"LOS HIJOS DE LA LUNA"

"Topo" 3ra parte.

    

     Se levantó y dió unas vueltas a la habitación pero estaba por echar lo que había comido, recordando como se había tragado todo el postre de Navidad de hacía dos años Hannah decidió ir a las cocinas por bicarbonato y se puso un cómodo vestido para salir de ahí.

     Pero caminó tanto que cuando estaba cerca de el comedor,  la comida se asentó y ya no fue necesario buscar un digestivo. Pero aún no tenía sueño, estaba a unos cuantos metros de el jardín prohibido donde crecían las lágrimas de plata.

    Tenía tiempo de no ir a ese jardín porque ver el rostro de su madre le daba más tristeza que consuelo. Pero por algún motivo sentía que debía estar ahí.

    Cuando se iba acercando a el lugar, vio a una mujer parada frente a la fuente y su corazón dió un vuelco cuando reconoció esa larga y ondulada melena.

    Estaba de espaldas y llevaba un vestido blanco que a la luz de la luna parecía brillar, con temor de que fuera un fantasma u otra visión, Hanna se le acercó sin hacer ruido.

  -  Bu… ¿buenas noches?- tanteó Hannah y la mujer se estremeció. Lentamente se volteó y Hannah miró sorprendida que era la misma mujer de sus visiones.

    Era el mismo rostro, el lunar junto a la boca y el largo y oscuro cabello ondulado. Seguía siendo preciosa y elegante, ya no era joven pero a sus 50 y algo se conservaba mucho muy joven. Tenía varias canas plateadas en su cabello y arrugas en los lugares justos.

     Si hacía cálculos y estos eran correctos, millicent tendría alrededor de 57 o 58 años. Era como 9 años mayor que su tío folken. La mujer mayor sonrió y se volteó para darle la cara, tenía la misma sonrisa simpática y comprendió porque su tío y el conde se enamoraron de ella.

  -  Buenas noches cariño… ¿Tu también estás perdida?- Hannah le devolvió la sonrisa. “Quizás, la verdad no sé.” Se dijo mentalmente.

-  No, yo vivo aquí pero si quiere le puedo ayudar a encontrar su habitación.- Hannah hizo una reverencia como dictaba el protocolo y siguiendo su instinto le tendió la mano.

  - Me llamo hannah varie, soy la hijastra de …-

 - ¡Eres la hija de Hitomi fanel!- aseguró emocionada pero no le tomo la mano porque tenía ambos brazos ocupados y fue cuando Hanna noto que la condesa cargaba a un niño en sus brazos.

  -  Soy millicent marani y este bello durmiente es mi nieto Levy.- dijo ella en voz baja y puso al niño de tal manera que la luz de la luna iluminará su rostro.

  Levy era precioso y se parecía a Sarah cuando era una nenita. El niño tenía el cabello azul como su abuelo folken y se preguntó si también tendría sus ojos garnet. También se fijó que tenía el mismo lunar junto a la boca y se preguntó si su padrastro… padre sabría que ese pequeño que millicent cargaba en brazos era en realidad su sobrino nieto… y probablemente candidato al trono si no es que era el verdadero heredero de Fanelia.

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     Miguel daba vueltas en su saco de dormir, trataba de descansar pero le era difícil conciliar el sueño. Luego de estar viajando en los maravillosos modelos nuevos de alseides, la idea de dormir en los bosques de Fanelia no tenía ninguna gracia.

   Biole y él estaban buscando la manera de penetrar la seguridad de el nuevo coliseo de Fanelia. La ciudad que alguna vez el capitán ordenó quemar estaba más grande y mejor vigilada que antes. Sus guymelefs eran de los más nuevos y resistentes.