65. NUESTRO NUEVO ENEMIGO

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-Tony... To..ny-le llamó Steve con la voz entrecortada, escuchando la suave risa del contrario, que no parecía arrepentirse de lo que estaban haciendo-alguien entrara-trato de convencerlo, aunque esas palabras no le servían tampoco al rubio como para apartarlo.

El castaño lo tenía acorralado contra la isla de la cocina, con sus manos debajo de la playera blanca del soldado, con una de sus piernas frotándose contra el miembro del rubio por encima de la ropa, sonriendo complacido ante la gran figura que ahora estaba haciendo estremecer.

-no si no hacemos ruido-comentó Tony, causándole gracia el hecho de que Steve aun dudara en mover sus manos, pues las mantenía sobre sus caderas, a pesar de que en sus ojos podía ver el deseo de también pasearlas por su toda piel.

Se acerco para besarlo, descubriendo la torpeza que aún guarda el rubio, agregándole aquella timidez que le estaba gustando tanto.

Aprovecho un jadeo para introducir su lengua apenas noto el espacio entre los labios ajenos, saboreando mejor esa cálida boca, sintiendo como se derretía ante su contacto.

Realmente pensaba comer algo, no mentía cuando dijo tener hambre, pero en su defensa, alguien tuvo que darse cuenta de que su hambre podría ser de otra cosa más que de comida. De un sexy símbolo nacional del siglo pasado con cuerpo de Adonis y encantadora sonrisa, por ejemplo.

-jefe-lo llamó Viernes de pronto, ocasionando que el rubio diera un pequeño salto al creer los habían descubierto.

-no quiero notificaciones ahora, Viernes, estoy ocupado-se quejó Tony, ordenando silenciar también mensajes y llamadas. Continuo con su trabajo de hacer sentir bien al rubio, regalándole varios besos de premio cuando este por fin se animó a pasear sus manos por su espalda, no era su trasero, pero era un comienzo.

Y es que Rogers era todo un caballero, pues, aunque lo deseaba, controlaba muy bien sus manos, subiéndolas de nuevo cuando las sentía jugueteando demasiado con la cintura del castaño.

Un ruido los hizo detenerse, con ambos quedándose quietos por breves momentos mientras intentaban identificar el sonido, muy similar al de un helicóptero.

-Viernes-

-jefe-

-¿Qué es eso?-pregunto el castaño confundido.

-es la notificación que decidió no escuchar, es uno de los más importantes funcionarios del gobierno británico, Mycroft Holmes-

-¿¡Es una maldita broma!?-

-Tony...-

-atrévete a decirme lenguaje y ya no te daré esa mamada-le advirtió Tony, con Steve tomando de inmediato un color rojo en su rostro, teniendo que aclarar su garganta, muriéndose de la pena, al menos agradeciendo que no hubiera nadie más ahí.

Tony realmente estaba molesto ¿¡Acaso sabían cuánto le estaba costando llegar a lo que quería hacer!? El rubio ya estaba tomando confianza, se estaba poniendo cómodo ¡y su molesto primo llegaba a interrumpir.

-necesita una novia de forma urgente, tal vez así deje de interrumpir la vida sexual de otras personas-se quejó Tony, poniendo sus manos sobre la cintura con molestia, para después tomar la mano del rubio y salir de la cocina en dirección de su taller, bajando rápidamente las escaleras, con el rubio sin entender por qué estaban ahí, parando en seco al pie de la escalera cuando escucho algunos gemidos provenientes de adentro del taller, con su garganta y boca secándose de inmediato.

-olvidaron poner el sistema anti-ruidos, debería darles una breve clase de cómo hacerlo sin ser descubiertos-se quejó Tony, tocando insistentemente-¡hey! ¡tortolos! Hora de terminar, salgan ahora o yo voy a entrar-les grito, con los sonidos apagándose por un momento, siendo Sherlock el que contesto.

-¿Qué no tienes un anticuado rubio que pervertir, Stark? Largo de aquí-

-¡hey!-se quejó Steve, tratando de aguantarse la vergüenza que sentía en esos momentos.

-solo yo puedo decirle anticuado, Sherly, salgan ya...

-¿Por qué?-

-porque tu hermano está aquí-apenas menciono esas palabras, escucho el ruido de algo cayéndose, además de algunas quejas-mi trabajo aquí está hecho-comento Tony, volviendo a tomar la mano de Steve para volver a subir, topándose en la entrada con Mycroft, que había entrado sin esperar ninguna clase de recibimiento.

-Anthony-

-Mike-

-señor Holmes-

-capitán Rogers-fue la fría manera en la que se saludaron, con el millonario mirándolo con cara de pocos amigos, mientras el silencio comenzaba a volverse en una sofocante e incómoda tensión.

-vengo por Sherlock, su estadía aquí ya no es necesaria-

-Me sorprende puedas tomarte el tiempo para venir por tu hermano ¿Qué no tienes alguna guerra que iniciar? ¿tal vez un recorte general de personal del MI6?-

-muy gracioso, Stark, pero no, de hecho, no ¿Tú no tienes declaraciones que dar? Debes comparecer ante las últimas acciones tomadas en estos últimos días... más específicamente de estas últimas horas-

-no, de hecho, no-repitió Tony, de pronto ocurriéndosele algo-Sherly y John están jugando al paciente y al doctor, pero no te preocupes, no tardaran-le dijo, fingiendo una sonrisa-y ya que ninguno tiene nada que hacer ¿por qué no te quedas para cenar? –lo invito, provocando le miraran con confusión y sospecha-vamos ¿nadie jamás te ha invitado a una cena familiar?-

-¡Mycroft! ¿Qué haces aquí?-pregunto Sherlock con molestia, caminando hacia él rápidamente mientras terminaba de acomodar su saco. Steve desvió el rostro, no creyendo poder verlos de la misma forma después de lo que había escuchado.

-lo invite a cenar con nosotros ¿Qué eso no te hace saltar de alegría?-le dijo Tony cuando vio que Mycroft estaba por responder-estoy seguro de que a la señora Hudson le dará tanto gusto ver a toda la familia Holmes aquí-dijo Tony, sonriendo aún más-de hecho, también llame a mami y papi Sherly, llegarán en algunas horas ¿cierto Viernes?-

-ya se les ha enviado la invitación y reservado boleto de vuelo en primera clase, jefe-respondió la I.A al entender que esa era una orden para enviar el mensaje-su asistencia ya ha sido confirmada-

-¡bien! ¿Qué no les emociona tener a toda la familia reunida?-exclamo el castaño con exagerada alegría, sonriendo aún más al ver la incredulidad de John y las expresiones malhumoradas de los hermanos Holmes.

Steve negó divertido ante su comportamiento, pues realmente no lograba ver lo malo en la idea del millonario, las cenas en familia era algo que él no había podido disfrutar demasiado.

-creo que es una gran idea, Tony-le animo el rubio, siendo también el centro de las malas miradas, aunque él les sonreía como si no se diera cuenta de ello.

-Tal vez debas ponerte cómodo, Mike-le dijo el millonario. No es que les guardara mucho rencor, pero ¿Qué acaso siempre alguien tenía que venir a interrumpirlo cuando estaba haciendo travesuras con Steve?

No, no, no, que eso debía terminar y usaría todos los medios que tuviera a su alcance. Lo sentía por su no tan adorado primo inglés, pero se estaba hartando.

Algo similar pensó el detective, solo que su atención estaba concentrada en su hermano mayor. Si, en definitiva, él era el enemigo que faltaba.

4. DETECTIVES: ENCRUCIJADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora