Quiero Amarte

Capitulo 9 - ¿Por qué Te Niegas?

Tres Días Después...

-Narra Dulce-

Apenas termino el llamado voy a mi casa para recoger algunas cosas que necesito y cuando llego al departamento de Víctor abro con la llave que él mismo me entregó. Aún sigue bastante mal aunque poco a poco la fiebre va remitiendo, desde esa noche he sido incapaz de dejarlo sólo excepto para ir a grabar.

Estos días con él están siendo tan extraños, ni siquiera yo misma puedo creer lo que estoy haciendo, yo me negué a esto porque Víctor es casado pero hay algo dentro de mí que me impide alejarme y poner distancia.

Dulce: hola...

Lo veo recostado en el sillón de la sala con el portátil encendido sobre la mesa de centro y cómo no en él tiene abierta la página de una revista donde volvemos a ser portada. Los chismes no han cesado en lo absoluto y hartos de tantas mentiras hemos decidido investigar por nuestra cuenta ya que afirman que la información se la proporciona alguien de nuestro entorno.

Me acerco a donde se encuentra y me arrodillo junto a él, toco su frente y sonrío al darme cuenta que la fiebre no ha subido.

Dulce: Víctor... Víctor despierta.

Despacio abre los ojos, parpadea varias veces y finalmente sonríe.

Víctor: por fin llegas, me dejaste sólo todo el día.

Dulce: no seas exagerado.

Víctor: ¿Qué tal si me pongo peor en tu ausencia?

Dulce: Víctor de verdad estás peor que un bebé.

Víctor: bueno ya... mejor salúdame como se debe y compénsame ¿no?

Dulce: ay no... otra vez no, casi no te puedes mover y tú pensando en cochinadas.

Víctor: bueno si tú quisieras yo encantado, sólo que mejor tú encima porque yo...

Dulce: ¡no Víctor ya cállate!

Lo veo reírse cuando me levanto de donde estoy pero un segundo después y sin saber cómo termino sobre él, con su boca atrapando la mía para besarme con pasión, recorriendo mis labios hasta que me separo por falta de aire.

Víctor: oye...

Dulce: no Víctor ya fue suficiente, no más por favor.

Víctor: Dulce ¿Por qué te niegas?

Dulce: ¿y tu porque insistes?

Víctor: porque me encantas ya te lo he dicho y porque sé que yo también te gusto.

Dulce: muy seguro tú.

Víctor: sí claro que sí, me lo dijiste y me lo demuestras cada que nos besamos.

Toma mi cuello una vez más y con las pocas fuerzas que tiene, aunque más que yo, me aprieta contra él por la cintura y me besa recorriendo mis labios una vez más y haciéndome temblar con sólo rozarme, sin poder evitar corresponder este beso que...

Dulce: ya... para ¿sí?

Víctor: ¿Por qué te niegas Dulce?

Dulce: porque eres casado Víctor, ya te lo dije... lo que sucedió fue un gran error.

Víctor: sabes perfecto que no lo fue.

Dulce: sí, sí lo fue porque tú estás casado, tienes una familia y yo no puedo meterme en medio de una familia... tu esposa no se merece esto y mucho menos tu hijo.

Víctor: pero Dulce yo...

Dulce: ya, por favor no insistas.

Me levanto de ahí sintiendo un nudo en mi garganta, ni siquiera sé porque sigo aquí aunque tal vez sí... sí lo sé, sigo aquí porque desde esa noche he tratado de sacarlo de mi cabeza y no he logrado conseguirlo y porque la sola idea de que algo le pase me aterra y me enloquece.