【 Piccolo】

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Dedicado a: yani_py

Advertencia: smut.

Tu Nombre

Deslizo mi dedo índice por la mejilla de Piccolo, que mantiene los ojos cerrados tratando de continuar con su meditación a pesar de mis constantes caricias a su rostro.

-Basta ______ -regaña seriamente, soltando un pequeño gruñido.

Una risita abandona mis labios.
Recargo mis manos en el verdoso césped y me inclino hacia adelante para poder depositar un beso en su mejilla.

Sus carnosos labios se curvan en una media sonrisa que me hace suspirar encantada.

-Necesito meditar, basta -reprocha nuevamente, aunque ahora con un tono ligeramente divertido.

-Esta bien, esta bien.

En cuanto vuelve a tomar su postura seria, me inclino hacia delante nuevamente sonriendo con diversión; uniendo brevemente mis labios con los suyos en un casto beso.

Cuando me separo de él lo primero que escucho es su hermosa risa, abre los ojos y niega con la cabeza.

-Te dije -hace una pausa mientras sus manos buscan mi cintura y me recuesta cuidadosamente sobre el césped -Que necesitaba meditar -termina de reprochar con una media sonrisa surcando sus labios.

-Lo siento -ladeo la cabeza para fingir lamento -¡Pero pasas demasiado tiempo meditando o en casa de Gohan! -exclamo frustrada enrollando mis brazos alrededor de su cuello -Necesito que también tengas tiempo para mi -refuto frunciendo los labios en un pequeño puchero, que se desvanece cuando se inclina hasta que nuestras narices rozan.

-Lo se, lo siento -susurra contra mis labios, deslizando una de sus manos que reposa en mi cintura hasta mi muslo; adentrándose debajo del ajustado vestido que me cubre solo hasta sobre la rodilla.

Las llemas de sus dedos acarician mi piel causandome algunos escalofríos mientras sus labios bajan de mi boca a mi cuello, dejando un rastro de húmedos besos hasta llegar a mis senos que están ligeramente expuestos por el escote de la prenda.

-Piccolo -gimoteo cuando sube mi vestido hasta la mitad de mis muslos con un rápido y firme movimiento -No es necesario que hagamos esto ahora -jadeo cuando una de sus manos se abre paso entre mis piernas y destroza mi ropa interior para acariciar esa sensible zona con sus dedos.

-Me detendré si dejas de jadear -sentencia antes de besarme de manera voraz, deslizando dos de sus dedos dentro de mi haciendo jadear contra su boca.

Un sonoro jadeo que logra plantarle una sonrisa arrogante en los labios.

-Lo sabia -susurra rompiendo el beso, alejando sus manos de mi cuerpo.

Pero las mías en cambio vuelan a su cinturón para quitarlo de su cuerpo, al igual que sus otras prendas. Muerdo mi labio inferior cuando reparo en su varonil cuerpo desnudo, peligrosamente musculoso gracias a todas esas tardes de arduo entrenamiento.

Sus manos sujetan mis muslos cuando se acomoda entre mis piernas, inclinándose sobre mi de tal forma que el peso de su cuerpo no caiga sobre mi y me lastime.

Voraces besos y profundas caricias es lo único que logro discernir ante el constante deseo de sentirlo tan mio como ya se que lo es.

Jadeo, sintiendo su cálido cuerpo fundirse con el mio. Y sin poder evitarlo rodeo su cintura con mis piernas cuando empieza a moverse en un suave vaivén que me arranca incontables gemidos.

Suspiro, cuando sin previo aviso su cálido aliento choca contra la piel de mi cuello y uno de sus brazos rodea mi cintura juntando nuestros pechos.

Sus labios buscan los mios, fundiéndose en un hambriento beso en el que su lengua participa, adentrándose y colonizando mi boca, de tal forma que me es imposible no gemir contra sus carnosos labios.

Abro los ojos sólo cuando dejo de besarme, cuando su rostro se aleja unos centímetros del mio y su ronca voz susurra mi nombre.

Sus movimientos continúan, firmes, lentos y excitantes movimientos que descargan placer en mi vientre.

Su penetrante mirada se suaviza, clavándose en mi cuerpo desnudo debajo de su cuerpo, observandome con enorme adoración.

Amo esa mirada.

Amo saber que soy la única persona a la que ve de esa manera, como si fuese lo más hermoso que hubiese visto y lo más importante en su vida.

-Te amo -susurra, ronco y grave contra mis labios.

Un ruidoso gemido abandona mi boca cuando el placer se agolpa en mi vientre y sus ultimas embestidas se hacen presentes, dejandome sentirlo llegar al orgasmo.

-Te amo Piccolo.

Declaro en medio del suave y tierno beso, rodeando su cuello con mis brazos para tenerlo mas cerca si es eso posible.

• Número de palabras: 748

࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora