El suave canto de los pájaros se filtra a través del ventanal, acariciando delicadamente mis conductos auditivos. El doctor Pearson hojea una pila de papeles mientras tararea alguna canción, y yo cierro los ojos dejándome envolver por una profunda sensación de serenidad. Y con sabor a hogar.
—¿Por qué decidiste abandonar la carrera de Ciencias Políticas, Sabina? —pregunta el doctor Pearson con suavidad. Sus palabras resuenan en el aire, devolviéndome a la realidad
"..."
Mientras Lux se cambia de ropa para ir al trabajo, yo me limito a observarle enredada entre sábanas blancas y almohadas de nostalgia. Echo de menos las clases de derecho internacional. Desayunar a las seis y cuarto de la mañana. Estresarme por perder el autobús. O incluso desesperarme por no tener suficiente tiempo para memorizar tantos códigos y tantas leyes.—Creo... creo que quiero retomar la carrera de Ciencias Políticas. —le confieso en un susurro
Lux al oírme, deja de abotonarse la camisa y se gira para mirarme a los ojos. Tiene el semblante serio y convierte sus labios en una fina línea.
—¿Por qué? ¿Yo no te lleno lo suficiente?
Oh no. Otra vez no.
—No es por ti, Lux. Es por mí. Necesito sentir que estoy haciendo algo. No... no me gustaría seguir estando en casa sin apenas hacer nada. —exclamo sentándome en la cama y poniéndome un mechón de cabello detrás de la oreja
—Si retomas la carrera, apenas nos veremos. Estarás atrapada entre la biblioteca y los juzgados. —Lux hace una pausa y me permite distinguir en sus ojos como la furia se disfraza de miedo por un momento — Yo quiero que estés en casa, Sabina. Conmigo.
—Lux, yo... lo necesito. —susurro desesperada y casi suplicándoselo
Necesito volver a sentir que valgo. Que mi vida no es una vida en vano.
Lux se sienta al borde del colchón y se pasea una mano por el pelo, nervioso.
— Tú no me quieres. Si de verdad me quisieras, lo entenderías. Cuando dejaste Ciencias Políticas pensé que te habías enamorado de mí, pero ahora... ahora eres otra persona.
Oh, Lux. Sigo siendo la misma. Eres tú el que ha cambiado. O quizá no. Quizás yo hubiera estado tan cegada por tu insistente y obsesivo amor que no vi la realidad.
"..."—Sabía que desafiarle solo haría que las cosas empeoraran. —murmuro encogiéndome de hombros —Yo solo quería estar en paz con él, pero...
—Pero eso hizo que te olvidaras de estar en paz contigo misma. —acaba el doctor Pearson y yo asiento con un nudo en la garganta, uno que jura con asfixiarme y hacerme perder la noción del tiempo. Y de la realidad.
Me olvidé de mí. De aquella alma atractiva y con luz. Me olvidé de amar. Y amarme. Nunca más volví a saber quién era. Ni si realmente existía del todo.Supongo que esa fue una de las razones por las que me intenté suicidar.
—Siempre tendrás la posibilidad de volver a estudiar y formarte, Sabina. Nunca es demasiado tarde para nada ni para nadie. —dice el doctor Pearson con delicadeza, pero yo niego con la cabeza
— A veces siento que no me queda tiempo.
—¿Por qué, Sabina?— pregunta él intentando comprenderme
— Porque el tiempo no espera a nadie, doctor Pearson. Ni retrocede. Pensé que ya lo sabía. —Alzo una ceja, divertida y el doctor Pearson esboza una tenue y discreta sonrisa
—Tal vez con usted haga una excepción, señorita Bowman. Debes ansiar alcanzar al tiempo. Desear desesperadamente recuperar todo lo que perdiste. Porque cuando lo hagas, el tiempo verá que es tal tu anhelo, que no tendrá más remedio que darte más segundos de tiempo. —explica el doctor Pearson y yo entorno los ojos
O tal vez me regale más segundos de vida. Una vida que, como una sedienta viajera deseo saborear. Exprimir hasta hacerla inexistente. Tal vez por falta de tiempo. Tal vez por falta de libertad.
—El futuro suele estar enlazado con la recuperación de tiempo, ¿qué piensas sobre este concepto? —añade el doctor Pearson ladeando la cabeza
—Supongo que son las dos caras de una misma moneda. Ambas perviven por la existencia de la otra. Si nos estuviéramos quedando sin tiempo, también nos estaríamos quedando sin un futuro. Y si el futuro dejara de existir, el tiempo carecería de sentido alguno.
El doctor Pearson escribe mi confesión con rapidez y luego encaja su mirada con la mía. El verde avellana de sus ojos se revuelve ambiguamente en mis pupilas, acelerándome el pulso. Oliver Pearson tiene una manera diferente de mirarme, como si quisiera adentrarse en los suburbios de mi subconsciente a cada rato. "Porque es tu psiquiatra, querida" responde la voz de mi conciencia y yo ruedo los ojos.
—Me gustaría que escribieras un texto sobre tus sentimientos al escuchar la palabra futuro. Tienes veinte minutos. —murmura ofreciéndome un bolígrafo y una hoja en blanco
Cojo el bolígrafo y, comunicándome con mi rota alma escribo:
**
Tornaré en busca de lo que me deparará el futuro, preguntándome si logrará que me siga amando. O que me ame una primera vez.
Correré sin descanso para alcanzar el paso del tiempo. Solo para saber si llegaré a ser alguna vez como él. Versátil y canalla. Una amante apasionada.
Me acercaré a las orillas del miedo, y me prometeré que algún día naufragaré en las garras de mi pasado. Aquellas que me estrangularon una vez, pero a las que ya no temo. Solo por temerme a mí.
Pensaré en perderme entre las callejuelas de la vida, deseando que nunca más me pierda a mí misma. Y es que me he perdido tantas veces que, ya no sé no hacerlo.
**Dejo el bolígrafo a un lado y le tiendo mi hoja al doctor Pearson.
—Al final solo me han hecho falta trece minutos. —digo guiñándole un ojo y él ríe
—¿Es usted igual de rápida en todo, señorita Bowman? Siento curiosidad. Ya sabe, para continuar rellenando su ficha médica.—murmura Pearson alzando una ceja, divertido y yo entorno los ojos con gracia
—Puede. Nunca tendrá la posibilidad de saberlo, doctor Pearson. Lamento mucho que tenga que ir a la tumba con la falta de información.—acabo y escucho como su tenaz carcajada se expande entre nosotros arropándome como en muchas otras ocasiones
∞
En mi tiktok @inessdeluna publico contenido variado sobre la trama, los personajes y avances.
xoxo© Obra protegida por los derechos de autor
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Diario de una enferma mental ©
RomanceSabina Bowman despierta en un psiquiátrico sin saber por qué. Desesperada por escapar, traza un arriesgado plan: seducir a su psiquiatra, el doctor Pearson, para conseguir el alta médica. Sin embargo, su estrategia da un giro inesperado cuando conoc...