ONE SHOTS DE DRAGÓN BALL | ❝Sólo entra y escapa un poco de la aburrida realidad.❞
✗ One Shots, (puede que la continuación de alguno de estos shots este en el libro número 2).
✗ Tú eres la protagonista, (o es Rayita, si lo prefieres).
✗ Puede contene...
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Tu Nombre
Su ronca y sensual risa resonó dentro del automovil en el que viajábamos de vuelta a nuestro apartamento.
—Ya deja reírte, no es divertido diecisiete —me quejé golpeando su hombro con mi puño. —No sabía que la rubia era tu hermana.
—Eso quedo bastante claro cuando me besaste delante de ella sin razón aparente —bromeó, desviando su vista del camino para dedicarme una breve mirada.
Arqueo una ceja con diversión logrando sonrojar mis mejillas al recordar lo celosa e impulsiva que fuí.
—Cierra la boca.
Su risa se volvió a escuchar en el auto pero a pesar de que estaba burlándose de mi seguía amando su manera de reírse, por lo que no lo obligue a que dejara de hacerlo.
Una de sus manos soltó el volante para poder entrelazarse con la mía que estaba sobre mi regazo.
—Aún no logro entender porqué estabas celosa de número dieciocho —murmuró, dejando las bromas de lado y hablando con seriedad.
Suspire acariciando el dorso de su mano con mi pulgar mientras me recargaba contra su costado dejando mi cabeza reposar sobre su hombro.
—Ella es demasiado hermosa —respondí levantando mis ojos para ver su perfecto rostro.
Negó con la cabeza antes de soltar mi mano para poder rodear mi cintura con su brazo y acercarme más a su cuerpo.
—Tú eres más hermosa que mi hermana.
Sonreí de manera inevitable al escucharlo. Abrazando su torso con mis brazos sin importarme que siguiera conduciendo.
—Y tu carácter también es mucho mejor que el suyo.
—¡Oh vamos, diecisiete! —exclame divertida. —¡Pero si tu hermana es adorable!
Negó con la cabeza antes de una enorme sonrisa surcara sus labios y una de sus cejas se elevará mostrando diversión.
—Tu también eres adorable —aseguró. —Aunque ya no lo parecías tanto cuando le gritaste a dieciocho que se mantuviera alejada de mi. ¡Cielos, hasta creí que ibas a golpearla!
Deje de abrazarlo sintiendo mis mejillas teñirse de color carmín al escuchar sus palabras en ese tono tan divertido que usa para burlarse de algo.
—Jamas vas a superar mi escena de celos en esa fiesta de Bulma, ¿verdad?
Beso brevemente mis labios antes de soltar una carcajada.
—Jamás.
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