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¿Y si volvemos? ¿o nos volvemos? ¿a dónde? A todos lugares donde fuimos felices. Y humanos. Con nuestros errores, nuestras caídas, nuestros corazones rotos y aquellas ganas de vivir. Vivirlo y revivirlo todo cada vez.
**—Si te dieran a elegir un solo lugar, ¿a dónde te gustaría volver? —pregunta la doctora Arizona mientras lee mi hoja
—A la casa de la playa de mis padres. Allí pasé una infancia feliz.
—¿Crees que, si volvieras ahora, habrá cambiado algo?
—El paso del tiempo es inevitable, doctora Arizona. Y, por consiguiente, responsable de los cambios. —respondo encogiéndome de hombros. Ella asiente, apropiándose de mi reflexión
—Buena puntualización. —murmura con una cálida sonrisa y guarda mi hoja en una carpeta
Me levanto de mi asiento y me acerco al ventanal. Esta tarde, el cuerpo de Joy lo ocupa Nana, la anciana tejedora que porta un pañuelo de monedas en la cabeza y conversa con Larry, uno de los celadores. Tiene la postura algo encorvada y respira con dificultad. Recuerdo que mi abuelo decía que la edad no perdona, y oh cuánta razón tiene.
—Te veo muy feliz estos días, muchacho. ¿Qué tal con Petunia? —pregunta el cuerpo de Joy con voz de mujer
—Muy bien. Estoy planteándome pedirle que se mude a mi apartamento.
—Oh, pero solo lleváis un par de meses. ¿No crees que deberías pensártelo bien? Es una decisión que conlleva muchas responsabilidades, hijo.
—Lo sé, Nana, pero estoy loco por ella. —confiesa Larry encogiéndose de hombros y yo esbozo una leve sonrisa. Me hace feliz ver cómo los demás le dan una oportunidad al amor. Solo porque el amor es vida. Mucha vida.
—Te has enamorado, mequetrefe. —murmura Nana extendiendo el brazo y tirando de sus mofletes con cariño
De repente, Nana cierra los ojos y adopta una postura más desenfrenada, como si fuera alguien joven. Se desprende de su pañuelo de monedas y cuando abre los ojos, veo a alguien que no reconozco.
—¿Qué pasa, tío? —dice el cuerpo de Joy con una voz aguda, estrechando las manos con Larry. Oh, ¿será el aspirante a músico adolescente?
—¿Cómo estás, colega? Echamos de menos que nos deleites con tus canciones. —le dice Larry confirmando que es el aspirante a músico adolescente
—¿Dónde está mi guitarra? Oh, y la gorra, por favor. —le pide el joven con educación
El celador cruza el jardín con agilidad y desaparece. Pasados unos segundos, regresa con una guitarra y una gorra negra que entrega al joven, quien las toma y les da su uso.
El joven afina su guitarra y los acordes de "Wonderwall" de Oasis empiezan a salir de sus cuerdas. Oh, me recuerda mucho a mi época en el instituto. Cierro los ojos y disfruto de la melodía como solo se disfrutan nuestras canciones favoritas, con verdad. Y tiempo. Mucho tiempo.
El aroma de la Navidad se extiende por el comedor, recordándonos que, aunque creamos que el tiempo se detiene en Hiraeth, no impide que sintamos la vida de forma normal.
Me levanto para deshacerme de los restos de fruta y fijo la mirada en el comedor del ala de hombres. Joy está sentado junto a otros pacientes, enfrascado en alguna conversación. Lo veo feliz, risueño y más joven que nunca.
En un instante, sus ojos azules del mar se cruzan con los míos y me regala una sonrisa. Tiene el pelo alborotado y los ojos brillantes. Oh, Joy. Se me eriza la piel y suelto una bocanada de aire.
Por el rabillo del ojo veo a alguien acercándose a mí. Al girarme, una enfermera me entrega una servilleta doblada en cuatro. Es un mensaje de Joy, pero ¿cómo le ha dado tiempo a escribirlo? Vuelvo la mirada hacia en el ventanal, pero Joy ya no está.
Regreso a mi asiento y al abrir la servilleta puedo leer:
"No me mires así. Haces que me derrita, Bowman.
¿Tienes ganas de verme esta noche? Yo estoy como loco por tenerte entre mis brazos. No tardes.Te espero.
Jota"
Niego con la cabeza, divertida y sumerjo la servilleta en un vaso de agua. ¿Algún día volveré a amar de la misma manera? Lo deseo tanto que creo que después de él, nunca podré volver a ser la misma. Me estremezco y ahuyento las ideas de mi cabeza.
∞
En mi tiktok @inessdeluna publico contenido variado sobre la trama, los personajes y avances.
xoxo© Obra protegida por los derechos de autor
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Diario de una enferma mental ©
Roman d'amourSabina Bowman despierta en un psiquiátrico sin saber por qué. Desesperada por escapar, traza un arriesgado plan: seducir a su psiquiatra, el doctor Pearson, para conseguir el alta médica. Sin embargo, su estrategia da un giro inesperado cuando conoc...