ONE SHOTS DE DRAGÓN BALL | ❝Sólo entra y escapa un poco de la aburrida realidad.❞
✗ One Shots, (puede que la continuación de alguno de estos shots este en el libro número 2).
✗ Tú eres la protagonista, (o es Rayita, si lo prefieres).
✗ Puede contene...
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Tu Nombre
—¡Marron vuelve aquí! —grite corriendo detrás de la pequeña rubia a través de la arena de la playa en donde nos encontrábamos. —Debo ponerte bloqueador.
Ella empezó a reír mientras aún corría, estaba segura de que no iba a alcanzarla pero todo pareció terminar cuando tropecé con algo inexistente y caí.
Mi novio tomó a la niña en brazos para que dejara de huir y después se acerco a mi ayudándome a levantarme.
—¿Estas bien, cielo? —preguntó cuando estuve de pie frente a él a lo que simplemente afirme con la cabeza. —Marron, disculpate con ________.
La pequeña frunció los labios y negó con la cabeza. Sabía que yo no le agradaba por que ella quería mucho a diecisiete y tener que compartir su atención no le agradaba demasiado.
—Esta bien, amor —hable, tendiendole el protector solar para que le pusiera a la pequeña rubia.
El pelinegro suspiro y coloco un poco de bloqueador en el rostro de su sobrina para después invitarla a jugar cerca del agua con la promesa de que él iría en unos momentos.
—No entiendo por qué no le agradas —suspiró, dejando un pequeño beso en mi frente y quedándose en esa posición unos segundos. —Tú eres tan linda... simplemente no lo entiendo.
—Trata de entenderla, estoy quitandole a su tío favorito —rodee su cuerpo con mis brazos recargandome contra su pecho y cerrando mis ojos.
—Te amo.
Abrazo mi cintura y recargo su mentón en mi cabeza. Por primera vez, en todo el tiempo que llevábamos en esta pequeña salida, estaba podiendo abrazar a mi novio sin ninguna interrupción de la pequeña rubia.
—¡Tío date prisa! —bufé al escucharla provocando una risita de parte de diecisiete.
—Debo ir, cielo —murmuró divertido pues no lo estaba soltando. —Cielo.
—Si, si ya te escuche.
Deje de abrazarlo rápidamente frunciendo los labios con molestia y tratando de alejarme de ambos para volver a donde estaba nuestra sombrilla. Pero antes de que pudiera darme la vuelta su mano se coloco en mi espalda acercándome a su cuerpo para poder besarme brevemente.
—Te amo.
—Si, también te amo —suspire con una sonrisa, me era imposible enojarme con él.
Me senté sobre la silla que estaba debajo de la sombrilla. Una tonta sonrisa se planto en mi boca al ver a mi novio hacer un castillo de arena junto a la pequeña rubia. Ambos reían, era una escena demasiado adorable.
Suspire y lleve una mano a mi vientre cubierto solo por una camiseta azul. Estaba embarazada y diecisiete aún no lo sabía por qué todavía no encontraba el momento adecuado para decirle.
