࿐ ONE SHOTS; DRAGÓN BALL | LIBRO 1

【 Trunks 】

Tu Nombre

Abro los ojos al escuchar como tocan la puerta de mi casa con demasiada insistencia.

Me levanto con pereza, observando la hora en mi móvil que está casualmente tirado en el suelo cerca y de mi cama.

3:47.
¿Quién demonios me necesita a estas horas de la madrugada?

Enciendo las luces de la planta baja para poder bajar las escaleras sin caerme y al llegar a la puerta principal ingreso la llave para quitar el seguro.

Bostezo al mismo tiempo que abro la puerta, arrepintiendome de inmediato al ver al pelilila parado frente a mi.

Lo escaneo rápidamente notando el costoso y desareglado traje que viste, lo despeinado que está y el prominente olor a alcohol que posee.

Y antes de que pueda decir cualquier cosa, se acerca a mi, rodea mi cintura con sus brazos y esconde su rostro en mi cuello. Enseguida intento de apartarlo de mi cuerpo con suavidad debido al estado en el que sé que se encuentra.

-Trunks -lo llamo tratando de convencerlo de que me suelte, pero en cambio su abrazo se hace más fuerte, sin llegar a lastimarme pero si a incómodarme.

-Te extraño -solloza contra mi piel logrando estrujar mi corazón. -Te extraño tanto _______.

Un fuerte suspiro abandona mis labios cuando trato de controlar las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos.

Dejo de tratar de separarlo de mi cuando siento sus lágrimas mojar la piel de mi hombro y sus sollozos se hacen más audibles.
Sin poder evitarlo lo rodeo con mis brazos acariciando su espalda con una de mis manos para tratar de calmar su llanto.

Siempre me dolió verlo en ese estado, tan frágil, tan triste, tan perdido.

Ese era él Trunks que el mundo no conocía, él que solía llorar en mi hombro cada vez que sentía demasiada presión por ser el presidente de la Corporación Cápsula, él que no quería decepcionar a nadie nunca, él que a veces no soportaba todas las críticas que le hacían, él Trunks que extrañaba demasiado a su hermana y que solía culparse por no cuidarla lo suficiente, por haberla perdido.

Pero todos sólo lo conocían como Trunks Brief el joven empresario que tenía la vida perfecta, que siempre tenía una sonrisa en el rostro y que ya había superado la muerte de su hermana, porque su lógica es que el dinero y el poder te lo dan todo, que son todo en esta vida.

Y a pesar de que está no era la primera vez que lloraba sobre mi hombro, sabía que esta vez era diferente. No lloraba por que extrañara a Bra, tampoco porque sintiera que no es suficiente para manejar la empresa ni porque creyera que decepcionará a su padre al no ser tan fuerte como el Trunks del futuro.

Esta vez lloraba por mi.

Habíamos sido novios durante cuatro años. Cuatro años en los que había aprendido cada uno de sus gustos, sus disgustos, sus alegrías y sus tristezas. Cuatro años en los que me dedique a amarlo con todo mi ser y con todo mi corazón.

Todos siempre solían decir que eramos el uno para el otro, que eramos la pareja más linda que hubiesen visto y que seguramente terminaríamos casados.

Y yo lo creí, yo siempre lo creí.

Hasta que un día lo encontré esperándome afuera de la universidad en la que estudiaba para ser maestra, después de haberme recibido como psicóloga. Y antes de que pudiera lanzarme a abrazarlo y besarlo como tanto deseaba al no haberlo visto tan seguido por causa de su trabajo, me detuvo.