Capitulo 64 - Victoria, Es Una Mini Me

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-Narra Dulce-

Escucho unos ruiditos a mi lado que me hacen querer abrir los ojos aunque el cansancio casi me impide hacerlo. Puedo sentir ahora el calor de los rayos del sol que se cuelan por la ventana y me obligo a abrir los ojos sintiendo junto a mí alguien que se mueve.

Dulce: mi pequeña...

Al verla puedo comprobar que todo lo que pasó no ha sido un sueño y que ahora, a mi lado, tengo a mi hija. Ni siquiera recuerdo en qué momento después de dar a luz me quedé dormida pero ahora que la veo aquí conmigo sé que todo el esfuerzo y el dolor merecieron la pena. La observo y no puedo dejar de sonreír al comprobar que Víctor tenía razón y que mi hija es una copia exacta suya no sólo en carácter o terquedad.

Su cabello es rubio tal y como Kitty me contó que Víctor lo tenía de pequeño y puedo ver sus ojos por algunos segundos, también de un azul intenso pero con una mezcla de verde que los hace realmente especiales... su boca, sus pequeños pucheros, su nariz... en todo es idéntica a su padre.

Me incorporo para sentarme en la cama tomándola entre mis brazos cuando se remueve, abriendo sus ojitos mientras hace algunos pucheros y ruiditos. La acuno para que no despierte aún pero es algo imposible porque unos toques en la puerta consiguen despertarla por completo.

Dulce: pase.

Al abrirse la puerta veo a Víctor aparecer con una bandeja, con lo que supongo es mi desayuno, y tras él entran Andrea y mi suegra.

Dulce: mi amor...

Víctor: hola mi amor ¿Cómo te sientes?

Dulce: bien.

Dejando la bandeja sobre la mesita de noche se sienta a mi lado y deposita un suave beso en mis labios y seguido acaricia la cabecita de nuestra hija, besando su frente y mirándola embobado.

Andrea: ¿Cómo te sientes Dul?

Dulce: más descansada Andrea, gracias.

Andrea: voy a checarte y en la tarde sería bueno ir a Querétaro para que en el hospital puedan revisarte a ti y a la bebé para asegurarnos que están bien.

Dulce: ¿pero es seguro que podamos ir?

Víctor: sí mi amor, la tormenta paró hace unas horas y la carretera ya es segura.

Dulce: está bien.

Andrea: agarra a la bebé Víctor, déjame checarte Dul.

Asiento y miro a Víctor que ya ve ansioso a nuestra pequeña, le sonrío y veo cómo se acerca un poco más.

Dulce: ¿no quieres cargarla?

Víctor: por supuesto que sí.

Embobado y con sumo cuidado la toma entre sus brazos.

Dulce: cuidado la cabeza Víctor.

Víctor: ya ya, es mi tercer hijo acuérdate.

Decido callarme y la toma levantándose de la cama con ella, acunándola con el mayor de los cuidados.

-Narra Víctor-

Cuando la tomo entre mis brazos siento algo que no puedo explicar, de nuevo un sentimiento que hace que mi corazón se acelere de tal manera que siento que en cualquier momento podría salirse de mi pecho.

Víctor: eres hermosa princesa.

Acaricio su carita y veo cada detalle de mi hija, tomo su mano y la beso con cuidado viendo como ella hace algunos gestos y pucheros.

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