"La Torre" 2da parte

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Pero las gotas de lluvia que caían en su rostro lo despertaron. Se incorporó de mala gana y medio abrió los ojos, aunque tenía una resaca infernal, estaba más descansado.
El problema era que ahora llovía a cántaros y solo podía meterse debajo de las gradas donde no había mucho refugio.

El cielo relampagueo y un rayo cayó en la pista, fue tanto el destello que cegó a Gabriel y este cerró los ojos.
Aún cerrados le pareció que había luz en el carril e imagino que quizá un guardia andaba cercas e iluminaba con una lámpara atraído por el destello, pero eso no era posible pues habían asado sólo unos segundos, abrió un ojo y luego otro y luego el destello se detuvo.

Sintió arcadas y se dobló para vomitar todo el alcohol posible, la lluvia comenzó a detenerse y por si acaso Gabriel salió de abajo de las gradas para darle la cara a quien le hubiera apuntado con la linterna.

Pero no vio nada, en su lugar se llevó un susto de muerte al encontrar a una persona empapada y tendida en el suelo.

- ¡EN LA MADRE UN MUERTO!- (señoras y señores... Gabriel es mexicano)

Grito Gabriel en español, estaba a punto de correr en la otra dirección cuando el "muerto"se quejó, Gabriel se detuvo en seco y la preocupación le ganó... Corrió a su lado y se arrodilló para ver cómo se encontraba el desconocido.
Se llevó otra sorpresa cuando vio que era una mujer y por si fuera poco estaba en un avanzado estado de gestación.

La mujer murmuraba algo y Gabriel acercó su oído a sus labios.

  - van... você  me prometeu  ... e eu jurei para você ... até o mundo desmoronar.-

No estaba seguro de que idioma era, pero tenía que sacarla de ahí.

- despierta por favor- intentó probar con el japonés quizá era una turista y estaba perdida.
¿Pero entonces que hacía ahí en medio de la pista y en una escuela en fin de semana?.

- ...¿Nihongo?- la mujer apenas y musitó la palabra antes de perder la conciencia.

- bueno... Al menos sabe japonés... ¿Y ahora qué hago?.- no podía dejarla así, no tenía suficiente dinero para pedir un taxi... O pagar una fianza... Para ambos.

Gabriel miró al cielo y vio que las nubes no desaparecerían pronto, volvería a llover sin duda. Se alejó de la desconocida y ató su estuche de guitarra a su mochila y se la echó a la espalda.

Regreso junto a la mujer y resolver para que no fuera muy pesada. Con esa barriga no podía cargarla sobre su espalda y no sabía si despertaría pronto.

Con tanta delicadeza como pudo, le pasó el brazo bajo la espalda y el otro lo paso por detrás de las rodillas teniendo cuidado de que no se viera la ropa interior.

El vestido era extraño ¿Sería una costplayer?, No lo sabía y por el momento no importaba.
Le acomodo la cabeza en su hombro y dio gracias de que no pesará tanto como creyó.

Camino en dirección a la salida, lo difícil seria sacarla de ahí estando inconsciente, sopesó por un minuto la idea de que tuviera algún amigo esperándola en las instalaciones de la escuela, pero eso no tendría sentido... ¿O si?.

Llegó al enrejado y soltó un suspiro, deseo de todo corazón que la puerta trasera estuviera abierta y de ahí explicará el porque estaba en la pista.

Solo por descartar la posibilidad se acercó a la puerta y la pateo con fuerza más por frustración que por la necesidad de abrirla.

La puerta se cayó al suelo y Gabriel se alarmó.

- ...rayos.- inspeccionó la puerta y vio que las bisagras estaban carcomidas con oxido y las cuales estaban carcomidas, solo dios sabía cuánto tiempo tenía así la puerta, por lo tanto tarde o temprano se caería y no era solo su culpa.

Paso por un lado como si nada y salió de la institución, tendría que ir primero a un hospital, y llegar luego avisar a la policía, sería mucho trabajo.

Nunca había cargado con tanto peso en su vida, pero estaba tan alterado que ni lo notaba y la adrenalina se estaba haciendo cargó.

-¡Uggg!- la mujer en sus brazos se encogió y despertó sobresaltada, cuando Gabriel sintió que se estaba mojando comprendió el porque la mujer estaba tan alarmada.

- ¡ Eu  quebrei  a fonte,  vou  dar à luz, meu bebê, meu bebê!- la única palabra que entendió fue bebé y antes de que algún pensamiento racional cruzará por su mente, sus pies ya estaban moviéndose por su cuenta y corría sin rumbo.

- ¡KEISATSU  WA  TASUKETEKUDASAI!- grito Gabriel colina abajo buscando la ayuda de alguna patrulla y divisó a lo lejos un agente parado en una caseta y volvió a gritar a todo pulmón llamando la atención de el agente.

Está dando a luz ¿Qué hago?!- grito esta vez en inglés y el joven policía los vio con horror seguramente era un recién ingresado, el joven hablaba tan rápido que Gabriel no le entendió casi nada y solo asintió. El policía entró a la cabina y llamo por el teléfono a una ambulancia, el latino no soltaba a la joven mujer y la pobre solo apretaba los dientes y los ojos tolerado el dolor.

- ¡van!, ¿onde você está?- ella sollozo y por un momento abrió los ojos de par en par y Gabriel se le quedó mirando.

Con la luz de la caseta, podía ver mejor a la mujer, era muy joven, quizá de unos 20 o 18 pero sin duda menor que el, sus hermosos ojos eran unas esmeraldas que brillaban por la humedad de las lágrimas.

Ella volvió a cerrarlos cuando otra ola de dolor la hizo encogerse.

Su cabello era oscuro por la lluvia pero se atrevería a apostar a que era rubio oscuro, tenía rasgos asiáticos así que tal vez era japonesa mixta porque sus pestañas no eran negras en totalidad.

No supo cuando fue... Pero la ambulancia llegó y Gabriel dio gracias de que así fuera, el joven oficial hizo señas y la ambulancia se paró frente a ellos, los paramédicos abrieron las puertas y en cuanto gabriel vio la camilla él subió con cuidado sin siquiera pedir permiso y la deposito con presteza.

Los paramédicos comenzaron a preguntar según el protocolo pero el moreno no podía prestar atención, la mujer lo tenía agarrado de la manga y no lo soltaba.

"LOS HIJOS DE LA LUNA"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora