Psst.
Oye, tú.
Sí, tú.
Hagamos un trato.
Si accedes a escuchar lo que tengo que decir, te avisaré de algo que te afecta directamente. No te preocupes, prometo ser breve. Solo me han dado 500 palabras, así que no me puedo extender tanto.
¿Sigues conmigo?
Genial.
Antes que nada, tienes que saber que estoy muerto.
No, en serio, lo estoy.
Bien, no me creas. De hecho, prefiero que no lo hagas. Pero sígueme la corriente por un momento y usa tu imaginación, ¿de acuerdo?
Ahora bien, cuando morí, me dieron dos opciones. La primera era simple: continuar con sea lo que sea que yacía adelante, dejando el mundo atrás. Esta era la opción útil, a pesar de que no te dicen qué es lo que sigue.
La segunda opción era más complicada, así que te dan más detalles.
Básicamente, funciona de esta manera: se me otorgaría cierta cantidad de influencia para que la gastara como me pareciera más adecuado a lo largo de la vida de un ser querido. Podría susurrar en su oído, dándole pequeños empujones y destellos de intuición. Como al ver en una línea de tiempo, se me permitiría contemplar toda la existencia de la vida de mi ser querido; conocer todas sus posibilidades más radiantes y oscuras. Luego podría invertir mi influencia ya sea para incrementar sus bendiciones, o para ayudar a que evitara tragedias devastadoras.
Si, sería un ángel guardián. Buena chamba, ¿no?
Pues, hay una trampa, por supuesto.
Dado que el amor siempre requiere sacrificio, si decides convertirte en un guardián, tu vida anterior será borrada. Eliminada. Aniquilada. No solo serás olvidado: nunca habrás existido. Aparentemente, esto se hace para evitar el problema de crear dinastías de personas suertudas con ventajas injustas, pues incluso tus hijos habrán nacido de padres diferentes.
Pero, ¿y qué? Ya estás muerto, ¿no?
Bueno, parece que muy pocas almas pueden lidiar con la idea de ser eliminadas. La mayoría de nosotros quiere creer que nuestras vidas importaron, incluso si solo fue así para nuestros seres queridos. Mierda, incluso si tu vida fue principalmente una lucha, al menos puede decir que fue TU lucha. Decidir convertirte en guardián significa que nada de lo que llegaste lograr, aprender o soportar habrá importado.
Sí. Cualquiera que diga que es un sacrificio fácil, es un idiota.
¿Pero tú?
Estoy seguro de que puedes imaginarte la cantidad extraordinaria de amor que se requiere para convertirte en guardián. Solo imagínatelo, borrar todo lo que fuiste alguna vez... por una persona que nunca te conoció. Alguien que es un completo desconocido.
Ahora imagínate a un guardián que haya sacrificado tanto, y que luego revisa tu futuro para encontrar tu experiencia más oscura, esa que te lanzará a un agujero de dolor y desesperación infinitos. Imagina que ha gastado todo su inventario de influencia —500 palabras— solo para susurrar urgentemente una advertencia útil en tu oído.
¿Puedes imaginarte eso?
Bien.
Entonces quizá puedas imaginar cuánto te odié.
¿Mi susurro útil en tu oído?
Buena suerte mañana.