60 días: Cristian y Anastasia

Día 58

POV ANASTASIA

-Cristian, ¿Has visto el barco en el que llegamos? Desde hace días que no lo veo- digo. El esta acostado de espalda, desnudo. Deja ver si gran trasero y tengo ganas de morderlo.

-no. Hace mucho tiempo que no me importa esa cosa. Aunque debería darle las gracias y mandarlo a enmarcar por habernos traído a esta isla. No debería preocuparte por eso. Estamos bien, estamos a salvo y juntos. ¿Qué importa el estúpido barco?- dice un poco molesto.

-¿Sigues molesto porque no he dejado que tengamos relaciones?- el gruñe y me lo confirma.

-eso es una reacción cruel de tu parte. Sé que cometí un error al ocultarte mi matrimonio pero quiero que sepas, desde que falleció mi hija nunca he tenido nada más que ver con ella. Para mí, esa mujer murió cuando mato a mi hija. Fin de la discusión- dice y se gana de lado. ¿Cómo este hombre puede ser tan perfecto físicamente?

-uy, estas de malas. ¿Qué quieres para desayunar? ¿Mangos, plátanos o huevos?- pregunto. Sky hace un ruido y le entrego el trozo de fruta que le corresponde. Hoy me ayudo a encontrar fruta en los árboles y me demore mucho menos que las otras veces.

-de todo un poco. Tengo hambre y también tengo hambre de ti. ¿Cuándo me dejaras comer de ti? ¿De tu cuerpo y de sexo?- pregunta y me sonrojo.

-¡Que romántico, Grey! ¡El romanticismo fluye por tus venas!- digo burlándome. No comprendo cómo los hombres pasan del romance al hombre de las cavernas en cosa de segundos.

-soy romántico pero quiero lo que necesito. Y eres tú lo que necesito y no me estas ayudando. Quiero volver a tener a mi mujer bajo mi cuerpo mientras la hago mi mujer nuevamente como lo he hecho las últimas noches desde hace más de un mes. No estoy pidiendo nada de lo que ya me has ofrecido- dice y me pongo nerviosa. Cuando está en ese modo hombres de las cavernas, es capaz de convencer de que el sol sale por el norte y el día es de noche.

-Cristian, solo quiero un descanso de tu cuerpo sobre el mío. Eres grande y hace poco que me estoy acostumbrando al sexo y tú eres grande. Eres más grande que el promedio estándar- digo y me sonrojo por lo último que dije.

-¿Cómo sabes de la medida estándar? ¿Qué me estas ocultando?- dice. Le doy la espalda y sigo cortando fruta. ¿Cómo le explico que he leído sobre anatomía humana y que he visto videos también? Los 16 centímetros quedan cortos a su lado.

-tengo que saber esas cosas cuando llegan jóvenes consultado esas cosas. Además son solo datos estadísticos y es un tamaño que la mayoría tiene- digo pero, lo siento en mi espalda. Si calor traspasa los centímetros que nos separan y llegan hasta mi espalda. Además está enojado y puedo sentir algo más a la altura de mis caderas. Es algo que ha estado dentro de mi varias veces y que por ilógico que suene, ahora mi quiero dentro de mí.

-no me está gustando que sepas esas cosas porque significa que me puedes comparar con alguien mas. Y no me gusta para nada esa idea- dice y su mano acaricia el contorno de mi cadera.

-no deberías enojarte. Además ustedes también tienen nuestra médica estándar. Los 90-60-90 es algo que siempre están buscando y debo decirte que no tengo esas medidas. Aunque hay una que te puede gustar más que otra- digo para defender. Su palma se estrella en mi nalga y jadeo cuando el hormigueo.me comienza a gustar.

-las medidas que ha impuesta la industria de la belleza nunca me han llamado la atención porque no representa a la mujer. ¿Crees que me gusta tener mujer que solo comen un poco más de lo que come un pájaro? ¿Crees que me gusta la idea de que al momento de tener sexo acaricie solo huesos y que me sienta un poco nervioso al momento de penetrarla porque puedo hacerle daño? Aunque no lo creas busco mujeres con curvas y que sienta un poco de carne en ellas. No sigo las tallas estandarizadas por la sociedad- dice y comienza a besar mi cuello. Estoy que llego a un orgasmo con un simple beso. Eso no está bien pero, nada con este hombre está bien.