"un dragon en el ultimo carril." 4ta parte.

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        - ¡Apunta a su pecho y sácale el corazón con tu mano!- Gritó el caballero de armadura azul.  - ¡El cuello y el pecho son las únicas partes blandas, introduce la espada y después tú brazo!-

      “Lo hace ver como si fuera muy fácil!” Pensó él con desazón. Lacour tenía sólo una oportunidad, la criatura elevó su pecho y algo en su tórax empezó a iluminarse subiendo por su garganta.

         Sí esa cosa volvía a escupir fuego, esta vez alcanzaría a su tío a Mitsuki y a Shizuka e iniciaría un incendió.

      No Lo pensó demasiado. Todo sucedió en unos segundos.

        Aprovecho la abertura y con toda la fuerza que tuvo grito introduciendo la espada en el pecho del dragón. La sustancia verde le salpicó encima y se bañó con la sangre de el dragón.

           El animal soltó un horrible rugido que seguro iba a llamar la atención de todos. Lacour no se detuvo ahí, siguió introduciendo la espada y metió el brazo en la hendidura de el pecho y estiró el brazo.

     No sabía qué era lo que estaba haciendo, pero siguió metiendo la mano hasta tocar algo duro. Estaba latiendo… ¡ERA ALGO REDONDO Y ESTABA LATIENDO!.

             Lo rodeó con los dedos y jaló. El rugido del dragón estremeció todo el cuerpo y lacour se asustó al pensar que la bestia caería encima de él.

           Había sobrevivido a la mordida y el fuego de un dragón real solo para que en su epitafio estuviera la leyenda de “hijo, hermano y héroe, luchó y mató un dragón pero le cayó encima y murió aplastado por 5 toneladas de lagarto.”

         Lacour cerró los ojos esperando que el cadáver le cayera encima pero cuándo no sintió nada. abrió los ojos y vio como la bestia parecía evaporarse.

         - ...este día no se puede poner más extraño.- musitó luk. De verdad sintió como la sangre de aquella cosa se evaporaba de su ropa y esta su cuerpo terminaba totalmente seco.

       Al final, lo único que quedaba de él dragón. Era esa cosa en su mano.

       A pesar de la adrenalina que aún corría por su cuerpo, la curiosidad era una de sus debilidades y examinó aquello que segundos antes había arrancado de el pecho de aquella bestia.

          Solo la destrucción dejada atrás fue la evidencia de que una criatura desconocida los atacó. Tenía mucha suerte de estar vivo.

            Sintió al fin que sus piernas se convertían en gelatina, pero no pensaba mostrar debilidad frente a estos extraños. Con paso firme y todo el orgullo propio que pudo juntar camino hacia aquel hombre joven que lo seguía mirando con algo que parecía admiración y sorpresa.

     -  ...no sé qué hacer con esto.- le dijo al caballero de azul y le extendió el objeto. El caballero miró su mano y después sus ojos recorrieron la vista hasta el colmillo blanco que lacour tenía en su cuello y a la cadena de oro donde colgaba el anillo de oro con el emblema de fanelia. una pícara sonrisa se extendió por el rostro de él albino.

        - ¡Eso no me pertenece “mi señor”!- dijo el y lacour encargó una ceja, esto solo hizo que la sonrisa de el caballero se ensanchará más… se veía muy feliz.

         - ¿Y que se supone que debo hacer con esto?-

         - Guardarlo como un trofeo, dijo el otro caballero de armadura roja y piel trigueña. Él también veía a lacour con admiración al igual que el otro caballero el cual no usaba una armadura como la de ellos.

"LOS HIJOS DE LA LUNA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora