Capitulo 18 - Haciendo Bebés

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-Narra Víctor-

Abro los ojos cuando un pequeño rayo de luz entra por la ventana y al girarme la veo dormida y más sexy que nunca con mi camisa cubriéndola sólo hasta sus caderas.

Al removerse se le ha subido un poco y tengo una vista perfecta de su trasero, de sus piernas que me enloquecen y me llaman a gritos suplicándome que las acaricie, cuando me pego a ella tengo una vista perfecta de su escote, apenas tiene unos botones abrochados y... trato de controlarme pero con ella me es imposible así que cuando mis manos ya acarician sus piernas mis labios ya lo hacen en su cuello.

Dulce: mmm...

Víctor: despierta pitufina...

Dulce: no...

Víctor: vamos... despierta.

Llevo mi mano hasta su intimidad y siento como se estremece y trata de ahogar un gemido.

Dulce: Víctor... no...

Víctor: sólo quiero darte los buenos días.

Dulce: buenos... ¡ah!

La beso para callarla cuando mis dedos la penetran y abre los ojos y se arquea mientras sigo recibiendo sus gemidos en mi boca. La beso y sigo estimulando su sexo colocándome sobre ella para besar sus pechos por encima de mi camisa. La oigo gemir y se contrae a punto de explotar, saco mis dedos de ella y gime frustrada, me deshago de sus bragas y mis bóxer y un segundo después ahogamos un gemido al entrar en ella de una sola vez.

Dulce: ah Víctor...

Víctor: me traes tan loco... nunca puedo resistirme a ti...

Abro la camisa para concentrarme en besar, chupar y atender sus pechos mientras entro en ella rápido, con fuerza... sintiendo cómo se retuerce y gime aguantando sus gritos de placer a cada embestida, en un ritmo frenético en el que nuestras caderas chocan sin descanso hasta sentir que nos falta el aire, sus piernas me abrazan y entro en ella cada vez más fuerte sintiendo como sus uñas se clavan en mi espalda y la recorren sin descanso hasta que en una última estocada entro por completo en su cuerpo liberándome cuando ella lo hace ahogando su grito en mi hombro.

Exhausto y sin aliento ruedo a su lado, quedando ambos extendidos en la cama y sintiendo como nuestros pechos suben y bajan sin descanso, me mira y ríe.

Dulce: buenos días.

Víctor: yo diría que buenísimos días.

Me apoyo sobre mi brazo y la beso una vez más, ahora despacio y sin ninguna prisa.

Dulce: eres un goloso.

Víctor: contigo siempre.

Dulce: anda mejor ponte la ropa que si despierta Marcelo nos puede ver.

Se abrocha la camisa y volvemos a recostarnos abrazados una vez ambos ya traemos la ropa interior.

Víctor: amo despertar así.

Dulce: ¿así como? ¿Haciendo el amor como dos adictos al sexo?

Suelto una carcajada y beso su cuello y la abrazo por la espalda.

Víctor: bueno debemos ir practicando para buscarle la hermanita a Marcelo.

Se ríe y comienzo a darle besos haciéndole reír aún más hasta que la puerta se abre y Marcelo entra en el cuarto como un huracán echándose sobre nosotros.

Marcelo: ¡buenos días!

Dulce: buenos días terremotito.

Dulce comienza a hacerle cosquillas haciéndolo reír a carcajadas.

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