ONE SHOTS DE DRAGÓN BALL | ❝Sólo entra y escapa un poco de la aburrida realidad.❞
✗ One Shots, (puede que la continuación de alguno de estos shots este en el libro número 2).
✗ Tú eres la protagonista, (o es Rayita, si lo prefieres).
✗ Puede contene...
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Tu Nombre
—Estoy... —me aclare la garganta, tratando de quitar el nudo que no sabia que tenia. —Estoy enamorada de...
—¡¿Qué?!
Bebí de la taza de café que estaba frente a mi y por un momento desee poder regresar el tiempo al igual que Whis. Quería que la tierra me tragara. La forma en la que mis dos hermanas me observaron hizo que un sonrojo se apoderara de mis mejillas.
—¿Tú... estas enamorada? —preguntó Marcarita en un tono entre molesto y sorprendido.
Vados se levanto de la silla y empezó a decir diversos nombres, tratando de adivinar a quien me refería.
—¿Acaso es Shin? —inquirió divertida mi hermana Mayor. —O tal vez... ese shin-jin del universo diez.
—¿Te gusta Zamasu? —negué con la cabeza y suspire frustrada.
—¿Entonces quien? —cuestionaron colocándose frente a mí.
Las observe sabiendo que en cuanto lo dijera empezarían a regañarme. Sabía que posiblemente llamarían a nuestro padre para decirle lo que había hecho y éste estaría muy decepcionado de mi pero no tenía opción.
—Me gusta Liquir —susurre, cubriendo mi rostro con el cojin color violeta que adornaba el sillon en el que estaba sentada.
—¡No puedes estar enamorada de él dios que cuidas, _________! —reprocho Marcarita con un tono molesto.
—Pero mira quien lo dice —se mofo Vados. —Estoy enterada de que has estado a acostandote con Vermound.
La acusada simplemente inflo sus mejillas que ahora eran adornadas por un color carmín y eso fue suficiente para que decidiera empezar a caminar a la salida del lugar.
—¡Pues yo sé, que ese anillo que está en tu dedo anular es algo así como un compromiso con Champa! —grito divertida, antes de abandonar él palacio —¿No es así?
Vados bufo, tratando de no sonrojarse ante esas palabras.
—¿Él sabe que estas enamorada?
Negué. Recordando todas las veces que estuve apunto de decírcelo pero me detuve al ver que él no parecía corresponder mis sentimientos.
—Debes decírle —habló, sujetando mis hombros de manera cariñosa. —Sabes que cuentas con todo nuestro apoyo.
Sonreí y la abrace en agradecimiento antes de caminar lejos de ella pues debía volver con mi dios destructor.
—¡Y, hermanita! —gire a verla al escucharla llamarme. —No te preocupes por papá, él jamás va a saberlo.
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