࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Bills 】

♡|Advertencia: smut.

Tu Nombre

Apreté los labios y me observe en el espejo una vez más antes de finalmente decidirme a salir de mi habitación. Camine hasta llegar al comedor en donde sólo estaba el dios por que acababa de despertar y Wiss le había preparado un "desayuno".

Sabía a la perfección que el ángel estaba demasiado ocupado entrenando con los sayajin así que nadie más veria mi provocativa pijama, o bueno la enorme camiseta que solo cubría una pequeña parte de mis muslos.

Pase frente a Bills, quien solo vestía una bata blanca porque acababa de salir de bañarse, en dirección a la cocina ignorandolo por completo. Tome un vaso y lo llene de agua, caminando de vuelta al comedor para tomar una manzana de la mesa.

—¿Puedo saber por qué estas vestida de esa manera?

Su voz me hizo temblar. Por poco deje caer el vaso de cristal al suelo. Lo observe arqueando una ceja fingiendo no entender a qué se refería.

—¿De qué manera? —indague con un tono burlon, inclinando me para tomar la manzana del frutero lo justo para que la blusa se levantará y dejará ver mi trasero justo delante de la vista del enorme gato.

Tome la manzana y empecé a caminar a la salida del lugar esperando que me detuviera; Cosa que no tardo demasiado en ocurrir.

—Estas loca si crees que voy a dejarte andar vestida así —señaló con molestia, sujetando mi brazo con su mano. —No voy a permitir que ese par de idiotas vean a mi mujer vestida sólo con eso.

Una pequeña sonrisa surco mis labios.

—Demasiado tarde Bills —declare de manera divertida. —He estado paseándome casi desnuda por esta casa desde hace unas semanas. Claro que como tú has estado dormido no lo sabías.

Sus labios se fruncieron con disgusto y enseguida me soltó empezando a caminar a la salida del palacio con la clara intención de golpear a alguien.

—Voy a matar a esos malditos sayajin.

Me coloque frente a Bills deteniendo su andar mientras trataba de contener una carcajada.

—¡Cielo, cielo! —llamé colocando mis manos sobre su pecho para que me prestará atención cosa que funcionó. —Mírame. Sólo bromeaba, ellos no me han visto de ninguna manera.

Su cuerpo se relajo casi al instante. Me sujete de sus hombros y me puse de puntitas para poder besar sus labios.

—Lo único que quería era vengarme por que has pasado dormido más de un mes y te extrañaba demasiado —sus manos sujetaron mis muslos.

Me levanto haciéndome rodear su cintura con mis piernas sosteniedome por el trasero. Su lengua se encargo de colonizar mi boca mientras caminaba de manera descuidada a su habitación. Deje de besarlo para quitarme la blusa, lanzando a alguna parte del pasillo. Abrace su cuello volviendo a unir nuestras bocas en un fogoso beso mientras sus manos se deshacían de mi ropa interior.

Solté una risita cuando por fin entramos en la habitación y me deposito sobre la cama, colocandose sobre mi cuerpo de inmediato. Me apresure a quitarle la bata que era lo único que vestía y dirigí mi mano hasta su entrepierna empezando a masturbarlo suavemente mientras el comenzaba a besar y morder mis senos.

No tardo mucho en apartar mi mano para poder hundirse en mí de una manera rápida y dura. Me sostuve de su cuello dejando que él sujetará mi cadera y me embistiera a su gusto. Su ritmo era realmente impresionante. Sus caderas chocaban de una manera tan constante y fuerte contra las mías que casi de inmediato termine jadeando debajo de su cuerpo.

Después de algun tiempo termine gritando de placer al sentir mi liberación, siendo silenciada por la boca del dios que se apoderó de la mía en un tierno beso. Él continuó bombeando un poco más hasta que se comienzo a venirse dentro de mi.

Se acomodó sobre mi cuerpo dejando pequeños besitos sobre la piel de mi hombro y cuello. Nos cubrimos con la pequeña sabana de la cama y tratamos de regular nuestras agitadas respiraciones.

Delinee la bien formada espalda del dios destructor con mis dedos. Sonriendo de una manera casi tonta al escuchar todos sus adorables alagos hacia mi perdona. Hasta que la puerta se abrio de golpe. Cuando vi a Goku parado en la puerta repare en el hecho de que Bills se había equivocado de habitación lo cual hizo que mis mejillas se sonrojaran, aunque el dios parecía querer matarlo.

—¡Largo de aquí pedazo de imbecil! —el peli-palmera pareció muy asustado por lo que cerró la puerta con rapidez.

—Te equivocaste de habitación —me burle.

Sus mejillas se encendieron aunque trato de ocultarlo.

—Callate. Eso no parecía importarte hace algunos minutos.

—Idiota —rode los ojos y golpee suavemente su nuca.