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-¿Cómo están esos cuerpos sudorosos?-dice French en la salida del gym y yo me tiro en el césped.-Bien por lo que veo...

-No siento mi cuerpo.-digo suspirando y los chicos se ríen.

-Oye lo bueno es que se te está quedando un cuerpo maravilloso.-dice Holly y se mete un donut a la boca. Estiró mi brazo pero Jay la apartada de un manotazo.

Puta dieta.

-Tu entrenador no te deja.-dice Alish riéndose y yo la imitó.

-Yo ya tengo todo preparado para el viaje.-dice Justin y yo muerdo mi manzana.

-¿Qué viaje?.-digo con la boca llena y se me escapa un trozo de manzana triturada.

-Nos vamos a Italia.-dice French.-No te dijimos nada por tu examen de acceso...

-No... Tenéis razón.-sonrío.

Quien diría que después de sacarme la carrera no podría cogerme un maldito año sabático.
Los chicos empiezan hablar pero evitó meterme en la conversación. Mi cuerpo está cansado pero mi mente aún más, la mudanza fue lo más agotador que puede existir en este mundo y ya tengo algunas ideas para decorar la habitación vacía.
Mi departamento tiene incluido un gimnasio y piscina, mis vecinos son todos jóvenes y simpáticos. Me he hecho amiga de mi vecina Tamara, embarazada de cuatro meses y madre soltera y luchadora.

-Trish...-dice Sketch moviéndose y yo vuelvo a existir.

-Dime.

-Que si vas a salir hoy.

-Si mi entrenador me deja saltarme la clase de mañana, si.

-Ni lo sueñes bonita.

-Pues lamento informar que si voy.-digo sonriendo y todos empiezan aplaudir.

Llega la noche y como rutina soy la última en bajar.

-Nena que cintura.-dice Alish y yo sonrío.

En verdad los entrenamientos no van nada mal, tengo un aguante que ni yo me lo imaginaba pero los primeros días no podía ni agacharme.

-Este coche sigue oliendo a vomito.-dice Jay y todos nos reímos.

-Foto.-grita Sketch y Jay me jala para salir en ella.

Llegamos a la discoteca y allí nos esperaba unos amigos de Sketch.

-Una ronda de chupitos.-grita Ted y todos aplaudimos.

Después de cuarenta rondas de chupitos y de que un rubio llamado David me tirase la caña, Sketch está tirado en el sofá y Alish bailando como loca en la pista.

-¿Te quieres ir?-dice Jay en mi oido y yo asiento.

He cogido un virus hace unos días y he estado vomitando todo lo que pudiese tener adentro.
Nos despedimos de los chicos y subimos a un taxi.

-¿Te quieres quedar a dormir?.-digo cuando llegamos a mi casa y este me mira.-DORMIR.

-¿Incluye el jacuzzi?

-Siii...

-Pues no hay nada más que decir.-coge mis llaves y empieza a caminar hacia el departamento.

Tiro los tacones nada más llegar al salón y este se ríe.
Me cambio y me cojo una camiseta xxxxl y me tiro en el sofá.

-¿Vas a ir a Italia?

-Que va, quiero quedarme para ver como suspendes el examen.

-Ja ja ja, eres muy gracioso.-le doy en el brazo y este se ríe.

-¿Querías ir verdad?

-No.-miento.

-Mientes.

-No.

-Trisha...

- Jay...-empiezo a reirme y este tira de mi para hacerme caer encima de él y empieza hacerme cosquillas.-Basta.

-Dime la verdad.

-Eres un cochino.

-¿Un cochino?-se ríe con todas sus ganas que para de hacerme cosquillas para limpiarse las lágrimas que salen por sus ojos.

-Si tu ríete de mi payaso.-digo y pongo pucheros y este me imita.-Jay joder.-sigue imitandome.-Eres un idiota.-digo y me levanto y tomó rumbo a la cocina.

-Hey ven aquí.-escucho que viene detrás de mi pero sigo mi camino.

-Déjame.

-Me encanta cuando te pones como una niña de 3 años.

-¿Qué me pongo como una niña de tres años?¿Pero quien te has creí...-dejo de hablar porque Jay me coge de la cintura y me atrae hacía él y me besa.

No me muevo ni me apartó, me limito a saborear sus labios carnosos que saben a wodka con mezcla de menta.

Joder.

-Trish...

-Calla.-digo y damos unos pasos hacia la encimera.-Joder.-este sonríe al escucharme y yo lo miro.-Ya estas riendote de mi.

-Calla.-riendose vuelve a estampar sus labios contras los míos y yo pongo mis manos sobre su pelo.

Dios mio...

Mis hormonas empiezan a dar su toque de presencia dentro de mi y se que las suyas también porque nuestra respiración cada vez es más sofocante.
Sus manos bajan poco a poco pero para antes de llegar a mi culo y yo lo miro y este vuelve a sonreír pero entiende que es lo que quiero.

-No sabes lo mucho que quería que pasará este momento.

-Oye tu no te puedes callar ¿No?-digo y me apartó para coger respiración y este empieza a reírse.-Jay joder.

-Me encantas.-repito lo mismo que dice y este se ríe.

Abro un cajón de la cocina y saco un bol y echó en él las palomitas.

Volvemos al salón y todo vuelve a su normalidad.

Contigo, una y otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora