-YA ESTOY MEJOR.-dice Liam enfadado y yo sigo sin hacerle caso.-UNA SEMANA, LLEVO UNA SEMANA RECUPERADO, DÉJAME.
-Como si llevarás un mes, me da igual Liam.
-ME VAS A VOLVER LOCO.
-Adiós bebés.-dice Jay riéndose y yo sonrío.-Ni un segundo solo.
-Asi será.
-QUIERO IRME A UN PSIQUIÁTRICO.
-Deja esos gritos de nena.-dice Sam desde la cocina.-Dentro de unos días volverás a la unidad, así que aprovecha.
-¿Como? ¿Me quedaré sola?.-empiezo hacer pucheros y Jay mira mal a Sam.
-Comeremos juntos...-dice Jay y yo lo miro.
-Voy a volver Jay, todavía puedo pegar, disparar y correr...
-Te dije que no habrá discusión de eso, un no es un no.
-Es mi trabajo Jay.
-Eres la madre de mis hijos.
-Eso no tiene nada que ver.
-Nos vamos.-dice Sam antes de que empecemos a discutir.
Me niego a quedarme encerrada en esta casa, cuando todavía puedo moverme y hacer miles de cosas más.
Ha pasado una semana y lo único que hago es ir a la cafetería a por mis donuts, tirarme en el sofá, llorar y cocinar.
Decido ponerme un vestido ajustado y comprar un montón de donuts e ir a visitar a mis engendros.
Ya no me da tanto miedo conducir, la verdad es que me ha ayudado un montón la psicóloga y ya me da piruletas en forma de corazón cuando voy avanzando en mi diagnóstico.
-LLEGO LA CABALLOTA, LA DIVA Y LA POTRA.-miro a mi alrededor y solo veo a jóvenes confusos y a lo lejos Henry.-¿Desde cuando esto es una guardería?
-Son los becarios, ¿como están estos pequeñines?.-se agacha y empieza hablar con los bebés y yo sonrío al ver que todos nos están mirando.
-¿Donde están los chicos?
-¿Que haces aquí?.-escucho la voz del hombre que hizo que esté así de gorda y yo giró lentamente.
-Sorpresa.-digo sonriendo.
-Trisha.
-Jay.
-Te dije que no quería que vinieras aquí.
-Y yo te dije que es mi vida y que yo hago lo que me da la gana como bad bunny.
-¿Como están las cositas más bonitas del mundo?.-dice Sam a la tripita y deposita varios besos en ella.-Calmate gordita.
Cuando dejan de tocar mi barriga, subo indignada en el ascensor y dejo los donuts en la mesa de la cafetería.
Cojo uno relleno de nutella y me siento en el sofá que tiene unas vistas maravillosas.
Pueden decirme lo que quieran, pero nadie sabe lo estresante que es estar en una casa las 24h del día, solo comer y ver la tele. Me siento inútil y gorda.
-Son mis hijos y me niego a que les pasen algo.-dice Jay a mi lado y su cara dice mas de lo que esperaba.
-¿Entonces si no estuviera embaraza te daría igual mi vida?
-No, claro que no.
-Pues lo acabas de decir y sabes que, soy mayorcita para saber que me viene bien y que no, y fíjate estar discutiendo contigo me viene muy mal. Ahí te quedas bonito.
-Ven aquí.-paso de él, me levanto como puedo y este me sostiene el brazo.-Es por tu bien.
-No me has preguntado cómo me siento en casa todo el día, los sábados todos hablan de lo que han hecho en su semana y yo no puedo decir nada porque solo duermo y como como si fuese una foca, no una foca no, porque las focas hacen más que yo.
-Deja de compararte con animales.
-Deja de decirme que tengo que hacer y que no.-me suelto y me voy.
-Es insoportable.-le saco el dedo y justo las puertas se cierran.
¿Llevamos discutiendo toda la semana? Si
¿Estoy cansada? TambiénPOV'S JAY
-Tienes que dejar que vuelva al trabajo.-dice Henry y yo niego.-Esas mujeres de por si se vuelven locas con el cambio de hormonas, así que imagínate si le dicen que no hagan nada.
-¿Y si le pasa algo?
-Por Dios Jay, ¿tú crees que a ese chihuahua le harían algo? Primero reza por quien pretenda hacerlo.
Llevamos una semana discutiendo, desde que nos levantamos hasta que me quedo dormido, así que se podrán imaginar que es mucho peor porque empieza con la frase "Si tanto te aburro me avisas para irme a otro lado con mis preocupaciones".
Le envío un mensaje para ir a cenar al sitio que tanto le gusta pero ni lo lee, pasa de mis llamadas, lo que no discutimos al principio lo estamos haciendo ahora.
Llego a casa y hay un silencio fuera de lo común.
-Cariño...-miro cada habitación pero no responde. No está en casa porque por más enfadada que esté siempre me contesta.
Llamo a Ted y me dice que con ellos no está.
POV'S TRISH
Miro lo bonito que me ha quedado el cuarto que estaba vacío en mi departamento y en vez de sentirme triste, siento que mis padres están a mi lado.
He conseguido unas fotos que me envió mi tío junto a unos marcos que teníamos en su casa. Recuerdo que mamá estaba igual de obsesionada que yo con la decoración, mi padre le seguía todas la locuras que le daba cada mes por cambiar toda la casa.
En el cofre que me regaló papá cuando era pequeña guardo cartas para mis hijos, para cuando quieran recordar a sus abuelos y que al igual que yo los sienta cerca.Miro el móvil y se de una a que matarán.
Tengo miles de llamadas de Jay y ya ni te cuento de mensajes. Me levanto con torpeza y escucho la puerta abrirse.-¿Trisha?.-es Jay.
-Estoy aquí.-me organizo el vestido y veo a Jay en el marco de la puerta.-Lo siento...
-Ya quiero ver a nuestros hijos aquí, sintiendo a tus padres...-dice abrazándome y sonrío al ver que no está enfadado.
-Ti amo.
-Ti amo.-me da un beso en mi cabeza mientras acaricia mi tripa.
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Contigo, una y otra vez
Teen FictionDos personas bastante distintas se encontraran en un momento en donde ambos se necesitan.