࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Vegeta 】

Tu Nombre

Me encontraba recargada en el hombro de Vegeta hasta que de pronto N°18 pasó frente a nosotros con un pedazo de pastel que me pareció bastante apetitoso.

—Vegeta —llame a mi esposo que se encontraba recargado en un árbol cercano con los ojos cerrados. Recibí un tipico "hmp" como respuesta que me hizo saber que me escuchaba. —¿Puedes ir a traerme una rebanada de pastel como esa?

Señale a la rubia. Lo escuche suspirar, pero segundos después ya se encontraba caminando hacia uno de los puestos para buscar mi pastel. Sonreí de manera tonta al verlo cumplir otro más de mis antojos en lo poco que iba del día.

Al girar mi vista para observar a los demás me percate de que Goku caminaba hacia mi dirección. Me saludó al estar más cerca y me pidió tocar mi vientre lo cual acepte feliz pues era mi mejor amigo.

—Milk quiere tener otro hijo —musito hacia mi abultado vientre en un susurro que sólo ambos podíamos escuchar. —Tal vez sea otro niño y puedan jugar juntos.

Una pequeña patada del bebé dentro de mí hizo sonreír a Goku quien seguia inclinado susurrando cosas demasiado tiernas o haci era hasta que Vegeta nos vio. Venia de regreso con mi pastel el cual tiro al suelo para poder volar con rapidez hacia nosotros.

—¡Quita tus sucias manos de mi esposa, Kakarotto! —alejo a mi mejor amigo de mi cuerpo y lo golpeó en su mejilla haciéndome reír al ver a un desconcertado Goku el cual no tardo más de unos segundos en alejarse de nosotros.

Vegeta me obligó a sentarme en una silla y se arrodilló para poder revisar que el bebé, mi vientre, estuviera bien. Lleve una de mis manos a su cabello para tratar de tranquilizarlo.

Desde que se había enterado de que estaba embarazada y de que sería una niño me sobreprotegia demasiado, lo cual no era molesto pero si muy adorable.

—¿Esta todo bien? —mi hermana pregunto al ver lo que hacía el peli-flama.

—Si, creo que Vegeta sólo esta siendo demasiado paranoico —murmure divertida al ver a mi esposo con una oreja sobre mi vientre para escuchar al bebé.

La de ojos azules sonrió divertida y acercó una de sus manos para tocar mi estómago pero Vegeta golpeó su mano haciéndola chillar molesta.

—¡Eso me dolió, estúpido mono!

Él peli-negro se levanto rápidamente. ¡Cielos! Sabía que estos dos terminarían peleando como siempre.

—¡Aléjate de mi mujer! —gruñó enojado.

—¡Es mi hermana, idiota!

—¡Mujer escandalosa!

—¡Ambos son unos escandalosos! —grite, deteniendo su tonta pelea. Bulma bufo, se dio vuelta y se fue.

Me gire hacia Vegeta con un puchero en los labios al recordar como tiro mi rebanada de pastel al suelo.

—¡Ve a traerme más pastel! —y ahí estaba mi parte escandalosa, como Bulma, saliendo a la luz.

Él bufo antes de ir en busca de lo que le pedí.
Otra vez.

Me encontraba recargada en el marcó de la puerta observando a Vegeta contarle a nuestra pequeña hija de tres años como era el planeta de los sayajin para hacerla dormir. Si, resulto que no era un niño pero a diferencia de lo que creía eso no lo decepcionó para nada.

Esa pequeña peli-negra de ojos azules era la adoración de mi esposo.

—¿Crees que valla a dejarme jugar con mi sobrina en algún momento?! —la inesperada voz de mi hermana me hizo reír y negar con la cabeza al recordar como celo a nuestra hija de Goku.

—Si, seguro.