Capitulo 41 - Doctor Sonrisas

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-Narra Dulce-

Luego de pasar una semana más en Miami debido al pequeño susto que tuvimos ya regresamos a México. Entre lágrimas nos despedimos de Marcelo quien se queda llorando y sujeto por Nora cuando Víctor y yo tomamos el avión.

Ya he entrado en mi séptimo mes de embarazo y no puedo creer que cada día que pasa es uno menos que falta para tener a mi Luna entre mis brazos. Todo va perfectamente bien y mi hija crece fuerte y sana, mi vientre no está demasiado grande y es algo que agradezco porque si así ya me cuesta moverme no quiero imaginar si crece más. Las cosas entre Víctor y yo vuelven a ir de maravilla aunque mi hija sigue algo enojada con su padre pero siento que poco a poco se le va pasando y me alegra darme cuenta que desde ya tiene carácter y me ayudará a traer a su padre bien amarrado.

Víctor: ¿Qué pasa pitufina?

Siento que besa mi cabello y acaricia mi mano, alzo la vista para mirarlo por unos segundos y vuelvo a colocarme como estaba, apoyada sobre su hombro y abrazada a él.

Víctor: ¿Qué pasa Dul?

Dulce: nada... es que... mi amor me dolió mucho dejar a Marcelo en ese estado.

Lo siento suspirar y nuevamente deposita un beso en mi cabeza y pasa su brazo por mi espalda para abrazarme.

Víctor: a mi también me dolió mucho verlo llorar así pero no podemos hacer nada Dul, él tiene su vida en Miami y nosotros estamos en México y me gustaría como no tienes idea que estuviese conmigo todo el tiempo pero eso no sería justo con Nora.

Dulce: ¡no! Claro que no, no puedes separarla de su hijo.

Víctor: y no pienso hacerlo nunca.

Dulce: Nora es una mujer increíble y es una muy buena mamá para Marcelo.

Víctor: lo sé mi amor, como también sé que tú lo serás para mi pequeña pitufina enojona.

Río al escuchar como llama a nuestra hija y cuando pone una mano sobre mi vientre ella patea tan fuerte que me hace quejarme.

Dulce: ¡ah!

Víctor: madre mía pateó bien fuerte.

Dulce: sí, Luna María ya cálmate...

Lo escucho reír a él cuando regaño a mi hija y miro a mi alrededor viendo como algunos de los pasajeros me miran como si estuviera loca. Al mirar a Víctor suelta una risita y deposita un dulce beso en mis labios y seguido me acomodo de nuevo para dormir un par de horas hasta que aterricemos.

-Narra Víctor-

Apenas aterrizamos puedo ya darme cuenta que nuestro regreso a México no será para nada desapercibido, mientras esperamos para recoger las maletas puedo ver un decena de periodistas que ya esperan para abordarnos apenas salgamos de aquí y yo ya no sé si podré soportar esto y mucho menos si se comportan como lo hicieron cuando nos fuimos a Querétaro, ahora lo que menos necesita Dulce es estrés y sé que esto sólo eso le provoca.

Dulce: Víctor ¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?

Víctor: porque no me gusta que ya estén ahí esperando para dar la noticia de nuestro regreso.

Dulce: lo sé pero ni modo, es su trabajo y nosotros se lo ponemos fácil.

Víctor: ¿se lo ponemos fácil?

Dulce: pues sí, con la más mínima sospecha ya crean chismes y después de anunciar mi embarazo de la forma como lo hicimos quieren sacar noticias.

Víctor: ya...

Dulce: mi amor ya no te preocupes por esto, no creo que se comporten como la otra vez.

Quiero AmarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora