࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Yamcha 】

♡|Advertencia: rayito.

Narrador Omnisciente

Yamcha despertó esa mañana con una mueca en los labios. Había soñado con la peli-azul que le rompió el corazón hace algunos años, esa chica que lo había cambiado por un sayajin llamado Vegeta.

Pero toda la rabia que sintió por el recuerdo tan realista se extinguió cuando sintio al castaño removerse debajo de su brazo.

La atención del peli-negro se centro por completo en el muchacho a su lado, ese chico de ojos mielosos con quien tenía una relación formal desde hace unos meses. Sus ojos estaban cerrados, sus manos estaban debajo de su cabeza y su tranquila respiración chocaba contra el pecho desnudo de Yamcha.

__________ era demasiado lindo.

Se habían conocido en el momento que ambos más lo necesitaban, en una cafetería en las frías calles de Ciudad Satan.

El hombre de ojos negros aún recordaba la manera nerviosa y el sonrojo que cubria el rostro de su pequeño novio cuando tuvieron su primera cita la cual había denominado como "salida de amigos" por que se negaba a aceptar que gustaba del castaño estudiante de medicina.

En realidad le sorprendía que __________ hubiera sido tan paciente para con él y por supuesto, con su homofobia.

Un breve recuerdo de cuando lo rechazo al oji-miel diciendo que el no lo quería, ni jamás lo querría de esa manera llego a su memoria causándole una mueca.

Su mano acaricio la mejilla de su dormido novio de manera cariñosa, el cual se removió despertando.

—Hola —la voz risueña del castaño le hizo sonreír. —¿Qué pasa, cielo?

—Nada. ¿Cómo amaneciste?

—Bien —levanto su rostro y dejó un pequeño beso en sus labios. —Ahora necesito que me digas, ¿qué sucede?

Yamcha negó con la cabeza pero eso sólo provocó un suspiro de su contrario. Un suspiro y que se colocará a horcadas sobre él.

__________ acarició su pecho antes de sujetar sus hombros y obligarlo a sentarse. En esa posición sus sexos se rozaban y el hecho de que estuvieran sólo en ropa interior tampoco ayudaba demasiado.

Los ojos color miel del chico lo observaron con un toque de tristeza, algo que Yamcha no entendió hasta que la pregunta salió de los rosados labios del menor.

—¿Sigues pensando que esto es un error? —preguntó, su corazón se estrujo a pesar de que quería parecer fuerte.

—¿Qué? ¡No! —exclamó, sujetando el delicado rostro de su novio y dejando pequeños besitos en sus labios. —No es eso, en realidad sólo estaba regañandome por haberme comportado como un idiota contigo.

El castaño sonrió, abrazandolo de manera cariñosa.

—Ya lo pasado pasado —musito antes de besarlo.

Cuando se levanto provocó un pequeño roce que hizo que el peli-negro soltara un pequeño gemido.

—Por qué mejor no dejas de pensar en tonterías y nos divertimos —propusó, inclinándose hacia Yamcha, empezando a dejar húmedos besos en el cuello del de ojos negros.