir algo bueno.

60 días: Cristian y AnastasiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora