55. HUIDA (PARTE 2)

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Le buscó por todas partes, incluso preguntándole a Viernes si sabía dónde se había metido, pero la respuesta era la misma, él había salido hace pocos minutos.

Y eso le preocupaba a Peter, le ponía un poco nervioso, pues no sabía cómo contactarle, no tenía al menos un número donde marcar y comunicarse con él.

Había buscado a Wade para pedirle que le acompañara, pues de cierta manera, se sentía más seguro para enfrentar aquella visita mientras estuviera con él, pero simplemente había desaparecido.

Se sintió un poco desesperado, pero solo atino a tomar una gran bocanada de aire antes de volver con los demás, que ya estaban a punto de irse, no podía esperar al mercenario, tenía que ir sí o sí.

Le había tocado ir con Falcón y Natasha, sintiéndose un poco cohibido al no haber tenido alguna conversación directa con ellos antes, pues Tony y Steve había ido con Sherlock y John, hablando seguramente del plan que aplicarían en el interrogatorio.

Se la pasó mirando por la ventana durante todo el viaje, sorprendiéndose al ver lo que era la prisión, pues ahora el nombre tenía todo el sentido del mundo.

- ¡es increíble! Como una especie de edificio submarino... barco...-trató de describir, girándose a ver a sus acompañantes con emoción, solo para descubrir que ellos hacían una mueca al verlo, pues Sam recordaba muy bien su tiempo ahí.

De no ser por que deseaba ver a Burrell en las mismas condiciones, jamás hubiera regresado de forma voluntaria a esa prisión.

Ross les recibió junto al hechicero, siendo las únicas personas en el paso, pues, aunque a regañadientes, habían accedido a darles la privacidad que pedía, con la única condición que permitieran que un par de guardias estuvieran apostados en la puerta, fuera de la habitación donde se haría el encuentro.

Siendo una seguridad para los involucrados, con Isaac Burrell, si eran más específicos.

Él les esperaba sentado frente a una mesa de metal, con sus manos esposadas tras la espalda, mientras que sus pies se encontraban cómodamente recargados en la silla de ruedas que le habían dado, pues debido a las heridas en sus piernas, no podía caminar por su cuenta.

Steve entro primero, deseando asegurarse de que no existía ningún peligro, siendo seguido por Sherlock, que aguardaba impaciente por acabar con toda aquella formalidad e ir directamente al tema que les importaba.

John no perdió de vista en ningún momento a Burrell, teniendo que ignorar los deseos de estrangularlo ahí mismo y limitarse a solo caminar un par de pasos hacía él, con Tony a su espalda, siendo el último en entrar.

Isaac los miro con burla en su rostro, sabiendo que a pesar de las miradas asesinas y de que perfectamente podía leer en sus rostros los deseos que tenían de torturarlo, era intocable, no podían hacerle nada.

-caballeros, un placer verlos de nuevo-les saludo, clavando su vista en Tony, con Steve interponiéndose apenas se dio cuenta de ello.

Fuera de la habitación y viendo a través del cristal, se encontraban los demás, con la tensión alcanzándolos detrás de las paredes, con Watson tomando con fuerza la mano de Holmes al sentirle temblar un poco, sabiendo lo que sentía, aun cuando el detective tratara de enmascararlo con una expresión fría.

Peter se quedó detrás de ellos, sentado en una de las sillas sin despegar la mirada de sus manos, escuchando lo que decían, pues, aunque sabía que Burrell no podía verlo, estaba seguro de que de alguna manera sabía que estaban ahí.

Sam y Nat eran quienes se encontraban más cerca del cristal, pues lo que la espía sentía hacia el hombre era completo odio, mientras que el ave disfrutaba de verlo encerrado, aunque empañaba un poco su felicidad que este se mostrara tan sonriente.

4. DETECTIVES: ENCRUCIJADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora