"LOS HIJOS DE LA LUNA"

Capítulo 30; " Sobre Avisó..." 1ra parte.

    (La imagen es de Nathalie Roberts)
      

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  -  Otra vez bese el suelo…- dijo luk a la nada y soltó un profundo suspiro mientras se relajaba en la deliciosa agua caliente de su baño privado. La tina era un jacuzzi que siempre contaba con agua caliente cada vez que venía de el entrenamiento o regresaba de haber volado por las noches. Estaba seguro de que “Tula” era la que lo preparaba especialmente para él. Parecía sentir especial culpa ir participar en la treta de lady tiarei, pero como azrack le había comentado una vez… quizá era el destinó.

     Luk se sumergió en el agua y abrió los ojos para ver cómo unas burbujitas salían a la superficie. Le gusta bastante hacer eso cuando se encontraba en la tina pero no le gustaba entrar en las piscinas, no era un buen nadador y se hundía como piedra.

     Tal vez era algo común en los ryujin pues su hermano tampoco era un buen nadador pero eso se debía a su maldito anemia.

    No… después de la muerte de su madre el agua no lo atraía como antes y no le gustaba nadar por mucho tiempo, siempre tenía la sensación de que algo le tomaría el pie y lo jalaría a las profundidades.

     Hanna por otro lado… era una sirena en el agua y Hikaru fue salvavidas en un club de natación por lo menos un año. Los dos eran como peces en el agua.

     Bueno… él era más un ave y no podían ser especies más diferentes.

      Luk cerró los ojos bajo el agua y escucho el ruido de la nada, aprendió a nadar cuando su mamá aún estaba viva. En ese entonces ella estaba en un curso donde las madres acudían con sus hijos y ellas entraban al agua con sus hijos.

      Aquello había sido años atrás, tanto que no creyó que aún pudiera recordarlo. Luk sacó la cabeza de el agua y la volvió a meter hasta estar completamente debajo de el agua.

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      La piscina pública estaba llena de madres con sus niños los cuales flotaban en el agua con enormes chalecos naranjas que les dificultaba mover los brazos y solo flotaban a la deriva como boyas.

     Probablemente solo luk aprendió a nadar en ese curso de padres e hijos. Pero desde hacía poco que algo le “ratoneaba” en la cabeza y tenía que ver con algo que el señor moguro le comentó hacía días atrás.

     “Hitomi a veces parecía hablar sola y cuando alguien se le acercaba ella sonreía y decía que monologaba para entretenerse… pero eso era lo que le decía a los demás para tranquilidad de los desconocidos, yo pienso que charlaba en silencio con tu tío folken… ¿Tú lo has visto?” Aquella pregunta lo dejó desconcertado y solo le sonrió y negó con la cabeza.

   ¿Lo habían visto de pequeños? Se preguntó luk y recordó que alguna vez tuvo un amigo imaginario que era delgado y alto, siempre sonreía y jugaba con el… pero un día dejo de verlo y a luk le pareció que fue algo que él se inventó para asimilar la ausencia de su madre… pero…

    Luk abrió los ojos bajo el agua al recordar algo que tenía muy enterrado en sus recuerdos.

    Tenía alrededor de 3 años quizá 4, estaban en la alberca municipal y había muchos padres de familia en el agua. Mamás o papás cargaban a sus hijos o hijas y los metían en el agua.

   El curso duraba una semana y con el calor que hacía afuera muchos acudían con gusto.

   A medida que avanzaba la tarde la piscina se vaciaba y las madres y padres regresaban a casa, pero Hitomi y luk siempre se iban al final porque Hitomi trabajaba de medio tiempo en el curso de natación así que no lo pagaba, siempre cargaba a Hanna en la cangurera y la llevaba de un lado a otro mientras él jugaba en el agua.

    A diferencia ver los demás niños luk fue el primero en aprender a nadar y flotar con facilidad. Por ese motivo a luk se le hizo fácil ignorar la orden de su mamá de nunca entrar al agua sin ella... Fue en el último día de el curso cuando lo vio por primera vez.

    El niño espero a que su madre entrará a el almacén, hitomi cargaba con los flotadores que prestaban a los niños. Luk se quitó los pantaloncitos para tirarse al agua, nado como un sapito por alrededor de 10 minutos hasta que escucho que los pasos de su mamá se acercaban y el niño nado hasta la orilla de la piscina, se agarró del borde y se hundió hasta que el agua le cubrió la cabeza, vio el montón de burbujitas y a su mamá pasar por un lado gritando su nombre. En ese entonces no pensó que estaba haciendo algo malo al ver lo preocupada que estaba su mamá.

   Luk repitió la acción varias veces pues le gustaba como las burbujas subían y se perdían en la superficie, pero sus brazos eran pequeños y se cansaron, en su emoción se soltó sin quererlo.

   Sintió miedo y trato de nadar a la superficie pero su propia desesperación no se lo permitía. Se iba hundiendo más y más mientras gritaba debajo de el agua, esta le entraba en los pulmones y el cloro lo quemaba. pero aún así lo vio muy claro.

    Un hombre alto y de cabello revuelto y verde lo miraba desde la orilla de la piscina, traía puesto una camisa azul rey y un pantalón café, se veía tan asustado como él se sentía. Escucho su voz grave y profunda.

   “¡Nada Lacour, nada y no te detengas, solo mueve tus brazos y piernas como lo hacen las ranas!” grito y el niño lo escucho como si lo tuviera a un lado.

   El niño apretó sus ojos y los volvió a abrir, nado como lo hacían las ranas y lentamente llegó a la superficie, alzó un brazo y sintió que alguien lo jalaba.

   vomito media piscina y vio que su mamá lo sostenía en los brazos y le golpeaba la espalda como si eso hiciera que el agua saliera más rápido. Luk miró a su alrededor y no vio a nadie más que su mamá.

    Su mamá no lo regaño pues con el susto había sido suficiente, pero pasó tres días sin postre y sin jugar con el Wii.

   Después de eso, a veces lo veía parado debajo de la sombra de el gran árbol en el parque donde su mamá los llevaba a jugar y veía que su madre se acercaba a el árbol pero cuando lo saludaba él desaparecía detrás de el árbol con una sonrisa y su madre se sentaba a mirarlos jugar.

    Días antes de que su madre muriera luk le preguntó quién era y ella lo miró sorprendida, como si no esperara que él también lo conociera.