Rick.
Fui junto a Daphne y Alice a comprar las últimas cosas para la fiesta de Shazad. Daphne cargaba a la pequeña Colette mientras Alice y yo discutíamos qué llevaría la decoración del patio y demás. Colette era una niña muy tranquila, se la pasó dormida todo el rato que nosotros estuvimos en la tienda, pero también era muy escandalosa. Apenas la dejaban en la carreola se echaba a llorar y nadie la paraba.
Volvimos a decorar el patio de la casa y acomodar las mesas para cuando los invitados llegaran.
Tan sólo faltaba unos minutos para que él saliera.
Pero me atrasé porque las serpentinas se habían perdido y las necesitaba.Al fin pude llegar 15 minutos después al colegio. Fui como alma que lleva el diablo por las calles para no llegar más tarde.
Bajé a esperar a mi hijo y nada, pasaron otros 5 minutos y poco a poco el colegio quedó desierto.Hasta que su maestra salió junto a otro niño que lloraba.
—Buenas tardes maestra— me acerqué a ella.—Señor Ackerman— se sobresaltó un poco.
—¿Sabe dónde está Andy?— fui al grano.
—Hace casi media hora que los niños salieron. ¿Es que no llegó a casa?
—No... por eso le pregunto.
— Se fue con una muchacha que dijo era la amiga de su madre...
—¡¿Y lo dejó ir?! ¡Es un niño!— me escandalicé.
—Andy dijo que...
—¡Andy no se manda solo!— enredé mis dedos en mi cabello. —¿Se da cuenta de la gravedad del asunto?—llevé dos dedos al tabique de mi nariz.
—Lo siento señor Ackerman pero a partir de que los niños ponen un pie fuera de la escuela, no es responsabilidad mía...
—Esto no se quedará así— la apunté con el dedo, quité llave a mi coche y me subí desesperado. No sabía dónde podría estar mi hijo.
Fui a la unidad, Wilson se sorprendió al verme. Estaba histérico, incontrolable y desesperado. Consulté a varios agentes más experimentados que yo y llegamos a la conclusión de que se trataba de un secuestro.
¡Maldición!
Regresamos al colegio para preguntarte a las personas aledañas como me sugirió Hayley.
Nadie nos daba razón alguna, hasta que dimos con un señor que vendía paletas heladas. Le expliqué los detalles físicos de Shazad.
—Sí vi a un niño así— dijo sin pensar mucho.
—¿Se fue con alguna muchacha?— asintió. —¿Cómo era ella?
—Era alta, de cabello rojizo, delgada, su nariz era pequeña...
—¿Podría acompañarnos para que se haga un retrato hablado?— se apresuró a decir Hayley.
—Claro— el señor recomendó su carrito de paletas y nos acompañó a la unidad.
Mientras íbamos de camino, no dejaba de jugar con mi insignia de tantos nervios.
—Tranquilo Rick todo estará bien— me animó White.
—Eso espero— me entró una llamada de Riley. Dubitativo, dejé que sonara, pero ella persistió hasta que contesté.
—Rick Ackerman, ¿Porqué no me contestabas?— preguntó confundida.
—Perdón es que no vi que estaba sonando... ¿cómo estás?
—Muy bien. ¡Adivina! Estoy por llegar a Los Ángeles.
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Agente Prescott
No Ficción¡HISTORIA APTA PARA TODO EL PÚBLICO! Riley Prescott se convierte en agente del FBI. Su principal objetivo era conseguir el puesto de agente especial, un trabajo que la apasionaba. Ella trabaja en colaboración con otros agentes en la investigación d...