【 Goku 】

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Tu Nombre

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Tu Nombre

—¡Goku! ¡Goku! —llame al sayajin para que dejara de destruir la vegetación que nos rodeaba, sujete su brazo y tire de él para que me prestará atención. —Tranquilizate por favor.

Su cuerpo se giró y así por fin pude ver su rostro. Las lágrimas empapaban sus mejillas. Sus ojos estaban cristalizados y ese brillo que solía tener su mirada había desaparecido. Estaba devastado.

Ahogue un jadeo cuando de manera repentina me abrazó. Sus brazos rodearon mi cuerpo en busca de consuelo y sin poder negarselo correspondí al gesto tratando de tranquilizarlo.

Había estado enamorada de Goku desde que lo conocí, hace poco más de un año. Entrenabamos juntos todas las tardes, a veces en el planeta de Whis aunque eso no me agradaba demasiado. Conocía a los hijos de el peli-palmera y aún, cuando me había prometido a mi misma no terminar enamorandome de él, había fracasado de manera terrible.

Justo ahora lo amaba con todo mi corazón.

En el momento en que la tela de mi blusa que me cubría el hombro empezó a humedecerse supe que él seguía llorando. Y cuando un rebelde sollozo escapó de sus labios mi corazón se rompió en mil pedazos.

Mi mente no alcanzaba a comprender como era posible que su esposa y sus amigos creyeran que era un idiota. Que realmente pensarán que todos los problemas eran culpa de Goku y escucharlos decir que preferían que jamás hubiera revivido hizo que terminará golpeandolos a todos.

Solamente Gohan, Piccolo y Vegeta, que me parecía un idiota, estaban en desacuerdo con esas afirmaciones en contra del sayajin de cabello alborotado.

—¿T-tu crees que soy un idiota? —preguntó, alejándose un poco de mi cuerpo para verme a los ojos. Se me estrujo el corazón y juro que tuve que apretar los labios para no romper en llanto. —¿Crees que hubiera sido mejor si jamás hubiera revivido y me hubiera quedado para siempre con kaio-sama?

Algunas lágrimas aún salían de sus ojos. Era igual a un niño, un bueno e inocente niño. ¿Cómo alguien podría odiar a alguien como Son Goku? Me pregunté mientras negaba con la cabeza.

—No —mi voz había salido tan débil que ni siquiera yo había sido capaz de escucharla. —No, no lo creo Goku y tú tampoco deberías creerlo. ¡Demonios Goku, no puedes realmente creer lo que esos idiotas dicen! ¡Es una maldita estupidez!

Y ahora yo también estaba llorando. Mi nombre escapo de sus labios antes de que volviera a abrazarme. Él ya había dejado de llorar pero ahora era yo la que necesitaba descargar mi enojo de alguna manera para no desear volver a la Corporación Cápsula a matar a ese montón de estúpidos.

—No llores, __________.

Insisto. ¿Cómo demonios alguien podría odiar a alguien como Goku?

Goku es un bebé. Tiene un corazón tan puro e inocente que sería absolutamente incapaz de hacerle daño a alguien. Es... ¡Es un maldito ángel!

Me separe de él y respiré un par de veces para calmar mi llanto. Me pasé las manos por el rostro para limpiar la humedad de mis mejillas.

Tomé sus manos entre las mías y lo mire a los ojos para empezar a hablar. Para decirle todas las malditas razones por las que no debería tomar en cuenta los estúpidos comentarios de sus amigos y de su esposa.

—Ellos... —me aclare la garganta y suspire. —Ellos son unos idiotas por no darse cuenta de la maravillosa persona que eres Goku. Jamás he conocido a alguien que sea, por lo menos la décima parte de lo bueno que tú eres, ni que tenga un corazón tan puro o que sea tan inocente como tú. Este mundo de mierda no te merece... Eres lo más cercano a un ángel que existe y no me refiero a razas sino a tu forma tan única de ser Goku.

Solté sus manos y me coloqué de puntitas para poder limpiar los restos de lágrimas que aún había en sus ojos. Al terminar de hacer eso no me aparte sino que solamente baje mis manos hacia sus mejillas y le sonreí.

—¡Todos ellos pueden irse a la mierda! —grite enojada. —No tienes que volver con ellos jamás. Siempre puedes quedarte en mi casa.

Asintio con la cabeza mientras una pequeña sonrisa se abría paso en sus labios, una sonrisa que aún se veía un tanto triste.

—Eres un sol, Goku. Eres mi sol.

Y así, juntando toda la valentía que tenía le besé. Tuve que sostenerme de su cuello pero eso no pareció molestarle cuando sus brazos rodearon mi cintura. Confirme en ese momento que besar a Goku era mejor que tocar el cielo, por que vamos, la sonrisa que surco sus labios en medio del beso también me lleno de felicidad.

—Te amo, Goku.

—Te amo, Goku

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࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora