࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Vegeta 】

Dedicado a: EunicesGranda1
Advertencia: smut.

Narrador Omnisciente

Sus agitadas respiraciones al igual que algunos suspiros y gemidos, era lo único que se escuchaba en la habitación. Se confesaban su amor mientras sus cuerpos se fundían en uno solo, mientras se movían en un pasional compás. Siempre se encerraban en esa habitación a decirse lo que en publico no podían, ambos tenían otras responsabilidades. Los labios de él pelinegro se dedican a succionar y besar él cuello de la chica. Ambos estaban consientes de lo mal que estaba él hecho de sus pequeños encuentros, pero no podían dejarlo, simplemente se había vuelto algo vital. La chica grito su nombre en un gemido cuando acabo y él sonrió orgulloso. A pesar de que ella fuera a casarse con ese insecto, él había sido él primero y él único que la haría sentirse de esa manera, ella era suya.

-Te amo mujer -confeso acariciando el cabello de la joven, ella lo beso en respuesta.

Sabia que esta seria la ultima vez que estarían juntos, su pequeña aventura había terminado. Sus dientes se clavaron en el cuello de la chica marcándola como suya, mientras se adentraba en ella con suavidad para después empezar a moverse con rapidez y firmeza haciéndola gemir con fuerza. Sus labios volvieron a unirse con los de la joven en el momento en el que el orgasmo los atravesó. Salio de ella acostándose a su lado abrazándola con fuerza, ella lo beso con delicadeza y amor, haciéndolo sentirse completamente especial. Se durmió mientras su amada acariciaba su azabache cabello, ella en cambio se levanto de la cama con cuidado de no despertarlo y se vistió. Dejo una pequeña nota sobre la cama y se fue de ahí no sin antes darle un casto beso en la frente.

-Tambien te amo Vegeta -susurro sabiendo que él no la había escuchado y que jamas lo sabría, pues ella jamas se lo había declarado tan directamente.

Un nudo se formo en su garganta y algunas lágrimas salieron de sus ojos sin permiso. Se paso las manos por él rostro y negó, no podía ser tan débil. Salio de esa habitación rompiendo no solo una aventura sino él corazón de un hombre que la amaba, que en verdad la amaba.

•••

El pelinegro despertó por la mañana, tanteo la cama somnoliento buscando él cuerpo de su princesa, sin embargo, no lo encontró. Abrió los ojos con sorpresa notando un pequeño papel doblado sobre la cama. La tomo entre sus manos sintiendo su corazón acelerarse, sabia era lo que decía esa nota, y eso lo aterraba. Desdobló él pequeño papel. La abrió con suavidad paseando sus ojos por la hoja de papel, notando la hermosa caligrafía de la joven.

"Vegeta...

Se acabo.
Tienes una esposa y un hijo, tal vez pienses que eso no importa y que me amas. Pero si importa, importa mucho es un niño que merece tener un padre, una mujer que te ama y que piensa que tu también lo haces. Todo lo que hemos vivido ha sido maravilloso, pero ha llegado a su fin. Desde que te conocí supe que había algo en ti que yo necesitaba, pero resulto ser que no era algo en ti, simplemente eras tu Vegeta.
Te amo, siempre voy a amarte.

_______."

Sus manos se volvieron puños, su rostro se adorno con una mueca de disgusto y las lágrimas luchaban por abandonar sus ojos. Apretó el papel entre su puño con rabia y dolor, odiaba perderla. Por primera vez había amado a alguien y no la tendría mas, eso finalmente lo rompió. Cayo al piso dejando salir las lágrimas de frustración y rabia, no entendía porque ella había tomado esa decisión. La necesitaba, pero tenía razón. Debía cuidar de Trunks, el era su hijo y merecía tener a su padre. Abandono esa habitación y voló hasta su hogar, a partir de ahora sería un buen padre. Lo mas seguro era que jamas volvería a verla, eso ya lo sabia aunque no quería aceptarlo.