¡Hola, NoSleep!
Siento no haberles contestado en la sexta parte a, ni por cerca, la cantidad usual. He estado ocupado. Extremadamente ocupado. Hay tanto que hacer hoy para las preparaciones.
Regresaré a donde me quedé.
Honestamente, no recuerdo mucho de la noche después del accidente vial. Solo tengo destellos de memorias, y no trataré de expresarlas coherentemente aquí. Recuperé la compostura después de que me había sacudido la conmoción con una siesta. Mis facultades superiores retomaron su funcionamiento de inmediato una vez que había ido a un supermercado y comprado una cantidad ligera de comida. El ímpetu del hambre que puede inducir el asombro es extremo.
Había inspeccionado la mochila y encontré exactamente lo que David dijo que tendría: zapatos, un cambio de ropa, dos mil dólares en billetes de cien y veinte, y un manual de viaje Atlas. Aún tengo ese Atlas y lo he utilizado cuando estoy viajando.
Una vez que tenía comida, agua y el inventario de mis pertenencias, podía comenzar a planear y trabajar.
Boté mi ropa de reo en un basurero y pagué un corte de cabello para tratar de alterar mi apariencia. Sí, me lavé la sangre en mi cara y cabello antes de salir.
Cuando me vi en el espejo al acabar, aún me reconocía, así que le pagué al estilista para que también me tiñera el cabello. Sé que hay kits de autoteñido que cuestan mucho menos, pero no tenía ningún lado en donde hacerlo.
Comprendía que no me podía quedar en esa ciudad porque David sabría exactamente en dónde encontrarme. No tenía idea de cuánto duraría esa tregua, así que no tenía ninguna intención de quedarme ahí una noche más. Compré un boleto de bus hacia un estado del país adyacente y llegué solo unas cuantas horas más tarde.
La ciudad que escogí era más grande que de la que provenía. Eso fue intencional, para que pudiera tener anonimidad y una mejor selección de servicios para los desahuciados. Esta ciudad tenía una cocina de sopas que podía utilizar para reducir mis gastos, así como un refugio para indigentes.
Sabía que no podría vivir con mis ya menguantes dos mil dólares, por lo que comencé a ir a la biblioteca para buscar trabajos esporádicos. Tuve que encontrar algo que no hiciera una revisión de antecedentes debido a la persecución que probablemente habían ordenado para mí. Aún no había visto nada en las noticias, pero solo había pasado un día.
Después de una semana de buscar, encontré un trabajo en un local de telemercadeo de mala fama que pagaba en negro. Estarían sorprendidos por cuántos de estos existen. Odiaba el trabajo, pero me mantenía fuera de vista y me producía dinero.
Antes de encontrar un complejo de apartamentos medio vacío y en decadencia en el cual vivir, dormía en un albergue para indigentes. Pude haberme quedado ahí y haber ahorrado mucho, claro, pero odiaba ir ahí y lo evadía tanto como podía cuando llegaba la hora de dormir. El dinero que empleaba en el departamento fue bien gastado.
Tenía la fachada de una vida establecida y ahora podría realizar mis labores verdaderas.
Había ido al centro comercial y había comprado el Android prepago más barato que tenían, y me suscribí a un plan mensual que me daba datos ilimitados, al igual que mensajes y llamadas de texto. Acomodé una manera para pagar en efectivo y debía recargarlo cada mes, pero no era un plan caro. Y necesitaba internet cuando la biblioteca había cerrado.
Durante las mañanas, pasaba mi tiempo en la biblioteca con una laptop barata que había comprado, realizando más investigaciones similares a lo que había hecho en el estacionamiento de Walmart. También pasaba bastante tiempo ejercitándome y tratando de hacerme más fuerte. Antes de que tuviera un apartamento, pagaba una membresía de gimnasio y me bañaba ahí en vez del albergue. Decidí mantener la membresía, y usaba sus máquinas para lograr un entrenamiento más efectivo.
