Tony miraba un punto en el vació de aquella habitación, dudando de lo que estaba por hacer.
Tenía todas las pruebas listas, las notas recibidas por los matones a los que Isaac pago, incluyendo sus firmas.
En el futuro no habría bastado, pero en aquel tiempo, esas pruebas tenían suficiente peso como quitar de toda culpa a Holmes.
Miro las horas pasar en su reloj de muñeca, dándose cuenta de lo mucho que estaba tardando Watson.
En cierta medida le había mentido al doctor, no lo necesitaba para dar las pruebas, tenía todo controlado en ese punto.
Solo quería saber si ese ancestro realmente merecía a Holmes. Ningún familiar suyo iba sufrir por ningún idiota.
"Ojala también se aplicara a mi" pensó con cierta diversión, pero no sonrió, pues era una cruel broma que incluso él no pudiera evitar burlarse de su sufrimiento.
También le había puesto una trampa al doctor. Como la señora Hudson cuidaba a sus hijos, tendría que ir a dar la cara en algún momento.
Se levantó de su asiento, incapaz de quedarse sentado más tiempo.
Había hecho un muy breve regreso a su tiempo para recoger cierto objeto que había olvidado, el cual ahora tenía en sus manos, jugueteando con él.
-el doctor no debe tardar... estoy segura que vendrá-le dijo la señora Hudson al ver el comportamiento de Tony, preparando a ambos bebés para su próxima partida.
El millonario los había visto brevemente, eran adorables, con gran parecido a su madre, pero la niña, la pequeña Sarah, al verla, había sentido un enorme vacío tan solo observar sus deslumbrantes ojos.
-se que vendrá... de lo que no estoy seguro es de si llegara a tiempo-dijo Tony en casi un murmullo. Miró de nueva cuenta su reloj, era tarde, comenzaba dudar que fuera a llegar, después de todo, ya era bastante noche como para pensar en sacar a un bebé, mucho menos a dos-iré por mis cosas, quiero llevarme a Holmes esta misma noche, el... el barco sale en un par de horas-mintió, comenzando a subir las escaleras.
La señora Hudson solo asintió, mirando a los pequeños con una mirada triste.
El señor Holmes nunca había sido un inquilino muy agradable, pero le tenía cierto cariño. Jamás llegó a creer que podría extrañarlo.
Pero si lo que Stark le había dicho era cierto, pasaría un tiempo para que volviera a verlo, sobre todo considerando que pensaba llevarse al detective al otro lado del Atlántico.
Unos toques en la puerta la hicieron distraerse de sus pensamientos, caminando apresurada para abrir, topándose con el doctor, que parecía haber llevado una carrera.
-doctor Watson ¿esta usted bie...-
-¿se ha ido?-fue la primera pregunta que salió de los labios del doctor, quien había entrado en pánico apenas pasó su vista por todo el recibidor, sin ver a Tony por ninguna parte.
-¿el señor Stark? No, no, el sigue aquí-lo tranquilizó la señora Hudson, con un brillo de esperanza apareciendo por sus ojos al entender a que se referia esa preocupación.
Al parecer Tony había logrado convencer al doctor después de todo.
Rápidamente subió las escaleras, parándose en seco al toparse con el millonario al entrar al que había sido su apartamento.
-vaya-dijo Tony con seriedad, fingiendo indiferencia-llegue a temer que no se apareciera para recojer a sus hijos-
-no hable así-le pidió Watson, recuperando la compostura, tratando de ocultar el terror que le produjo pensar que Tony ya se hubiera ido.
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4. DETECTIVES: ENCRUCIJADA
FanfictionLa situación llego a su punto más crítico, con nuestros protagonistas encontrándose en grandes aprietos. Cada vez llegan más personas nuevas, encontrándose en el mismo peligro que los demás. ¿Isaac lograra su cometido? Y de no ser así ¿Se llevara a...