--Pamplona. Martes.---Fuera-
Dana estaba al lado de Ana en completo silencio, mirando, sin poder evitarlo, hacia las ventanas del edificio donde suponía que estaba el piso del que acababan de salir casi corriendo, Carlos salió del portal y se acercó a ellas, las caras eran de circunstancia, no sabían realmente que iba a pasar allí arriba, si acabarían todos los muebles del piso destrozados, si acabarían ellos en las urgencias del hospital...—Bueno... Cerca de aquí hay un bar, podemos tomarnos algo...
Ana asintió y miró a Carlos sonriendo, pero Dana no estaba con ellos allí, no su mente, su mente estaba con él, allí arriba.
—Dana...
Ana apretó su mano e hizo que desviara la mirada hacia ellos.
—¿Qué?... Si, si... Vamos.
Se sentaron en la mesa más apartada, aunque no había mucha gente esa tarde, el camarero les tomo nota y se quedaron solos.
—Dios mío...
—Tenemos que confiar en ellos, no va a pasar nada...
—Amaia no está bien, ya lo has visto, no se qué hacer salvo apoyarla, Ana, todos estos años a su lado, viendo como se iba consumiendo, viendo como perdía todo, ni su familia ha conseguido que salga de donde ella sola se ha metido.
—Es que ella sola es la que tiene que darse cuenta.
—Ya lo sé, pero duele, hace varios meses tuvo una pelea con su hermana por intentar ayudarla, Ángela salió de casa llorando y por lo que sé no han vuelvo a hablarse.
—Joder...Dana les oía hablar pero no participaba en la conversación, no podía creer que la Amaia de la que Alfred hablaba, esa niña que se hizo mujer, ese animal místico musical, fuerte, decidida, hubiera acabado así.
—Y... ¿Cómo es que estáis aquí?
Carlos miró a Dana, la mirada limpia y la sonrisa real solo le demostró que, sin conocerla de nada, era una buena persona, Ana si la conocía, poco tiempo después de conocerse, Alfred y ella habían hecho un viaje a su casa de Tenerife, era luz, si, la palabra para describir a Dana era luz, y nunca dudó del amor que sentía su amigo por ella, había llegado en el momento indicado a su vida y lo que tenían era tan real que cuando se enteró que tenía fecha de caducidad sufrió por ellos.
—Ayer fuimos a Madrid, yo tenía que hacer unas gestiones... Bueno... Alfred tenía una reunión con unos abogados que le habían llamado, cuando salió me dijo que teníamos que venir aquí, y eso hicimos.
Dana se encogió de hombros justo cuando el camarero les trajo sus consumiciones, Carlos y ella habían pedido una cerveza, Ana un zumo.
—¿Los mismos abogados que llamaron a Amaia?
—No lo sé, tampoco sé que ocurrió en esa reunión, Alfred no ha hablado mucho de ello.Los tres se quedaron en silencio, pensando en mil cosas, Ana en sus dos amigos, Carlos en los abogados y Dana en Alfred y en cómo debía esta sintiéndose en ese momento.
—Siento ser tan indiscreto...—dijo Carlos disipando el silencio— Pero no te conozco y...
Dana sonrió, Ana posó una de sus mano en el brazo de la chica con cariño.
—Soy Dana, soy la novia de Alfred.
-Dentro-
El abrazo fue eterno y necesario para ambos, Amaia dejó de temblar aunque le costó más dejar de llorar, a veces dicen que las lágrimas ayudan a dejar que todo lo malo que llevamos dentro se diluya hasta desaparecer o por lo manos hasta hacerlo tan pequeño que se pudiera gestionar con más facilidad.
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Realidad
FanfictionAlfred, Amaia y sus catorce compañeros de concurso han terminado la gira de Operación Triunfo 2017. A partir de ahora empieza el verdadero camino. ¿Conseguirán mantener todo lo que han construido juntos? ¿Se desvanecerá todo como en un sueño?