Capitulo 12 - Bendita Confusión

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Días Después...

-Narra Dulce-

Siento sus suaves labios sobre mi frente y abro los ojos sonriendo sin poder evitarlo. Verlo junto a mí es como sentirme en el cielo, sentir cómo me cuida y me consiente para que me recupere aunque no tenga porque hacerlo.

Víctor: buenos días pitufina.

Dulce: buen día.

Víctor: ¿Cómo te sientes?

Dulce: algo mejor.

Víctor: que bueno, la verdad es que ya recuperaste algo de color en tus mejillas y te ves hermosa.

Dulce: no digas tonterías, si me debo ver horrible toda ojerosa y moqueando.

Víctor: eso no es cierto, siempre te ves hermosa y mucho más recién levantada.

Dulce: revísate la vista entonces.

Víctor: mis ojos están perfectamente, para mí eres la mujer más hermosa que existe.

Mi corazón se acelera de repente, lo miro y al verlo a los ojos sólo me hace confirmar que siempre estuve equivocada.

Deposita un largo beso en mis labios y sin dejar de mirarme delinea mi rostro.

Víctor: ya casi debo irme pero te traje el desayuno.

Dulce: después lo tomo.

Víctor: no pitufina no soy tonto, te lo comes ahorita delante de mí.

Dulce: Víctor...

Víctor: ya te dije, no me iré de aquí hasta que termines todo.

Agarra una bandeja de la mesita de noche y la coloca sobre mis piernas cuando me siento en la cama, hoy con algo más de fuerzas. Me ha preparado, como cada mañana en los últimos días, todo lo que me gusta junto con las medicinas que me recetó el doctor.

Cuando termino por fin se queda tranquilo y se lleva todo regresando un par de minutos después para sentarse a mi lado.

Víctor: ya me tengo que ir, te llamo después y por favor no te saltes la comida.

Dulce: está bien.

Víctor: te voy a extrañar.

Dulce: yo también.

Se acerca para depositar un largo y tierno beso en mis labios y después de mil y una indicaciones y advertencias besa mi frente y se va mientras que yo sólo pienso en todo esto. Todos estos días ha sido tan maravilloso conmigo pero no puede desatender las grabaciones aunque sé que si fuera por él no iría por quedarse conmigo, pero yo no puedo permitir eso así que a cada momento libre me llama para saber como me encuentro, para saber si comí o si tomé las medicinas. En las mañanas apura hasta el último minuto y en las tardes apenas termina el llamado viene corriendo al departamento, ni siquiera ha ido a dormir a su casa apenas un día para recoger algo de ropa. Tenerlo aquí tan pendiente de mí me hace sentir cosas que jamás imaginé, es tan romántico y detallista...

Todo el día pasa despacio sin él a mi lado, me concentro en avanzar un libro que comencé hace semanas y el cual apenas he tenido tiempo de leer. A lo largo del día me llama cinco veces y no tengo idea de cuántos mensajes me llegan aunque solamente sea para decirme que me extraña.

Víctor: pitufina... despierta pitufina.

Sonrío al sentir sus dedos delineando mi rostro y al abrir los ojos lo veo mirarme embobado.

Dulce: que bueno que ya llegaste.

Víctor: le pedí a Luis salir un poco antes, ya te extrañaba.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora