【 Piccolo 】

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Tu Nombre

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Tu Nombre

Bufé frustrada al tomar asiento en la banca de el parque en el que llevaba caminando algún tiempo. No era que me gustará mucho pasear, más bien era que necesitaba distraerme.

—¿Puedo sentarme?

Afirme, mirando por encima de mi hombro al dueño de esa voz masculina. Sus ojos color miel fueron lo primero que logre discernir, para poco después lograr ver su cabello pelirrojo.

—¿Estas bien? —preguntó fijando su vista en mi.

Negué, notando que debí haber sido yo la que preguntara eso, pues él, es el que parecía haber estado llorando.

—¿Tu lo estás?

Negó, soltando una risa amarga, mientras colocaba una caja de costosos chocolates sobre la banca; en medio de nosotros. Abrió la caja y colocó uno de los chocolates dentro de su boca.

—Debía ver a mi novia en este parque hace una horas, pero cuando llegue ella estaba besándose con mi mejor amigo —explicó, ofreciéndome un chocolate.

—Eso es horrible —respondí devorando el delicioso dulce.

—Lo se —afirmó, recargándose en el respaldo de la banca y soltando un pesado suspiro. —Y a ti ¿qué te ocurre, linda?

—¿Es normal que tu novio pase demasiado tiempo en casa de alguien que es como su hijo? —pregunté en respuesta.

El arqueo una ceja y se encogio de hombros.

—No lo se, ¿a que te refieres con que es como su hijo?

—Lo entrenó cuando era pequeño y ahora considera a Gohan como su hijo —expliqué tomando otro chocolate de la caja. —Y tal vez estoy exagerando, pero pasan demasiado tiempo juntos.

—Ni siquiera los conozco y ya estoy empezando a shippearlos.

Empecé a reír suavemente y a negar con la cabeza ante las palabras del desconocido.

—Sólo piénsalo, tal vez tienen un pequeño romance —explicó, mirándome con una sonrisa divertida surcando sus labios.

Mi risa se hizo presente en el lugar, una risa que poco después se convirtió en una ruidosa carcajada. Él extraño empezó a reír conmigo, mientras devoraba otro de los pequeños chocolates.

—¡No! ¡Claro que no! —logre exclamar entre risas.

—Eres divertida.

Una sonrisa se planto en mis labios cuando lo escuche, afirmando que todas las veces que oí a mamá prohibirme hablar con extraños, era porque jamás se topo con un extraño tan divertido.

—Um... ¿Cuál es tu nombre, extraño? —pregunté, en un tono tan divertido que casi lo escuché volver a reír.

—George —Sonrió, tendiéndome la mano. —George Weasley.

࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora