Dios mío de mi vida, no pensaba que una persona pudiera hablar tanto y en tan poco tiempo. Nos ha hecho un resumen de cómo conoció a cada persona incluyendo anécdotas e impresiones, en menos de hora y media.
Es amigo de Jay desde que tenían 3 años, vivieron un tiempo juntos, luego Dante quiso ser cocinero y construyo este restaurante cuatro estrellas y con eso podemos decir que tiene cuatro casas en cada continente y un yate.
-¿Y ustedes que son? Esta modelo fijo.-dice señalándome.-Actriz claramente.-señala a Holly.
-Holly de Hollywood, buena esa.-dice French chocando puños.
-Hermano, está modelo es de las de Henry y esa loca de allá es dramas.net.-dice Justin y se gana el puño de mi hermana en su costilla izquierda.
-¿Y que le viste al imbécil de Jay?
-Buena pregunta...-digo y Jay me mira alzando una ceja.- Lo drama supongo...
-¿Segura?.-dice Jay y yo sonrío.
-Uy uy uy, ahora sacan los trapos sucios.-dice Alish y se mete a la boca una gran cucharada de arroz.
Jay coloca su mano en mi muslo y sonríe al ver que me sobresalto.
Después de que nos obligara a ir esta noche a una reunión pequeña, de que nos presentara a su padre que por cierto se alegro mucho de ver a Jay, nos dejó irnos. Siento que mi cabeza va a estallar.
El aguafiestas de Jay se le olvidó mear y como es poco independiente me ha tocado que ir a acompañarlo mientras que los demás se están derrochando todo su dinero en las tiendas.-¡JAY VENGA QUE QUIERO COMPRAR!.-digo esperando a fuera de los baños y unos italianos pasan y me guiñan el ojo.
Dios mío si estuviese soltera.
-Límpiate esas babas.-dice Jay dándome una palmada en el culo y yo me rio.
-No te me pongas celoso anda.
Empezamos a caminar y mis ojos se abren al ver un carrito de helados dentro de un centro comercial.
-¿Vainilla con menta?
-Ese es mi italiano favorito.-digo riéndome. Mientras que Jay compra los helados yo me quedo mirando a la gente que pasa.
Estoy en Italia, joder, ostia puta.
Un grupo de músicos empiezan a tocar, este centro comercial lo tiene todo. Jay me mira sonriendo y yo empiezo a moverme al compás de la música.
-Quella bella ragazza.-dice un señor.
-No estaré yo con la chica más bonita de este mundo.-dice Jay y deposita un beso en mi frente.
-Lo más probable es que si.
-Hola ego, ¿Está usted bien?.-Me da unos pequeños golpecitos en la cabeza y yo me rio.
-Creo que renunciaré el puesto de Henry y me vendré aquí.-digo cogiendo el helado.
-Ni muerto te dejo yo aquí.
-No te estoy pidiendo permiso, bonito.-digo y este coge mi mano y me da una vuelta, reímos como tontos, me inclino para darle un beso.-¿Jay?.-digo al ver que se queda quieto. Lo miro y este tiene la mirada hacia otro lado.- ¿Que pasa? ¿Tienes ganas de hacer caca?
El chico que tengo en frente sigue sin moverse y trato de adivinar a quien carajos mira pero no conozco a nadie. Vuelvo a mirar a Jay y este sigue mirando hacia delante.
-Me estás asustando.-digo moviéndolo pero está en trance.
Cojo su mano y este me responde apretándola con toda su fuerza.
-No te separes de mi.-dice finalmente y sigo sin saber este cambio a que viene.
-¿Jay?-dice una voz desconocida y yo vuelvo a girarme.
Creo que la que se ha hecho caca he sido yo.
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Contigo, una y otra vez
Teen FictionDos personas bastante distintas se encontraran en un momento en donde ambos se necesitan.