Desde el ventanal del taller de creatividad, busco a Joy con la mirada, recorriendo cada rincón del jardín de Hiraeth. Esta tarde, su cuerpo lo ocupa el señor Van Dongen, quien se sumerge en su lienzo, trazando círculos oscuros con maestría. Luego, con una brocha gorda, salpica pinceladas de rojo que cobran vida en el dibujo, convirtiéndolo en un espectáculo artístico digno de admirar.
En un instante, el señor Van Dongen alza la cabeza hacia el edificio y sus ojos se encuentran con los míos.
—Señorita Bowman, tengo algo para usted. —dice, levantándose de su asiento y tomando un lienzo cubierto por una tela. Me intriga lo que podría estar ocultando allí.
Camina hacia la estatua de tres cabezas y coloca el lienzo cuidadosamente sobre la piedra. Con un gesto, revela el mensaje escrito en él:
"Ítaca eres tú. Y lo serás siempre. Jota".
A un lado del lienzo, dispersa por el césped innumerables bocetos dibujados a lápiz, en los que aparezco sonriendo, dormida, pensativa e incluso impasible. No puedo evitar esbozar una sonrisa y negar con la cabeza. Oh, Joy. Tu genialidad es tan amplia que ahora comprendo por qué albergas tantas vidas dentro de ti.
A lo lejos, veo a uno de los pacientes correr entre el árbol de la muerte, levantando los brazos como si estuviera volando, y entonces lo oigo gritar:
—¡Vuela a la escuela, pajarito, vuela, vuela, vuela!
Y en ese momento, pienso que eso es exactamente lo que deberíamos hacer. Volar. Volar y seguir volando sin importar quién intente cortarnos las alas. Sentirnos libres en cada vuelo, en cada caída y ascenso. Amar con el alma y amarnos a nosotros mismos, incluso cuando nuestro corazón esté desgastado y sin energía.
Anhelo volar con Joy. Y cada vez que lo hagamos, deseo que nos quedemos sin aliento, sin tiempo ni culpa. Quiero volar. ¿Por qué no le propongo que exploremos los límites de nuestra imaginación voraz? Aquella que nos haga volar de verdad.
El frío de la noche se cuela por la ventana de la habitación como un fugitivo, mientras observo a la joven de cabello ámbar amarillo devorar un paquete de galletas y envolverse en su manta celeste. Xia, la inigualable asiática, embadurna su piel con crema mientras tararea suavemente alguna canción, pero Faith, sumida en su depresión, parece no existir. Ha estado en silencio durante horas y solo puedo escuchar el sonido de su respiración irregular y cargada.
Saco una hoja y un bolígrafo de debajo de la almohada y comienzo a escribir:
"Queridas Mía, Xia y Faith,
Me despido con la certeza en mi corazón de que nuestros destinos volverán a entrelazarse alguna vez. Ignoro si será en un viaje hacia Shanghai, en un parque de atracciones, o en una panadería, pero confío en que nuestras almas, ya entrelazadas en alguna vida pasada, volverán a encontrarse.
Que los siglos transcurran, y me reencuentre con Faith, cuya esencia vital tiene el poder de elevarme hasta la euforia. Y cuyo dolor me insta a pensar que está bien no estar siempre bien, pues la soledad y el enojo son emociones que también necesitamos experimentar. Siempre la recordaré como aquella mujer con una perspectiva de la vida tan expansiva y tridimensional como la admiración que le profeso.
Que la centuria avance y, ya sea por casualidad o destino, me reencuentre con Mía, quien me ha mostrado cuán doloroso puede llegar a ser el pasado y cuán espléndido puede ser el futuro. Que sus palabras me recuerden que, con esperanza y fe, no hay obstáculo que no podamos superar. Que me inste a amarme, escucharme, enamorarme de mi propio destino y, sobre todo, a concederme el tiempo que necesito para evolucionar y mejorar como persona.
Que los milenios pasen y me tope nuevamente con Xia, imperturbable y valerosa como siempre la recordaré. Que vuelva a enseñarme que, aunque a veces perdamos algo, no necesariamente está perdido del todo. Y que lo que prevalece, en última instancia, es nuestras ansias por vivir, aun cuando una parte de nosotros ha dejado de hacerlo.
Sé que, de alguna manera, mi estancia en Hiraeth no habría sido la que fue sin vosotras. Y por ello, os he cedido el regalo de vuestra libertad. Dentro del sobre se encuentra la llave que abre la puerta trasera de la institución. Usadla para escapar el tres de marzo. Ese día, Joy tendrá control sobre las cámaras de seguridad desde el exterior y se asegurará de que los celadores bajen la guardia.
Os deseo toda la suerte del mundo.
Con amor,
Sabina Bowman"Introduzco la carta en un sobre junto con la llave y las miro de reojo, sintiendo un manojo de nervios y morriña, aun sin haberme ido.
—Chicas, tengo algo para vosotras. —murmuro con un hilo de voz
Mía, que ya ha devorado sus galletas, se acerca a mi cama con restos de chocolate en los labios. Xia deja de masajearse el rostro y me mira expectante. La única que no se inmuta es Faith, cuya mirada perdida sigue fija en el techo, pero sé que esté donde esté nos escucha.
—No leáis la carta hasta que me haya ido. —agrego entregándole el sobre a Mía que esboza una sonrisa y se lanza sobre mí, abrazándome con fuerza. Xia se levanta de su colchón y se une a nosotras. Su aroma a crema solar y naranjas llena el aire. Faith, con renuencia, se levanta de su cama y finalmente nos rodea con su brazo. En ese momento, comprendo con pesar que tal vez nunca volvamos a encontrarnos.
Nos separamos lentamente, y mientras las miro por última vez, mis ojos se llenan de lágrimas. Es el momento de despedirnos, de cerrar un capítulo y dar paso a nuevas vidas. Tal vez, y solo tal vez, treinta más.
Cierro la puerta detrás de mí y me adentro en los sinuosos pasillos de Hiraeth. La brisa de la noche envuelve mi cuerpo, pero mi corazón late con tanta fuerza que me inhibe del frío. Siento una urgencia profunda por encontrarme una última vez con Joy en Hiraeth, el lugar que nos unió de manera irremediable.
∞
En mi tiktok @inessdeluna publico contenido variado sobre la trama, los personajes y avances.
xoxo© Obra protegida por los derechos de autor
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Diario de una enferma mental ©
RomanceSabina Bowman despierta en un psiquiátrico sin saber por qué. Desesperada por escapar, traza un arriesgado plan: seducir a su psiquiatra, el doctor Pearson, para conseguir el alta médica. Sin embargo, su estrategia da un giro inesperado cuando conoc...