9. Ella.

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Anahí se había despertado muy pronto a pesar de haber estado hasta las tantas de fiesta con Alfred y con Marta, aún no había asimilado que él era el usuario que se escondía tras la cuenta con la que llevaba meses hablando.

—No le puedes decir nada a nadie, tener esa cuenta me da libertad, necesito esa libertad.

Entre risas, una cena tranquila y cervezas habían pasado una noche muy especial, y por eso la resaca le había pegado tan fuerte. Ese día tenía que estar todo el tiempo en la oficina, no tenía ninguna reunión en otra empresa ni ningún evento importante al que asistir. La noche anterior no se lo había contado a sus dos nuestros amigos, pero ella trabajaba en una gran agencia de publicidad y estaba vinculada directamente con el departamento que llevaba a todos los artistas musicales.
Estaba saliendo de la ducha y se iba a secar para vestirse con su traje de chaqueta negro y su blusa de color rojo cuando su móvil empezó a sonar.

—Hola nene, ¿qué tal todo?

Echaba mucho de menos a su hermano, las pocas veces que había tenido tiempo de viajar había preferido ir a verle a él que a sus padres, se llevaban varios años, casi los mis o años que se llevaba con Alfred. La conversación fue bastante dura para ella, su hermano tenía problemas en el Erasmus pero no tenía dinero para poder volver, sus padres no sabían nada de esta situación, y ellos tampoco querían preocuparles.
Con un nudo en la garganta llegó al trabajo.

—Hay reunión con uno de los altos cargos, prepara todo.

Estrés y más estrés, la reunión fue un auténtico desastre para el departamento, necesitaban nuevas caras, llevaban meses haciendo campañas con varios rusos que no habían tenido el éxito que habían previsto, las cuentas no salían y eso sólo significaba que necesitaban captar nuevas caras. En mitad de la reunión Anahí le mandó un mensaje a Alfred, habían intercambiado sus teléfonos, la respuesta le hizo sonreír, pero no se había dado cuenta de que su jefe, sentado justo a su lado estaba observando todos sus movimientos.
La reunión terminó y todo el equipo salió detrás de su jefe para reunirse en su despacho, en total eran siete personas, entre trabajadores en activo como ella y becarios explotados y mal pagados.

—Ya habéis oído a Ernesto, no podemos seguir así, a este paso van a recortar el presupuesto para nuestro departamento darlo como siempre al de prensa rosa, me niego a que el arte deje de tener visibilidad en la publicidad, me niego a que en vez de la cara de un gran cantante en un anuncio salga la cara de Belén Esteban, que aquí no tenemos contratos con empresas de carne de conejo.

Todos soltaron una risa que se desvaneció ante la mirada furibunda del jefe.

—¡VENGA! Todo el mundo a hacer su trabajo.

Los becarios fueron los primeros en salir del despacho y después uno a uno todos los demás.

—Anahí, espera, quédate un momentito.

Anahí se giró hacia su jefe con su mejor sonrisa, que era más falsa que un billete de tres euros, pero eso allí nadie lo sabía, había aprendido a adentrarse en ese mundo con todas las consecuencias.

—Siéntate.

El jefe se levantó para cerrar la puerta y empezó a andar en completo silencio hasta quedarse mirando por la gran ventana que tenía detrás del escritorio desde la que se podía ver toda Barcelona.

—Se que es una falta de respeto y estarías en todo tu derecho si decides denunciarme y renunciar a tu puesto, perderíamos a una de las mejores pero...

Anahí no entendía nada ¿denunciar?

—He visto con quien estabas hablando por tu whatsapp.
—No es...
—Mira, Anahí, nos conocemos, llevas años trabajando aquí, la cara que acabas de poner te ha delatado, al principio dudé si de verdad estabas hablando con Alfred García, pero ahora ya no dudo ni un poco.

Anahí guardó silencio y miró directamente a los ojos de su jefe.

—Necesitamos a ese chico.
—Pero...
—Anahí, no olvides quién eres ni porqué has llegado tan alto siendo tan joven, no me vengas ahora con remilgos...

Las mejillas se le colorearon de un rojo intenso que se disimulaba por el maquillaje tan bien puesto esa mañana, tenía razón, no tenía ningún tipo de escrúpulos con respecto a su carrera profesional, había llegado hasta donde estaba por haber pisado a cualquiera que le hiciera sombra, por conseguir cualquier cosa a cualquier precio.

—¿Es él? ¿De verdad tienes contacto con Alfred García?

Anahí dudó si contestar o no.

—Te ofrezco un ascenso, estarías al mando de toda esa panda de incompetentes, estarías casi a mí mismo nivel a la hora de tomar decisiones, el sueldo sería casi el doble del que tienes ahora, si me consigues a ese chico.

Su hermano, el dinero, sus padres, todos los problemas podrían solucionarse, pero a la vez la cara de Alfred con su guitarra en ese banco del paseo marítimo... Podría contárselo, negociar con su representante...

—De acuerdo, lo conseguiré.
—Pero le quiero sólo a él, tenemos que crear una imagen mucho más dura, hacerle crecer con nosotros...
—¿Eso qué quiere decir?
—Que tienes que separarle de su novia como puedas.

Tragó saliva.

—¿Separarles? Ellos están muy enam...
—No me jodas, Anahí, no dejan de ser dos post adolescentes a los que esto les viene muy grande, puedes hacer cualquier cosa para separarles...
—No pienso acostarme con...
—Se que ese siempre ha sido tu límite, pero tienes siempre muy buenas ideas... Piensa en el dinero que podemos ganar si le tenemos con nosotros.

Después de acordar un plan, que quedó casi por completo en sus manos, Anahí terminó su jornada de trabajo bastante antes de la hora prevista, lo primero que hizo al salir fue encenderse un cigarro y darle una calada profunda, dejó salir todo el humo por la nariz y, caminando hacia su coche, marcó el número de Alfred y le llamó.
Una, dos, tres... A la cuarta vez le cortaron la llamada, Alfred le había colgado el teléfono, Anahí no supo muy bien como sentirse, admirar a alguien de una manera tan fuerte, conocerle y ver que era una persona muy especial y buena, pero que a la primera de cambio ni le cogiera el teléfono...
Llegó a su coche dejó el móvil encima de del asiento del copiloto, tenía que pensar en su familia, en su hermano en...
Justo antes de arrancar lo sincronizó con los altavoces, marcó otro número y esperó a que le contestaran.

—Hola, ¿qué pasa?
—Nene, tenemos que...

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MINI NOTA DE LA AUTORA:
Estos días he estado teniendo problemas de conexión con internet en mi casa y por eso no he podido subir más a menudo, parece que ya está solucionado y voy a estar más activa.
Los primeros capítulos siempre son más de introducción, pero queridxs lectorxs ahora ya empieza lo bueno.
Espero que me comentéis todo lo que queráis que pase y todo lo que pensáis que va a pasar, ya sabéis que me encanta leeros y debatir.

Un cariñazo enorme.
Miss T. Girl.

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